Enviar (y recibir) las señales correctas
Estoy cuidando a una paciente de 86 años que sufrió una caída en un centro comercial. Su fractura de radio y codo fue reducida quirúrgicamente con éxito, pero 2 días después presentó dificultad respiratoria (tenía antecedentes de asma) y precisó intubación endotraqueal y ventilación mecánica. Evolucionó favorablemente, y aunque no puede comunicarse verbalmente por la intubación, está consciente, orientada y se comunica eficazmente con el uso de una pizarra.
Su hija mayor, que tiene la representación legal para las cuestiones de salud, me sorprendió al decirme: “Mi madre nunca hubiera querido vivir así”, y me pidió información sobre los centros de cuidados paliativos. Parece que quiere aplicar las voluntades anticipadas de su madre en este momento. ¿Cómo debo abordar esta situación?—g.g, mo.
Sus valoraciones y la documentación enfermera son clave en este dilema. Registre meticulosamente cada evidencia obtenida a través de la valoración enfermera para demostrar que esta paciente está orientada y es competente para tomar decisiones. Comparta derecho a tomar sus propias decisiones por el hecho de requerir ventilación mecánica. Las voluntades anticipadas deben entrar en juego cuando un paciente pierde la capacidad de tomar decisiones informadas. El comité de ética asistencial del centro puede ser un recurso importante para clarificar este asunto.
Con el consentimiento de la paciente, sugiera una reunión a pie de cama entre los familiares y el equipo asistencial. Los objetivos terapéuticos para los siguientes días y semanas deben ponerse en común con la paciente y la familia. Solicite a los miembros del equipo de fisioterapia, terapia respiratoria y terapia ocupacional que compartan la planificación para el alta de la paciente.
Haga de la paciente el centro de la reunión a pie de cama, animándola a participar utilizando la pizarra. En los puntos clave, detenga la conversación y diga: “por supuesto, todos sois responsables y participáis de estas decisiones junto con el médico”. Es tan importante para la paciente escuchar esto directamente de sus cuidadores como lo es saber exactamente que se ha compartido con su familia.
Permitir que cada uno pueda ver y oír de primera mano no solo el plan de cuidados, sino la participación y la respuesta de la paciente, es el mejor modo de despejar la niebla de malos entendidos y miedos sobre el futuro.
Susan A. Salladay es enfermera docente especialista en bioética y enfermería de salud mental y psiquiatría. Es profesora adjunta en el programa de Máster en la Liberty University Online. Dirija sus preguntas a: Ethical Problems, Nursing2014, 2001 Market Street, Philadelphia, PA. 19103 o por correo electrónico a PE-Nursing@wolterskluwer.com. Escriba Ethical Problems en la línea del “Asunto”.