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Vol. 27. Núm. 1.
Páginas 16-19 (Enero 2013)
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Propuestas de viabilidad para la farmacia rural
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Tabla. I. Evolución del gasto medio por receta 1998-2012
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Son muchas las voces que alertan de la precaria situación que viven miles de oficinas de farmacia. Según cálculos del Consejo General de COF, ya los reales decretos ley 4/2010 y 8/2010 «dejaron en el alambre de la viabilidad económica la supervivencia de casi un tercio de oficinas de farmacia».

Un estudio de la Sociedad Española de Farmacia Rural plantea posibles soluciones para paliar esta situación.

REDACCIÓN

Un estudio elaborado por la Sociedad Española de Farmacia Rural (SEFAR) concluye que no es posible solucionar la situación de precariedad económica que viven miles de oficinas de farmacia en España a través de la adopción de medidas globales.

De hecho, según los autores de este trabajo, «la visión generalizada, estandarizada y estereotipada del conjunto de las oficinas de farmacia ha llevado a la Administración a aplicar medidas de contención del gasto de forma lineal y no proporcional, dañando aún más la maltrecha economía de las farmacias más desfavorecidas y poniendo en peligro el servicio que estas prestan».

La SEFAR se declara firme defensora del modelo regulado de farmacia, «un modelo que defendemos porque estamos seguros de que es el mejor modelo para la asistencia farmacéutica de toda la población». Pero «a pesar de ser un buen modelo, necesita correcciones que refuercen sus puntos débiles, que los tiene», aclaran desde esta organización.

El estudio 'Farmacia Rural. La esencia del modelo español de farmacia. Génesis, análisis de su situación actual y propuestas para su viabilidad' denuncia que la regulación y la forma de retribución del servicio prestado han generado una enorme disparidad en la tipología de las oficinas de farmacia que da lugar a problemáticas distintas.

Según se apunta en este trabajo, esto es precisamente lo que hace imposible dar una respuesta global. De ahí que una de las principales recomendaciones recogidas en este estudio sea la búsqueda de «soluciones individualizadas que respondan a las particulares características de cada grupo de oficinas de farmacia».

SEFAR plantea la creación de un fondo de compensación económica a favor de las farmacias esenciales que sean deficitarias. Este mecanismo de ayuda sería muy similar al Fondo de Solidaridad Nacional para la Asistencia Farmacéutica instaurado en Italia por su primer ministro, Mario Monti, hace un año

Farmacias esenciales

Para poder articular estas soluciones, la SEFAR apuesta por, en primer lugar, identificar entre el conjunto de oficinas de farmacia cuáles resultan esenciales para garantizar la máxima capilaridad en el servicio. A su juicio, las farmacias rurales ubicadas en pequeñas poblaciones serían las principales candidatas a la recepción la catalogación de «farmacias esenciales».

«Son las pequeñas farmacias rurales las que permiten que el 99% de la población disponga de una farmacia en su lugar de residencia y propician que el modelo español esté considerado como uno de los mejores del mundo», se recuerda en el documento presentado recientemente.

Y también son las que, según se recoge en este estudio, más han sufrido las consecuencias no solo de la despoblación del medio rural, sino también de la búsqueda de ahorros en el capítulo presupuesto destinado al pago del coste de los medicamentos y el sistema retributivo actual basado exclusivamente en un margen sobre el PVP de estos.

Una vez identificadas estas «farmacias esenciales», se establecería con el conjunto de ellas un convenio independiente y voluntario que responda a sus particulares características. Según se explica en el documento presentado recientemente, se trataría de un concierto que buscaría garantizar la obtención de unos ingresos acordes a la capacitación de los profesionales y la excelencia en el servicio ofrecido a la población.

Fondo de compensación

En concreto, la SEFAR plantea la creación de un fondo de compensación económica a favor de las farmacias esenciales que sean deficitarias. Este mecanismo de ayuda sería muy similar al Fondo de Solidaridad Nacional para la Asistencia Farmacéutica instaurado en Italia por su primer ministro, Mario Monti, hace un año.

Esta iniciativa es una de las principales propuestas que se recogen en el estudio 'Farmacia Rural. La esencia del modelo español de farmacia. Génesis, análisis de su situación actual y propuestas para su viabilidad', elaborado por la SEFAR.

En el caso de Italia, el Fondo de Solidaridad Nacional se nutre de una tasa a las farmacias urbanas que se reparte entre las farmacias ubicadas en poblaciones de menos de 1.000 habitantes, garantizando unos ingresos netos mínimos para estos farmacéuticos.

Desde SEFAR se propone que todas las farmacias esenciales que no cubrieran con su ejercicio los costes de funcionamiento óptimo y explotación percibirían un complemento que les permitiría obtenerlos. Es decir, que la ayuda iría en función de la facturación.

Para fijar el umbral económico de aquellas farmacias esenciales que podrían acogerse a este fondo de compensación, los autores de este estudio han tomado como referencia el real decreto 5/2000 y sus posteriores modificaciones.

De este modo, aquellas con facturaciones iguales o superiores a 22.650 euros/mes no percibirían cantidad alguna porque ya obtendrían un beneficio equivalente con su propia facturación. Mientras que la oficina de farmacia que estuviera por debajo de este umbral de facturación recibiría de este fondo «la cuantía suficiente y necesaria que le permita obtener unos ingresos netos iguales a los de un farmacéutico de atención primaria». La SEFAR establece en este salario el horizonte de ingresos de un farmacéutico rural, una renta «acorde a su capacitación y desempeño profesional», explican. El sueldo de un farmacéutico de atención primaria, según convenio de la Generalitat Valenciana, es de 3.506,36 euros/mes.

Para obtener estos rendimientos, al beneficio bruto de la oficina de farmacia habría que añadir los gastos de funcionamiento óptimos, cifrados en 2.813,21 euros/mes. En total, 6.319,57 euros/ mes, «cantidad que -según se apunta en el estudio- en las actuales condiciones es totalmente imposible obtener por mera cuestión de ubicación y escasa población a la que se atiende».

Mecanismo de cálculo

Para calcular el complemento de los ingresos que percibirían los titulares de las boticas deficitarias, los autores de este estudio plantean una fórmula válida para cualquier farmacia esencial: restar al rédito total (3.506,36 + 2.813,21 = 6.319,57 euros/mes) el rendimiento bruto, que por ley ascendería al 27,9% de su facturación al Seguro Obligatorio de Enfermedad.

Este fondo de compensación se sufragaría con las aportaciones que las oficinas de farmacia ya hacen a la Administración a través del mecanismo consistente en detraer una cantidad económica proporcional a su facturación, en función de las tablas definidas en el real decreto 5/2000 y sus posteriores modificaciones. Este mecanismo exime de aportación a las farmacias que se encuentran por debajo de los 37.500 euros mensuales de facturación.

Los autores de este trabajo consideran que este «es el sistema más equilibrado y proporcional de todos los que intervienen sobre la facturación, y por tanto se antoja un mecanismo que, con las debidas correcciones, podríamos calificar como el ideal a la hora de proveer al sistema de los fondos necesarios para poder complementar las deficitarias facturaciones de las farmacias esenciales», se apunta en el propio documento.

Al mismo tiempo, además, «este mecanismo daría respuesta a una antigua reclamación de la profesión, como es que los recortes en farmacia y sus aportaciones repercutan también en la propia oficina de farmacia con vistas a asegurar que siga siendo un sistema sostenible», se añade.

Plan de servicios

Según la propuesta de la SEFAR, este fondo de compensación debería complementarse con la creación de un plan de servicios que sustituyera de forma paulatina la percepción económica, «avanzando hacia una tarificación de los servicios que la Administración y la propia población atendida entendieran de interés».

Para ello, estos servicios se diseñarían en función de las características específicas del medio donde van a desarrollarse y para su elección se valorarían la evaluación del impacto en salud de la implementación de los mismos y el posible ahorro que estos podrían generar en otras partidas de gasto (transporte en ambulancia, disminución de listas de espera, asistencia especializada...).

Como ejemplo de estos servicios, en el estudio se señalan 3 experiencias en las que esta sociedad profesional ha realizado pilotajes: telemedicina, educación de la población mediante el desarrollo de proyectos de innovación social en salud e investigación en el uso adecuado de fármacos por parte de la población.

Se trataría de un «proyecto de transformación progresiva y obligatoria de la percepción económica en servicios, obligatorio para todos los titulares de oficina de farmacia perceptores de las compensaciones».

SEFAR apuesta por identificar entre el conjunto de oficinas de farmacia aquellas que resulten esenciales para garantizar la máxima capilaridad en el servicio. A su juicio, las farmacias rurales ubicadas en pequeñas poblaciones serían las principales candidatas a recibir la catalogación de «farmacias esenciales»

Argumentos

Para conocer la situación en que se encuentran las denominadas «farmacias esenciales», los autores del estudio desglosaron los gastos de funcionamiento que una farmacia necesita «para levantar la persiana cada día» y que sus titulares puedan disponer de unas «condiciones dignas de trabajo (cotizaciones adecuadas, vacaciones, contratación de personal auxiliar...)» y analizaron el origen de sus ingresos.

Los datos obtenidos cifran los gastos de funcionamiento en 1.511,51 euros/ mes. Si bien, para poder hablar de un funcionamiento óptimo, es decir, contando con la contratación de personal técnico no licenciado y cotizaciones por rama autónoma equivalentes a un farmacéutico de la Administración Pública, estos ascenderían a los 2.813,21 euros/ mes (cuadro 1).

En cuanto a los ingresos, el análisis puso de manifiesto que, en un 92-93%, estos dependen de la facturación del Seguro Obligatorio de Enfermedad. Es decir, que el número de recetas dispensadas y el gasto medio por receta influyen de forma decisiva en la rentabilidad de estas farmacias. Unas variables que, en el caso del precio por receta desde 2008, presentan una tendencia a la baja (tabla 1).

En su informe, la SEFAR recuerda que las previsiones de la consultora IMS Health a este respecto para años sucesivos no son nada halagüeñas. «El valor de las ventas de medicamentos en oficina de farmacia se aproximarían al existente en 2002, retrocediendo 14 años, y sin tener en cuenta otros efectos como la inflación o los descuentos del 7,5 o 15 %, no recogidos en los datos de la consultora», se recoge en el documento elaborado por SEFAR. «Si los asumiéramos -apuntan los autores del estudio-, el mercado en 2016 sería un 45% inferior al existente en 2002 en valores constantes» (fig. 1).

Fig. 1. Mercado total 2006-2016

Umbral mínimo

Tomando como referencia el precio medio por receta de agosto de 2012 (10,23 euros/receta con un margen bruto de 2,85 euros/receta, sin descontar aportaciones a los reales decretos ley 9/2011 y 8/2010), una farmacia esencial tipo necesitaría dispensar un mínimo de 530 recetas para cubrir los gastos fijos derivados de su explotación (1.511,51 euros/mes); y un mínimo de 937 recetas para cubrir los gastos óptimos (2.813,21 euros/mes). El titular de la oficina de farmacia no obtendría rendimiento alguno hasta que no superara ese número de dispensaciones.

Incluso basándose en los criterios económicos fijados por el real decreto ley 16/2012 y añadiendo las implementaciones del margen derivadas de su aplicación para las oficinas de farmacia objeto de esta medida «el rendimiento neto muy probablemente se situaría por debajo de las retribuciones establecidas en el salario mínimo profesional establecido en España para el año 2012», concluye el estudio.

Sin olvidar que este salario está muy por debajo del objetivo fijado por la SEFAR que entiende que «el horizonte de ingresos ha de ser equivalente al percibido por un farmacéutico de atención primaria». Esta cantidad está en torno a los 3.500 euros/mes.

El estudio 'Farmacia Rural. La esencia del modelo español de farmacia. Génesis, análisis de su situación actual y propuestas para su viabilidad' analiza qué es la farmacia rural y cuáles son sus problemas, y recoge una pequeña comparativa sobre el abordaje que de esta situación se realiza en otros países con independencia de los modelos de prestación farmacéutica vigentes en cada uno de ellos. Además de Italia, se analizó Reino Unido, Dinamarca y Australia. En todos ellos, según se apunta en este trabajo, el Estado establece mecanismos compensatorios para asegurar la prestación farmacéutica en las áreas rurales.

Estudio práctico

Para el estudio, se analizaron 52 farmacias esenciales, con una facturación media de 8.211,39 euros/mes por farmacia, con unas implementaciones totales en su margen comercial derivada de las compensaciones del RDL 16/2012 de 16.219.34 euros, lo que supone una media de 311,91 euros/mes por farmacia. El número de recetas facturadas al Sistema Nacional de Salud por estas farmacias asciende a 752 recetas de media al mes, detectando que 8 de ellas no alcanzan ni el umbral mínimo de 530 recetas necesarias para cubrir gastos de explotación. El precio medio por receta de estas boticas asciende a 10,92 euros/receta. Si a este valor se le incrementan las implementaciones del margen derivadas del RDL 16/2012, una farmacia esencial aumentaría el precio medio de su receta hasta los 11,33 euros/receta dispensada, o lo que es lo mismo, un incremento del margen bruto por receta de 0,11 euros (de 3,04 euros/receta a 3,16 euros/receta). Teniendo en cuenta que el gasto mínimo de una farmacia asciende a 1.511,51 euros, si su beneficio bruto derivado del margen es de 2.290,98 euros, el beneficio de explotación o «salario» del farmacéutico ascendería a 779,47 euros/mes. Una vez descontadas las aportaciones de estas farmacias derivadas del RDL 8/2010, la cantidad se reduciría a 629,18 euros mensuales antes de impuestos. Las implementaciones del margen derivadas del RDL 16/2012 son de 311,91 euros de media, con lo cual el salario del farmacéutico ascendería, sumando esta cantidad, a 941,09 euros antes de impuestos.

Los autores de este trabajo hacen especial hincapié en que esta cantidad se reduciría considerablemente en el caso de querer incrementar las cotizaciones a la seguridad social o cualquier otro gasto adicional. «Los gastos fijos mínimos para el funcionamiento de una oficina de farmacia son del todo insuficientes para garantizar unas condiciones óptimas del ejercicio», insisten.

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