LA ENFERMERÍA CIRCULANTE es una forma de intercambio de recursos que a menudo utilizan los centros sanitarios para hacer frente a la falta de personal. Para las enfermeras, tener que trabajar en otra unidad, donde las necesidades de los pacientes son diferentes de las que se suelen encontrar en su unidad de origen, puede provocarles estrés, ansiedad y frustración. Trabajar con una población de pacientes desconocida puede terminar poniendo en riesgo la seguridad de los pacientes1. Las intervenciones pueden ser del mismo ámbito de acción, pero no formar parte de sus habilidades adquiridas.
La enfermería circulante es un medio rentable para lidiar con un número de pacientes variable. Se puede emplear personal circulante en lugar de recurrir a una agencia de empleo o a enfermeras que lo hagan como horas extra2, aunque la asignación de profesionales circulantes a unidades que no conocen también puede poner en riesgo a los pacientes y al centro sanitario3. En este artículo se describe por qué puede ser necesario el personal circulante, por qué puede ser arriesgado y qué estrategias se pueden implementar en las instituciones médicas para mejorar la seguridad de los pacientes, como utilizar una bolsa de personal exclusiva para reducir riesgos.
Ventajas e inconvenientes de la enfermería circulanteAlgunas enfermeras consideran que trabajar en unidades diferentes de la suya es una experiencia positiva, porque tienen la oportunidad de dedicarse a distintas poblaciones de pacientes y especialidades, y así adquieren conocimientos y habilidades. Pero incluso para las que disfrutan de la experiencia, los posibles efectos negativos de trasladarse a una unidad nueva deben considerarse en términos de seguridad y consecuencias para los pacientes1.
Aunque se solicite a enfermeras experimentadas y altamente competentes que se trasladen puntualmente a una unidad que no conocen, estas pueden comunicar su ansiedad e incertidumbre a los pacientes de manera no verbal3. En un entorno desconocido, incluso una tarea sencilla como recoger suministros puede hacerse larga, distraer de la atención de los pacientes y reflejar desorganización. Esto afecta directamente al contacto personal con el paciente, y a su vez puede comprometer la calidad de las intervenciones y la atención de enfermería3. Las personas contratadas específicamente para estar en la bolsa de personal circulante suelen ser más asertivas, tienen una experiencia más diversificada y pueden ser más autónomas y fiables.
Las enfermeras sin conocimientos específicos de la unidad en cuestión tal vez no puedan responder preguntas ni resolver eficazmente algún problema de los pacientes, lo que también pone en entredicho su credibilidad y da una mala imagen del hospital2,4. Para la enfermera circulante puede ser complicado también encontrar a la persona adecuada a quien consultar. Si los pacientes se percatan del esfuerzo de la enfermera para adaptarse a una situación con la que no está familiarizada, pueden sentirse inseguros, lo que minará la relación entre enfermera y paciente. Priorizar se convierte en un reto y la enfermera puede consumirse por su preocupación sobre los errores que pueda cometer3.
Según Hendren, la circulación frecuente puede causar insatisfacción en la plantilla y comprometer la seguridad de los pacientes, porque un empleado insatisfecho no puede proporcionar atención con la misma calidad que uno satisfecho1.
Las organizaciones nacionales dan su opiniónLa ley de seguridad en la dotación de personal de enfermería registrado de 2015, respaldada por la American Nurses Association (ANA), adjudica a los hospitales la responsabilidad de velar por que las enfermeras no trabajen en unidades para las cuales no tienen suficiente experiencia, formación y práctica, sobre todo en el caso de unidades especiales5. Además, según la declaración de la ANA, “las enfermeras registradas tienen el derecho profesional de aceptar, rechazar u objetar por escrito la asignación de pacientes que ponga a cualquiera de ellos en peligro de sufrir daños”6.
La declaración de la Comisión Mixta sobre los profesionales circulantes dice claramente que cuando se solicita a un empleado que se traslade a otra unidad, esta debe ser similar a la suya y el profesional debe demostrar las competencias específicas de esa unidad7. La Comisión Mixta también declara que “los empleados solo deberían trasladarse a áreas con instalaciones y diagnósticos clínicos comparables”7.
Mejorar las percepciones y los resultadosAunque las enfermeras pueden percibir los trabajos circulantes como algo negativo, a menudo es una necesidad. La dirección de enfermería y de los sistemas pueden adoptar medidas para fomentar resultados óptimos aun con profesionales circulantes. Deben implementarse planes para calmar la ansiedad y potenciar la confianza de las enfermeras a la hora de proporcionar cuidados siempre que se requiera personal circulante. Esto puede incluir medidas como crear un programa de desarrollo de profesionales que aborde las habilidades más necesarias en las unidades especializadas para enfermeras de la bolsa de personal circulante.
Los centros deben plantearse la posibilidad de ofrecer a las enfermeras la opción de recibir formación interdisciplinaria en lugar de formar parte de una estrategia generalizada de profesionales flotantes. El establecimiento de una bolsa exclusiva de profesionales flotantes (un grupo de enfermeras que no pertenecen a ninguna unidad concreta y a quienes se contrata para trabajar exclusivamente en diversas unidades) puede ayudar a los hospitales a satisfacer sus estándares y a minimizar la circulación involuntaria de profesionales. Las personas contratadas específicamente para estar en la bolsa de personal circulante suelen ser más asertivas, tienen una experiencia más diversificada y pueden ser más autónomas y fiables gracias a la formación y experiencia previa4. Las enfermeras con una capacitación interdisciplinaria pueden reducir la ansiedad que produce el cambio de unidad, lo cual facilita la provisión de un cuidado de buena calidad a los pacientes4. Por otro lado, debería tenerse en cuenta el grado de experiencia de las enfermeras a las que se pida o requiera que circulen por otras unidades. Las enfermeras recién tituladas no deberían entrar en la plantilla circulante, porque esto aumenta el riesgo para los pacientes3.
Posiblemente estas enfermeras ya estarán nerviosas porque acabarán de iniciar la práctica clínica y aún se estarán familiarizando con las políticas y los protocolos del centro.
Pautas de la unidadLas enfermeras encargadas de cada unidad deben dar las instrucciones a las enfermeras circulantes, para lo cual hay que implementar un plan de recursos claro para las enfermeras que se trasladan a unidades que no conocen. Por ejemplo, la enfermera encargada debe orientar a la enfermera circulante, asignarle una compañera experimentada para que sea a quien le haga consultas y proporcionarle información oral y por escrito sobre las políticas, los procedimientos y las prácticas clínicas de la unidad8. La circulación frecuente puede causar insatisfacción en la plantilla y comprometer la seguridad de los pacientes porque un empleado insatisfecho no puede proporcionar atención con la misma calidad que uno satisfecho.
Preparar una ficha de consejos para enfermeras circulantes con información específica de la unidad también es muy útil3. Esta ficha debería incluir información como la ubicación de los equipos, los números de contacto del equipo sanitario, los turnos, la documentación específica requerida en la unidad, los procedimientos de seguridad y los protocolos específicos de la unidad. Además de ayudar a que las enfermeras circulantes se sientan más seguras y se calmen, esta información genera una sensación de pertenencia en el sistema sanitario9.
Intervenciones a nivel de sistemasLas enfermeras y los empleadores comparten la responsabilidad de la seguridad de los pacientes10. A escala de sistemas, las intervenciones podrían incluir el desarrollo de una política de circulación que incluyera una lista de capacidades de atención médica que se esperan de una enfermera circulante. Crear un sistema organizativo en el hospital según el cual se rijan todas las unidades de enfermería puede ayudar a las enfermeras a localizar rápidamente los suministros y el equipamiento más corriente cuando se trasladen a una unidad que no conocen.
La introducción de directrices y estrategias que faciliten un traslado con éxito para la enfermera y los pacientes beneficia al centro sanitario10. Tal vez más importante sea recibir regularmente impresiones de las enfermeras circulantes, y alentarlas para que hagan llegar sus comentarios, para garantizar el éxito continuo. Las enfermeras encargadas de las unidades y las jefas de enfermería pueden utilizar esas opiniones para mejorar las experiencias futuras de las enfermeras circulantes en sus unidades. Proporcionar comentarios constructivos y positivos a las enfermeras circulantes refuerza las experiencias posteriores3.
El futuro de los profesionales circulantesComo la necesidad de profesionales circulantes nunca desaparecerá, deben implementarse estrategias para preservar la seguridad de los pacientes. Las mejoras continuas en los procedimientos de circulación de personal, teniendo en cuenta quién opta por ser circulante, cómo circulan y qué experiencias tienen, tendrán un efecto positivo tanto en la satisfacción de las enfermeras como en la seguridad de los pacientes. ■
Los autores han declarado no tener ningún conflicto de intereses económicos relacionado con este artículo.