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Vol. 20. Núm. 7.
Páginas 8-14 (Julio 2006)
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Mercado farmacéutico: evolución
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ENRIQUE GRANDAa
a Doctor en Farmacia. grandafarm@telefonica.net
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En el estudio realizado sobre las principales características del mercado en el pasado año se aprecia una notable contención en el crecimiento, una oferta de medicamentos genéricos sobredimensionada que no se corresponde con el consumo de estos productos, el empobrecimiento del mercado de productos de autocuidado de la salud y el progresivo retroceso de terapias que tradicionalmente habían experimentado grandes crecimientos, como los antiinfecciosos y antibióticos. Por tanto, son tres los objetivos que se marca este artículo: obtener una foto fija del mercado de medicamentos para poder compararla con la de hace cinco años, observar la terapéutica en el presente y apuntar hacia dónde se dirige en las condiciones legales que ha de propiciar el nuevo sistema económico que propone la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos, aún en trámite parlamentario al acabarse de redactar el presente trabajo.

Principales magnitudes del mercado

A finales del año 2005 se habían consumido en España 1.160 millones de unidades de medicamentos, una cifra superior a la de los años anteriores, en que se habían registrado retrocesos respecto a cifras del pasado3. El mercado a precio de venta de laboratorio (PVL) alcanzó la cifra de 8.850 millones de euros, lo que significa un incremento de más de 3.000 millones de euros en cinco años, o más de un 50% si se contempla en porcentaje. Los 8.850 millones de euros a PVL representan 13.629 millones de euros a precio de venta al público (PVP), más de 2 billones de pesetas. Las causas principales del aumento en el número de unidades consumidas hay que buscarlas, sobre todo, en el aumento de población. El aumento en valores tiene explicación, sobre todo, en los nuevos productos bajo patente, y en el desplazamiento tradicional del marketing hacia los productos de mayor precio, por haberse producido una congelación general de los productos financiados o, lo que es peor, bajadas reales de precios por decreto, o por estar incluidos en los grupos homogéneos con los que se calculan los precios de referencia. El mercado de OTC ha experimentado un decrecimiento del -4,3% en unidades (tablas I y II) y un crecimiento del 1,1% en valores y su cuota de mercado ha caído al 3,8% del mercado. En conjunto se han consumido 116,3 millones de unidades de medicamentos publicitarios, por un valor de 338,8 millones de euros. Es significativo, sin embargo, que el mercado de productos excluidos de financiación, pero no publicitarios --los llamados EXO--, aumente un 5,9% en valores. Los genéricos avanzan pero de forma muy lenta, ya que no alcanzan aún el 8% del mercado (tabla III).

Aspectos cuantitativos y cualitativos

Los 10 primeros productos del mercado farmacéutico español en unidades son los que aparecen en la tabla IV. En ella se pueden observar algunos cambios significativos respecto a los últimos años, aunque permanece como primer producto de consumo en unidades Gelocatil. Ha desaparecido Aspirina, sustituida por Adiro, y aparecen el antidiabético Dianben y el antiinflamatorio no esteroideo Neobrufen. Entre los 10 medicamentos más consumidos en unidades hay 5 analgésicos antipiréticos (aunque uno de ellos es Aspirina en dosis de aplicación cardiovascular), un antibiótico; un ansiolítico; un antidiabético oral; un antiácido y un antirreumático. De los 10 primeros productos en valores, que aparecen en la tabla V, ninguno de ellos se encuentra entre los de mayor consumo en unidades. Entre los 10 medicamentos más consumidos en valores hay 3 antiasmáticos; 3 cardiovasculares; 2 antipsicóticos y 2 medicamentos para la osteoporosis. Hay que observar que tanto en unidades como en valores, no hay entre los 10 primeros medicamentos ninguna especialidad publicitaria ni genérica. Ello es el resultado de la alta financiación que se proporciona a los medicamentos en España, que condiciona un mercado muy especial, en el que no progresan las especialidades publicitarias, cuya cuota se encuentra estancada en torno al 4%. En este mercado, los genéricos no llegan al 8%, a pesar de que su número supera el millar, y ello es debido, principalmente, al sistema de precios de referencia y a la insuficiente libertad de sustitución por parte del farmacéutico. En cuanto a los laboratorios, ocurre una situación similar, aunque algunas compañías no se encuentran entre los líderes en unidades pero sí en valores, como en el caso de Pfizer, Lilly, Janssen Cilag o AstraZeneca (tablas VI y VII).

Finalmente, es interesante comprobar que, por grupos terapéuticos, se han producido cambios cualitativos respecto al pasado, ya que en 2005 se aprecia por primera vez un decrecimiento del grupo de antiinfecciosos y antibióticos, y decrecen también hormonas, antitusivos y antigripales, hipotensores y vitaminas. En cambio, muestran un importante crecimiento los medicamentos del sistema nervioso central --encabezados por los antipsicóticos atípicos--, así como las especialidades para el sistema genitourinario, los antidiabéticos y los antiulcerosos. En todos estos grupos se han producido lanzamientos de productos con mayor o menor grado de innovación, pero siempre a precio muy elevado (tabla VIII).

Especialidades farmacéuticas genéricas

En España, el desarrollo del mercado de genéricos se ha visto sometido a la continua aparición de disposiciones legales; así pues, desde su introducción en el año 1998 se ha ido aplicando un conjunto de normas que, mayoritariamente, van en contra de la forma en que debería haberse desarrollado el mercado normal de unos productos cuyo papel es ocupar el puesto de los que habían detentado una patente. Así, se comenzó por identificarlos --de forma interesada-- como medicamentos de marca, al introducir la obligatoriedad de añadir, en su nombre comercial y junto a la denominación común internacional del principio activo en cuestión, el nombre o la marca del titular o fabricante. También se pusieron importantes trabas a su registro, con estudios de bioequivalencia generalizados, y notables cortapisas a la introducción de cambios en el fabricante o la procedencia de la materia prima. Por otra parte, se ha limitado en gran medida la sustitución y no se ha generado ningún incentivo claro para quienes los prescriben, dispensan o deben usarlos. No se han seguido las directrices que se aplican en otros mercados evolucionados para conseguir una importante cuota de genéricos como son: una alta capacidad de sustitución por parte del farmacéutico y un alto incentivo económico para que el paciente aprecie un ahorro considerable a la hora de adquirir el medicamento. El resultado de esta regulación es un crecimiento muy discreto del mercado y la supremacía de los medicamentos de marca --muchos de ellos copias-- que hasta ahora parecían haberse librado de la amenaza de competir con los genéricos, ya que cuando el médico los prescribía indicando la marca no podían ser sustituidos e incluso el paciente tenía la posibilidad de elegirlos pagando la diferencia.

Ley de Cohesión y Calidad del SNS

Esta situación cambió con la aparición de la Ley de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud, en 2003, que modifica la Ley del Medicamento y crea un sistema de precios de referencia, que incluye las marcas en la creación de unos conjuntos, excluye de financiación a los productos que superen el precio de referencia e incluso impide pagar la diferencia para obtener el medicamento de marca si ésa es la voluntad del paciente. La consecuencia es una importante contracción del mercado, que no sólo consigue que los genéricos no crezcan significativamente, sino que las mayores pérdidas se produzcan en los medicamentos bajo marca con los mismos principios activos. El cambio de gobierno en 2004 paraliza el sistema de precios de referencia implantado por el anterior ejecutivo y diseña uno nuevo, que afectará a todos los que habían logrado librarse de entrar en los conjuntos, al imponer, en el Proyecto de Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos, una bajada del 20% a todos los medicamentos con mas de 10 años en el mercado.

Políticas autonómicas

Junto a todo esto, aparecen fenómenos incontrolados en las comunidades autónomas que vienen a enrarecer aún más el panorama, con imposición de visados, trabas a la visita médica, definición por concierto de precios máximos y prescripción por principio activo. La política de prescripción por principio activo y precios máximos acordada en el concierto de Andalucía en diciembre de 2002 produce unos efectos sorprendentemente diferentes a los que se propugnaban con los precios de referencia del Partido Popular, ya que no han primado especialmente el crecimiento del mercado de genéricos y tienen, sin embargo, la ventaja de haber conseguido el menor crecimiento del gasto, concediendo, a la vez, un cierto margen de sustitución al farmacéutico.

La Ley de Garantías y Uso Racional de Medicamentos y Productos Sanitarios diseña otro panorama, que tampoco es excesivamente favorable a los genéricos, con limitaciones a la sustitución, que ha de realizarse por un medicamento de menor precio (tabla IX).

Especialidades farmacéuticas publicitarias

Aunque a primera vista pueda parecer que las especialidades farmacéuticas publicitarias tienen un mercado más fácil por estar excluidas de financiación y tener el precio libre, esto no es así, porque hay medicamentos financiados que compiten con los publicitarios en indicaciones y, sobre todo, en precio, ya que al final, la mayor parte de las recetas del Sistema Nacional de Salud son gratuitas. El mercado de EFP ha sido uno de los más castigados por la reglamentación existente, en cierta medida por lo que les afecta a ellos propiamente, pero sobre todo por «culpa» de los demás medicamentos de prescripción, financiados o no.

Año tras año se viene observando una contracción de este mercado en unidades, mientras que el crecimiento en valores se debe, casi exclusivamente, a moderados incrementos de precios; tan moderados que se diría que pretenden que el usuario no se dé cuenta y no vaya al ambulatorio a solucionar su problema. Un hecho que no deja de ser curioso es el crecimiento de un tipo de medicamentos, los de prescripción pero no financiados, que parecen haber encontrado un nicho interesante en la medicina privada, aunque algunos de ellos reciben el beneficio de ser financiados en alguna comunidad autónoma. Los problemas que afectan a los medicamentos de autocuidado son, principalmente, dos: la existencia de una lista positiva que impide cualquier originalidad, no sólo en el principio activo, sino también en las dosificaciones y la vía de administración, y la más que exigente reglamentación sobre publicidad en esta materia.

De poco vale que la industria señale sistemáticamente a otros países en los que un principio activo ha pasado a ser publicitario, porque desde que aparece la correspondiente orden ministerial y el primer producto en el mercado pueden haber pasado más de dos años. La fiscalización de la publicidad es agobiante, ya que es preciso pasar el control previo del material publicitario, algo que sólo ocurre con los productos financieros. Los anuncios en televisión desperdician una buena parte de su costosísimo tiempo en la llamada pantalla azul y, por si faltaba algo, todo el mundo puede decir --aportando un estudio sin las características de ensayo clínico-- que un preparado lácteo ayuda a bajar el colesterol, mientras que no existe ningún medicamento hipolipemiante del que se autorice a hacer ese tipo de publicidad. Con estas limitaciones es difícil dedicarse a la venta de medicamentos publicitarios.

Esta situación podría cambiar con la nueva ley, aunque esto no deja de ser una hipótesis que habrá que confirmar, y no porque los males que afectan a los medicamentos publicitarios desaparezcan, sino por medidas que afectan a los demás medicamentos.

Mercado hospitalario

El mercado hospitalario es muy diferente del de prescripción, tanto por la naturaleza de los productos que se comercializan como por la forma de adquisición o los períodos de pago de los productos. En el año 2002 se ha estimado en 2.283 millones de euros, con un crecimiento del 12,3% por ciento respecto al año anterior. Este crecimiento, muy superior al del mercado de las recetas, ha continuado en estos años, por lo que se estima que en el año 2005 debe de haber alcanzado los 5.000 millones de euros. El problema principal de este mercado son los períodos de pago a que se ven sometidos los laboratorios que habitualmente suministran a hospitales, ya que en algunas comunidades autónomas se ha llegado a dos años de retraso en los pagos, así como una fuerte competencia en los precios. Hay que tener en cuenta también que es un mercado muy diferente desde el punto de vista cualitativo, como pusimos de manifiesto en otra ocasión en esta misma revista1.

Evolución previsible

A partir de primeros de enero de 2005 se produjo un incremento de la financiación sanitaria para todas las comunidades autónomas, que se encuadra en el nuevo sistema de financiación alcanzado en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Ésta es una situación nueva en el panorama farmacéutico, cuyas consecuencias todavía no podemos valorar, ya que hasta que se produjeron las últimas transferencias en el año 2002, el Insalud ejercía un papel de liderazgo en la gestión y sus desviaciones se convertían en mayores recursos para todas las comunidades autónomas. A partir de ahora, se produce una situación estable en financiación, por la que las comunidades autónomas tendrán que afrontar su futuro con condicionantes nuevos: por una parte, un sistema de financiación sin horizonte temporal alguno, es decir, diseñado para que permanezca en el futuro y, por otra, una ley de estabilidad presupuestaria aplicable a todas las administraciones públicas, que limita extraordinariamente el endeudamiento. Éstas son las herramientas de trabajo de las comunidades autónomas, que no pueden controlar los precios de los medicamentos ni su registro, competencias ambas del Ministerio de Sanidad. Hace falta una mayor convergencia con Europa, también en cuestiones como el reembolso, y hace falta llegar a la suficiencia financiera por medio de un mejor control presupuestario basado en una mayor aportación de los pacientes. El peligro acechará a quienes (laboratorios, distribuidores y farmacias) no crean que el futuro puede deparar cambios tan profundos. Para terminar este análisis del mercado farmacéutico en los comienzos del año 2005, cabría subrayar que este país tiene un mercado moderno y muy interesante para el desarrollo de la industria farmacéutica. España es uno de los mercados clave para cualquier laboratorio multinacional (aunque todavía hay perspectivas y vacíos de mercado para los laboratorios autóctonos, así como para una distribución tecnificada y necesitada de concentración y también para las oficinas de farmacia). El mercado en este momento se encuentra dominado por las continuas bajadas de precios derivadas del RD 2402/2004 de 30 de enero que, por ahora, producen una contención del mercado, aunque se observa una tendencia al aumento de los precios medios, lo que puede ocasionar un cambio importante desde el punto de vista cualitativo, con abandonos en el uso de medicamentos de bajo precio.

 

 

Bibliografía y notas

1. Granda E. Mercado farmacéutico. Nuevo siglo. Farmacia Profesional. 2001;16(2):6-12.

2. Granda E Mercado farmacéutico. Problemas y soluciones. Farmacia Profesional. 1999; 13(7):6-12.

3. En la década de los 70 y principios de los 80 el consumo de inyectables condicionaba un mayor mercado en unidades.

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