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Vol. 27. Núm. 4.
Páginas 24-27 (Julio 2013)
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Lubricantes oculares
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Maria-Josep Divinsa
a Farmacéutica.
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Tabla. I. Lubricantes oculares.Marcas por laboratorio
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El síndrome del ojo seco es uno de los cuadros oftalmológicos más frecuentes hoy en día. Se trata de una lubricación ocular insuficiente que produce irritación, picor y fuerte sensación de molestia en los ojos. Son varios los factores que pueden desencadenar la aparición de este síndrome, y como no siempre es posible evitarlos, contamos con las llamadas «lágrimas artificiales» que suponen un importante alivio en la mayoría de los casos. Si se hace necesario recurrir a lubricantes con texturas más espesas como los geles, pomadas y ungüentos oftálmicos, también en este caso su tolerancia es excelente y su eficacia, ampliamente comprobada.

Síndrome del ojo seco

Se conoce como síndrome del ojo seco el trastorno caracterizado por un nivel insuficiente de lágrimas. Este déficit de lágrimas provoca molestias al parpadear y sensación de arenilla en los ojos ya que el ojo precisa del flujo constante de lágrimas para mantener su confort.

La lágrima natural está compuesta mayoritariamente por agua (más del 98%), siendo el resto principalmente sales, algunas enzimas, proteínas, lípidos...

En el organismo las lágrimas cumplen varias funciones; aparte de su obvia acción hidratante y lubricante, mantienen el correcto metabolismo de la superficie ocular y poseen además acción limpiadora y antiinfecciosa.

Las glándulas lagrimales se encuentran localizadas sobre cada ojo, detrás del párpado superior. Estas glándulas secretan el fluido lagrimal, que fluye a través de los conductos lagrimales hasta el espacio comprendido entre el globo ocular y los párpados. Al parpadear, el fluido lagrimal, se extiende sobre la superficie del ojo. Esta lubricación es imprescindible para evitar que el parpado, al cerrarse, pueda dañar la cornea. Si la secreción ocular disminuye, el parpado roza la cornea provocando microerosiones y dejando terminaciones nerviosas sensitivas expuestas, que provocan dolor.

Este síndrome es frecuente a edades avanzadas puesto que el flujo de lágrimas normalmente disminuye con la edad. La incidencia es mayor también durante el embarazo, la postmenopausia y en mujeres que toman anticonceptivos.

Las estadísticas corroboran que las mujeres suelen ser las más afectadas, el 70% de los lubricantes totales prescritos son para ellas.

Ciertas actividades realizadas durante períodos prolongados de tiempo, como leer, escribir o trabajar delante de la pantalla del ordenador, contribuyen a deshidratar la película lagrimal. En estos casos parpadeamos menos de lo aconsejable para mantener una óptima lubricación.

El aire acondicionado, una calefacción demasiado fuerte, el viento... son a menudo también factores que favorecen esta patología, puesto que eliminan la humedad natural de los ojos, dejándolos secos e irritados. Lo mismo ocurre con el aire reciclado de aviones y de otros espacios cerrados.

Las lentes de contacto pueden aumentar de manera importante la evaporación de lágrimas, causando tal incomodidad, que son la principal causa de intolerancia a las lentillas.

También los pacientes sometidos a cirugía refractiva suelen ser otro de los colectivos que con mayor frecuencia necesitan un aporte extra de lágrimas. En la mayoría de los casos, sin embargo, se trata de un problema pasajero.

Es importante recordar que la toma de algunos medicamentos como ansiolíticos, antidepresivos, antihistamínicos, etc. pueden causar como efecto secundario, sequedad ocular.

Diagnóstico y tratamiento

El objetivo de las diferentes modalidades de tratamiento consiste en reducir los síntomas y molestias asociadas al ojo seco y prevenir posibles lesiones cornéales.

Existen varias pruebas rápidas con las que los oftalmólogos pueden medir la producción de lágrimas y evaluar la severidad del proceso.

Una vez establecido el diagnóstico, el tratamiento es muy variado, desde recomendar lágrimas artificiales para suplir el déficit, hasta prescribir gotas preparadas con suero autólogo (preparado con materia orgánica del propio paciente) en patologías más rebeldes.

En otros casos se recomienda la cirugía, que consiste en cerrar permanentemente los conductos lacrimales que drenan las lágrimas a la nariz, permitiendo así que siempre haya una buena cantidad de lágrimas en los ojos. Suele realizarse esta oclusión mediante tapones lagrimales, que pueden ser temporales ya que se disuelven al poco tiempo o permanentes, de silicona.

En la mayoría de casos, sin embargo, es suficiente con usar algún colirio humectante y seguir una serie de consejos sencillos, como pueden ser el uso de humidificadores en las habitaciones, el descansar cada cierto tiempo cuando estamos ejercitando intensamente la vista o quitarnos las lentillas si notamos el ojo seco.

Mercado de los lubricantes oculares

En el mercado de los lubricantes, la forma farmacéutica predominante es la de las soluciones monodosis, que se han impuesto claramente sobre todas las demás. Durante el año pasado, un 70,3% de las unidades vendidas y un 76,3% de los valores correspondieron a los lubricantes monodosis.

Los colirios clásicos representan un 13,8 y un 9,5%, respectivamente. Los geles oculares en monodosis un 11,7 y un 8,4% mientras que el resto de geles obtuvieron un 3,7 y un 5,2%. Finalmente, sólo un 0,5%(en valor) para los ungüentos.

Fig. 1. Lubricantes oculares: porcentaje de mercado por forma farmacéutica. Fuente: CEAH

Fig. 2. Lubricantes oculares porcentaje de ventas en valores. Fuente: CEAH

Ventas por laboratorios

Las ventas totales ascendieron a 14.763.000 unidades por un total de 46,35 millones de euros (año 2012). El porcentaje de evolución respecto a los 12 meses anteriores descendió en un 13%, en buena parte debido a la exclusión del grupo de la financiación por el SNS en el RDL 16/2012, promulgado a mediados del año pasado.

El laboratorio que más vendió fue Allergan, 7.445.000 unidades vendidas y 24,23 millones de euros de facturación (52,3%). Este importante porcentaje lo consiguió gracias a sus 6 marcas presentes en el mercado: Viscofresh, Cellufresh, Liquifresh, Lacrilube, LiquifilmLágrimas y Optava.

El segundo lugar fue para Angelini con 2.643.800 unidades y 7,60 millones de euros (16,4%). Este laboratorio comercializa 3 marcas: Artific, Lipolac y Lubristil.

En tercer lugar, Alcon (Acuolens, Lacryvisc, TearsHumectante, ColircusíHumectante y Eloisin) que obtuvo 7,31 millones de euros (15,8%) gracias a sus 2.106.700 unidades vendidas.

Con 2 productos en las farmacias (Hidrathea y Siccafluid), Thea se situó a continuación (1.242.600 unidades y 4,12 millones de euros, 8,9%).

Seguidos de Novartis (Oculotect y Viscotears) con 1.063.200 unidades y 2,34 millones de euros, (5,0%).

Los otros laboratorios, Baush&Lomb (Ofarsin) y M4Pharma (Dacrolux) consiguen un 1,5 y un 0,1% del segmento, respectivamente.

Ventas por marcas

El lubricante ocular más vendido durante el año pasado fue Viscofresh con 6.640.600 unidades dispensadas por un importe de 22,33 millones de euros (48,2%).

El segundo fue Acuolens con 1.898.800 unidades y 6,67 millones de euros (14,4%).

La tercera posición la consiguió Artific con 1.552.000 unidades y 4,97 millones de euros (10,7%).

Seguidas de Siccafluid que vendió 956.000 unidades y facturó 3,30 millones de euros (7,1%).

Tres marcas obtuvieron porcentajes entre el 3 y el 5%: Oculotect (1.039.200 unidades y 2,19 millones de euros, 4,7%), Lipolac (1.021.400 unidades y 2,09 millones de euros, 4,5%), LiquifilmLágrimas (685.900 unidades y 1,37 millones de euros, 3,0%).

Por debajo: Hidrathea (285.900 unidades y 818.000 euros, 1,8%), Ofarsin (250.000 unidades y 701.000 euros, 1,5%) y Lubristil (70.000 unidades y 532.000 euros, 1,1%).

El precio medio de estos productos oculares en el periodo estudiado se situó en los 4,90 euros.

Al repasar los 10 lubricantes más vendidos, observamos que cinco de ellos están por encima de esta media mientras que los otros 5 están por debajo.

Por encima: Lubristil (11,81 euros), Acuolens (5,48 euros), Siccafluid (5,39 euros), Viscofresh (5,25 euros) y Artific (5,00 euros). Por debajo: el más barato es Liquifilm (3,12 euros), seguido de Lipolac (3,20 euros), Oculotect (3,29 euros), Ofarsin (4,38 euros) y Hidrathea (4,47 euros).

Fig. 3. Lubricantes oculares ventas 10 primeros productos en valores. Fuente: CEAH.

Fig. 4. Lubricantes oculares participación por laboratorio - % valores. Fuente: CEAH

Fig. 5. Lubricantes oculares pvp (IvA incluido) en euros de las principales marcas. Fuente: CEAH

El consejo farmacéutico

Cuando el «ojo seco» produce importantes molestias, lo correcto es consultar a un oftalmólogo, que determinará las posibles causas. El especialista realizará la prescripción inicial, en función de las especificidades de cada paciente y, como no, también de su criterio y experiencia previa con los distintos productos.

Pero a menudo, en etapas más precoces de la patología o en casos más leves, los pacientes consultan antes en la oficina de farmacia sobre su problema. Y como realmente pocas personas se libran de padecerla alguna vez en su vida, aunque sea de manera puntual, las consultas sobre sequedad ocular son muy corrientes en el día a día de las farmacias.

Nuestra intervención, además de aconsejar el uso de algún producto en concreto, debería extenderse a analizar sus hábitos y condiciones de vida. Un aspecto a tener muy presente es el posible origen iatrogénico de la sequedad ocular, revisando los medicamentos que pueda estar tomando el paciente, por si en alguno de ellos pudiera encontrarse parte del problema.

Recordaremos a nuestros clientes la conveniencia de complementar el uso de los lubricantes oculares con la humidificación de los ambientes secos, mediante nebulizadores o colocando recipientes de agua sobre los radiadores de la calefacción, siempre que sea posible. También la de realizar una ingesta abundante de líquidos, evitar la exposición ocular directa a las corrientes de aire y observar un descanso ocular cuando pasan muchas horas viendo la televisión, mirando la pantalla del ordenador o trabajando de cerca.

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