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Vol. 34. Núm. 2.
Páginas 59-61 (Marzo - Abril 2017)
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SEGURIDAD DEL PACIENTE
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Pasos sencillos para reducir los errores de medicación
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Ruby Z. Chu
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LAS ENFERMERAS DE PRIMERA LÍNEA pasan mucho tiempo administrando medicamentos. La administración de la medicación precisa y segura depende del conocimiento farmacológico de las enfermeras, de la toma de decisiones y del pensamiento crítico.

En un entorno sanitario acelerado, la administración de medicamentos es una tarea de enfermería de alto riesgo. Los errores de medicación pueden ocurrir en cualquier fase del proceso de medicación: receta, codificación, dispensación, administración, seguimiento y notificación. Este artículo se centra en los roles de las enfermeras en la administración de medicamentos. Para empezar, deben tenerse en cuenta los efectos de los errores de medicación.

Consecuencias de los errores

Los errores de medicación pueden tener consecuencias graves y costosas, como mayor duración de la estancia hospitalaria de los pacientes, intervenciones médicas adicionales, lesiones graves o incluso la muerte. De acuerdo con un nuevo estudio llevado a cabo en la Johns Hopkins University, los errores médicos se han convertido en la tercera causa principal de muerte en Estados Unidos al cobrarse 250 000 vidas al año1.

Para las enfermeras, cometer un error de medicación es una experiencia traumática en el plano emocional que socava su autoestima y la confianza en su función en el trabajo2. Jones y Treiber utilizaron cuestionarios cuantitativos y cualitativos para estudiar a 202 enfermeras; 158 declararon haber cometido errores de medicación2. El análisis de datos cualitativos mostró varios temas. Por ejemplo, si una enfermera comete un error, se sienten deprimidas, culpables, avergonzadas, arrepentidas y asustadas en relación con el hecho de proporcionar cuidados seguros y violar la confianza del paciente. Las enfermeras implicadas en errores de medicación sufren angustia moral y quieren dejar la práctica de la enfermería2.

¿Por qué no se notifican los errores?

Notificar errores de medicación es problemático debido al temor a las represalias, a la intimidación o a medidas disciplinarias3. Oshikoya et al. encuestaron a enfermeras de pediatría que trabajaban en un hospital público para analizar su experiencia respecto a los errores de administración de medicamentos3. El cuestionario se distribuyó a 75 enfermeras y 50 lo completaron. Se encontró que los principales factores que contribuyen a los errores son mayor carga de trabajo (26,2%) e incapacidad de controlar la dosificación del fármaco (12,24%). Entre las barreras para la notificación de errores de medicación se pueden citar el miedo al castigo por cometer el error (11,22%), la falta de un sistema de notificación estándar (13,26%) y el miedo al castigo por informar de los errores (27%). Como resultado, las enfermeras no comunicaron el 34% de los errores de medicación.

Las enfermeras quizá teman que los errores de notificación aumenten la posibilidad de una demanda. Un estudio cualitativo llevado a cabo por Hartnell et al. identificó barreras a la notificación de errores de medicación4. Los resultados se clasificaron por temas: inconveniente de notificar, identificación profesional, información pendiente, sistema de organización ineficaz y miedo al castigo. Estas barreras se pueden superar al facilitar el proceso de notificación mediante una adecuada comunicación y la enseñanza sobre la presentación de informes. Animar al personal a informar de un error puede llegar a reducir la incidencia de errores de medicación y mejorar la seguridad del paciente.

Factores contribuyentes

Las enfermeras que no siguen los cinco principios de la administración de medicamentos (fármaco correcto, paciente correcto, dosis correcta, en el momento correcto y vía correcta) pueden contribuir a que se cometan errores de medicación. Carencias en el conocimiento farmacológico, errores de cálculo, distracciones, mayores cargas de trabajo y cansancio son motivos frecuentes, por los cuales no siempre se cumplen los cinco principios.

Puesto que los cálculos de medicamentos a veces son complejos, se requiere el dominio de las habilidades matemáticas para la administración segura de fármacos5,6. Las soluciones en bolo y las formulaciones en tabletas generalmente son fáciles de calcular, pero las perfusiones i.v. continuas de medicamentos de alto riesgo, como heparina, insulina y vasopresores, implican cálculos complejos.

La comprensión de los decimales es importante cuando se realizan cálculos de dosis. Poner mal u omitir un decimal pueden provocar graves errores de cálculo7.

Durante la preparación de los medicamentos, las enfermeras pueden distraerse si se las interrumpe. La investigación ha revelado que las distracciones contribuyen a los errores de medicación8–10. En un estudio de Esqué Ruiz et al., las enfermeras notificaron un 65,4% de los errores de medicación y el 59% de ellos se debía a distracciones9.

El aumento de las cargas de trabajo de los pacientes puede predisponer a las enfermeras a tomar atajos y dejar de seguir los procedimientos de administración de fármacos, como la comprobación de la identificación del paciente. En el estudio observacional de Kim y Bates con 293 enfermeras, solo el 6,5% comprobó las pulseras de los pacientes y el 3,5% pidió a los pacientes que confirmaran su nombre11.

La falta de personal adecuado aumenta la carga de trabajo y el cansancio, lo que afecta negativamente al rendimiento del trabajo de las enfermeras en relación con la administración de medicamentos. Cuando las enfermeras se distraen y están agotadas físicamente, aumenta el riesgo de un error de cálculo en la dosis del fármaco10.

Prevención de errores

El dominio de los cálculos de medicamentos es fundamental para la administración segura de medicamentos. Tener buena base para las habilidades matemáticas y realizar cálculos precisos de medicamentos pueden minimizar considerablemente los errores de medicación. Las docentes de enfermería desempeñan un papel importante al contar con un plan de estudios para garantizar que las enfermeras conserven su dominio en el cálculo de medicamentos. La práctica simulada de administración de medicamentos puede beneficiar a las enfermeras sin correr el riesgo de causar daños a los pacientes.

Las enfermeras deben mejorar sus conocimientos farmacológicos y mantenerse al día sobre los nuevos medicamentos5. Deben tener actualizadas sus habilidades sobre medicamentos. La formación continuada en farmacología pone al corriente a las enfermeras sobre el uso seguro de los nuevos medicamentos, incluyendo las indicaciones y las dosis apropiadas, la administración adecuada, las acciones de los medicamentos, las contraindicaciones de su uso, las interacciones entre fármacos, las posibles reacciones adversas a los medicamentos, el seguimiento del paciente, la educación al paciente y la documentación.

Las intervenciones para reducir las distracciones pueden mejorar la seguridad del paciente. Algunos centros hospitalarios han puesto en marcha la regla de la “cabina estéril”, lo que significa la eliminación de las distracciones durante la preparación del medicamento para evitar los errores de medicación. El sector aéreo desarrolló esta estrategia en la década de 1980 para preservar la seguridad en el área de la cabina mediante la prevención de actividades o conversaciones no fundamentales durante la fase crítica del vuelo. En un estudio realizado por Fore et al., la tasa de errores de medicación se redujo el 42,78% cuando esta regla entró en vigor12. Dado que las enfermeras tienden a estar en constante comunicación con sus pacientes y el equipo de cuidados, puede ser difícil de implementar la regla de la cabina estéril. Un cartel de “no molestar” o “zona tranquila” en el área de preparación de la medicación puede ayudar a minimizar las distracciones.

Para protegerse de los errores de medicación, las enfermeras deben poner en práctica los procedimientos adecuados para la administración de medicamentos, incluyendo al menos estos cinco principios: paciente, medicamento, dosis, vía y momento correctos. Además, deben completar la documentación precisa una vez que el paciente recibe la medicación11,13. Si no se consigna la medicación administrada, aumenta el riesgo de que el paciente reciba otra dosis. Se debe advertir a las enfermeras que no documenten la dosis antes de la administración del medicamento ya que, por una razón u otra, el paciente no puede recibir la medicación en absoluto o puede recibirla en un momento diferente de aquel en que se ha documentado.

Los pacientes necesitan estar bien informados de los efectos terapéuticos de los medicamentos, las reacciones adversas potenciales y los resultados deseados. Evaluar el efecto de ciertos medicamentos es vital para asegurarse de que el paciente ha respondido a la medicación; por ejemplo, niveles elevados de glucemia pueden tratarse con dosis de insulina a la escala recomendada. Deben vigilarse los niveles de glucemia del paciente para asegurarse de que están dentro del rango terapéutico deseado y debe hacerse un estrecho seguimiento de la situación del paciente y se le debe enseñar a comunicar reacciones adversas, como síntomas y signos de hipoglucemia.

Si se administra un analgésico, la enfermera debe evaluar primero el nivel de dolor del paciente, administrar el fármaco analgésico y luego controlar las reacciones adversas y evaluar y documentar la respuesta terapéutica. Si no se logra el efecto deseado, el paciente puede haber recibido una dosis inadecuada o puede necesitar un analgésico diferente para el control del dolor.

Muchos medicamentos se pueden administrar por diferentes vías, como la vía oral o la vía i.v., lo que aumenta la posibilidad de confusión. Algunas presentaciones de medicamentos, como medicamentos gastrorresistentes destinados a prevenir la irritación del estómago, no deben triturarse. Las enfermeras con frecuencia deben comprobarlo para asegurarse de que están administrando los medicamentos por la vía correcta y en la forma establecida.

Los médicos pueden recetar regímenes específicos de dosificación i.v. sobre la base de sus propias preferencias y experiencia previa, normas del centro y la configuración de los equipos de infusión inteligentes. Por ejemplo, los ajustes posológicos de la infusión de dopamina pueden prescribirse usando dosificaciones en microgramos/kilogramo/minuto o dosificaciones en microgramos/minuto para mantener la presión arterial media por encima de 65 mmHg.

El uso de múltiples métodos de dosificación para el mismo fármaco puede ser confuso y aumenta el riesgo de errores14. Estandarizar el método de dosificación de medicamentos i.v., como la epinefrina, el midazolam y las infusiones de nitroglicerina en la UCI, podría minimizar los errores de dosificación15. Remitirse a una lista de medicamentos de alerta máxima puede ayudar a las enfermeras a no cometer errores de medicación16.

La comprensión de la colocación de decimales es fundamental; por ejemplo, 0,20 mg es 10 veces mayor que 0,02 mg. Las enfermeras deben tener una idea clara de la colocación y los valores de los decimales para evitar errores de cálculo7.

Tecnología como los equipos de infusión inteligentes y la administración de medicamentos asistida por el código de barras (BCMA) puede ayudar a disminuir los errores en la dosificación del fármaco cuando se usa apropiadamente. Las enfermeras que utilizan la BCMA escanean la pulsera y los códigos de medicación del paciente antes de administrar medicamentos. En un estudio, la BCMA disminuyó el 90,4% de los errores de medicación equivocada, el 80,7% de los errores de administración de medicamentos y el 72,4% de los medicamentos que carecen de receta17.

Los equipos de infusión i.v. inteligentes llevan un software de prevención de errores, bibliotecas de medicamentos y límites de dosificación que emiten una alerta cuando la dosificación está fuera de los límites15,18. Manrique-Rodríguez et al. estudiaron los beneficios del uso de equipos de infusión i.v. inteligentes en pacientes de la UCI pediátrica18. Se inició un total de 624 252 infusiones y se programaron 486 875 medicamentos a través de la biblioteca de medicamentos del equipo inteligente. El cumplimiento de software de seguridad del usuario fue del 78%. Utilizar el dispositivo del equipo inteligente se tradujo en la interceptación de 92 casos de errores de programación; el 84% de estos medicamentos era para el dolor, sedación, enfermedades cardíacas e infecciones. El uso de equipos de infusión inteligentes mejoró la seguridad del paciente.

Informar de los errores de medicación ayuda a identificar los fallos en los procesos de medicación y puede ayudar a prevenir más incidentes. Cuando hay errores de medicación, los administradores de riesgos utilizan la información para comprender mejor las causas profundas y desarrollar políticas y procedimientos para prevenir daños futuros al paciente. Cuando los errores se comunican voluntariamente en un sistema sin culpas, sin reproches, puede llevarse a cabo una investigación adecuada y puede mejorarse la práctica9–13.

Muchos hospitales utilizan sistemas electrónicos de notificación, que permiten al individuo implicado en un error de medicación proporcionar información de forma electrónica. Después se notificará a los administradores de riesgos de calidad por vía electrónica19. Las principales ventajas del sistema incluyen el aumento de la notificación de errores de medicación, la identificación de eventos antes de que ocurran (errores que se identifican y corrigen antes de que lleguen al paciente) y el seguimiento mejorado, acompañado por la acción correspondiente19,20. Cuando se comparten datos de los errores de medicación, puede desarrollarse un plan de acción, lo que puede reducir aún más los errores.

Redoblar los esfuerzos

Los errores de medicación son eventos evitables. Para que ello no ocurriera, debería fomentarse prácticas de medicación seguras, recursos suficientes, un entorno de trabajo sin interrupciones y un enfoque no punitivo de notificación de errores. ■

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Ruby Z. Chu es enfermera clínica docente en el Michael E. DeBakey VA Medical Center en Houston, Tex.

La autora declara no tener ningún conflicto de intereses económicos relacionado con este artículo.

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