SEGURIDAD DEL PACIENTE
Estoy cuidando a un anciano con esclerosis múltiple. Después de una caída en la escalera de casa, fue ingresado con dos costillas rotas y múltiples contusiones y laceraciones. Dijo que no quería hablar sobre ello.
Su hija mayor, que es su cuidadora, estaba consternada por la situación. Está constantemente con él aquí en el hospital, llora y se culpa a sí misma. Está extremadamente atenta, aunque su padre va mejorando. De hecho, tengo la sensación de pasar más tiempo atendiéndola a ella que a su padre. ¿Cómo puedo ayudarla a afrontar su intenso sentimiento de culpa y remordimiento?–P.B., N.Y.
Aplaudo su sensibilidad y exquisita preocupación tanto hacia el paciente como hacia su hija. Pero debe considerar que puede que no todo sea como parece. Su descripción de la situación hace emerger una serie de dudas dignas de ser resueltas con mayor detalle.
Afirma que la hija del paciente se siente culpable y que sus sentimientos parecen desproporcionados para la situación. ¿Es posible que su paciente sea víctima de maltrato u omisión? ¿Existe constancia escrita de otras caídas o lesiones sospechosas? ¿es la hija su única cuidadora, y si es así, se siente sobrepasada por las responsabilidades?
Valore también el estado psicológico y emocional de su paciente. Probablemente puede esperar encontrar elementos depresivos relacionados con este diagnóstico, pero ¿detecta indicadores de ansiedad o incluso de temor? ¿le permitiría la hija a usted, a un cura o a un trabajador social hablar con su padre a solas?, ¿o insiste en estar siempre presente?
Las respuestas a estas preguntas contribuirán a revelar preocupaciones sobre la seguridad de su paciente que deberán ser planteadas al equipo multidisciplinar. Si sospecha de maltrato u omisión, trabaje con su supervisora y otros miembros del equipo para cumplir y registrar correctamente el protocolo de atención de su centro. ■