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Vol. 18. Núm. 10.
Páginas 12-21 (Noviembre 2004)
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Informe de coyuntura económica
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MARIOLA PINILLOSa, CARMEN PINILLOSa, FERNANDO ANTOÑANZASa
a Economistas. Universidad de La Rioja.
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Fig. 1. Crecimiento del PIB por el lado de la demanda (2000-2004). Comparación España-UE
Fig. 2. Crecimiento del VAB por ramas de actividad (2000-2004)
Fig. 3. Ocupación y paro
Fig. 4. Evolución de la inflación general y subyacente (enero-junio, 2004)
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Los autores han elaborado un informe sobre la coyuntura económica de nuestro país en el primer semestre de 2004. En un contexto en el que la economía internacional parece recuperar el pulso, la economía española estabiliza tanto el ritmo de crecimiento del PIB como el de creación de empleo y se enfrenta a un nuevo repunte de la inflación.

Los datos referidos a la primera mitad de 2004 vienen a confirmar la recuperación de la economía internacional; una recuperación que está siendo estimulada por la expansión de Estados Unidos y las economías asiáticas.

PANORAMA INTERNACIONAL

Alguna de las incógnitas en torno a la consolidación de la recuperación de la economía norteamericana se despejan favorablemente en el primer semestre de 2004. El crecimiento del PIB se intensifica hasta alcanzar tasas próximas al 5%, la inversión y la producción industrial comienzan a mejorar y, por primera vez en toda la fase de recuperación, se crea empleo y se reduce la tasa de paro (tabla I). Se trata, pues, de una economía en expansión sobre la que, no obstante, todavía persisten algunos riesgos (como el elevado déficit público o el creciente endeudamiento exterior) que pueden poner en peligro la sostenibilidad del crecimiento a largo plazo.

Las economías asiáticas comparten con Estados Unidos la tarea de reactivar la economía mundial. Sus tasas de crecimiento, superiores a las de la economía norteamericana, son buena muestra de la fuerte expansión que está viviendo actualmente esta zona económica. Ninguna de las economías emergentes de la zona ha registrado, durante el período objeto de estudio, tasas de crecimiento inferiores al 6%, si bien algunas como Singapur o Hong Kong lo superan ampliamente llegando a alcanzar niveles del orden del 12%.

El fuerte crecimiento de estas economías y de Estados Unidos ha impulsado el comercio internacional y ha acabado contagiando a la economía japonesa, que afianza en el primer trimestre de 2004 la recuperación que iniciara a mediados de 2003, y cuyas exportaciones llegan a crecer un 18% en el segundo trimestre de 2004 (tabla I).

 

Zona euro

La zona euro, por su parte, parece ajena a la expansión de la economía internacional. Su ritmo de crecimiento es sensiblemente inferior al del resto de las zonas económicas (tabla I). El 2% de crecimiento registrado en el segundo trimestre de 2004, el más alto de los últimos trece trimestres, contrasta no sólo con el de Estados Unidos o Japón, sino también con el de las principales economías latinoamericanas (cuyas tasas de crecimiento se encuentran comprendidas entre el 4% de México y el 7% de Argentina) o con el de las economías en transición (cuyas tasas de crecimiento son del orden del 4-5%).

Si las restricciones al crecimiento del déficit público y la falta de confianza de empresarios y consumidores han podido limitar el crecimiento de la demanda interna europea, la fortaleza del euro ha impedido que la UE se aproveche de la expansión de la demanda exterior. De hecho, pese a la recuperación del comercio mundial, el de la zona euro sólo consigue crecer en torno al 0,3-0,7% en el primer y segundo trimestres de 2004 respectivamente, tras superar la recesión sufrida en 2003.

En este contexto, la economía española estabiliza su ritmo de crecimiento, si bien sigue creciendo por encima de la media de la UE.

CRECIMIENTO Y ACTIVIDAD ECONÓMICA

Tras cuatro trimestres consecutivos de crecimiento acelerado, la economía española modera levemente su ritmo de crecimiento en el primer semestre de 2004, al reducir en dos décimas la tasa de crecimiento interanual registrada a finales de 2003 (tabla II).

La pérdida de fuerza que el crecimiento económico español muestra en la primera mitad del año contrasta con el perfil de crecimiento acelerado que la zona euro viene manteniendo en los últimos cinco trimestres. Si bien la economía española sigue creciendo por encima de la media de la UE (un 2,6% en el segundo trimestre de 2004, frente al 2% de la zona euro), la diferente evolución que ambas economías han registrado en el primer semestre de 2004 ha reducido el diferencial de crecimiento que la primera venía manteniendo en los últimos trimestres (fig. 1). Así, frente a los 2,4 puntos porcentuales de diferencia que se registraban a mediados del año pasado y los 2,1 puntos porcentuales de finales de 2003, en el segundo trimestre de 2004 dicha diferencia quedó reducida a 0,6 puntos porcentuales.

Fig. 1. Crecimiento del PIB por el lado de la demanda (2000-2004). Comparación España-UE

 

La moderación que el crecimiento económico español ha sufrido en la primera mitad del año 2004 es debida, fundamentalmente, al deterioro de la demanda exterior neta (fig. 1). Así, mientras que la demanda interna aumenta su aportación al crecimiento del PIB en los seis primeros meses del año, la demanda exterior neta incrementa su contribución negativa en 5 décimas (de -0,8 en el cuarto trimestre de 2003, a -1,3 puntos en el segundo de 2004).

El peor comportamiento que el comercio exterior muestra en la primera mitad de 2004 es consecuencia de la evolución que, durante dicho período, han tenido las importaciones y las exportaciones de bienes y servicios. Aunque ambas retoman el ritmo de crecimiento acelerado que habían perdido en la segunda mitad de 2003 y crecen en el primer semestre del año 2004, tanto el ritmo de avance como el perfil de crecimiento interanual es diferente. Así, mientras que, según los datos de la Contabilidad Nacional Trimestral (CNTR), las importaciones crecen un 6,1%, las exportaciones lo hacen un 3,4%, y mientras que las importaciones aceleran decididamente su crecimiento interanual (con tasas del 7,8 y 8,1% en el primer y segundo trimestre del año, respectivamente), las exportaciones desaceleran su crecimiento en el segundo trimestre, tras haberlo incrementado en el primero.

La fortaleza que, por otro lado, vuelve a exhibir la demanda interna en el segundo trimestre del año (con una contribución al crecimiento del PIB de 3,9 puntos, 3 décimas superior a la de los dos trimestres precedentes) se apoya en el dinamismo del consumo y, sobre todo, en la recuperación de la inversión.

El gasto en consumo final presenta un perfil de crecimiento levemente acelerado en el primer semestre, similar en sus dos componentes, si bien el crecimiento del consumo de las Administraciones Públicas supera en algo más de un punto al de los hogares.

Por su parte, la recuperación de la inversión se apoya en el crecimiento acelerado de la formación bruta de capital fijo y éste, a su vez, en la fuerte expansión de la inversión en bienes de equipo que consigue, tras dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo, despegar con una tasa de crecimiento interanual del 4% en el segundo trimestre de 2004. La inversión en construcción, aunque continúa siendo elevada, estabiliza su crecimiento en torno a un 4,2%.

 

La actividad económica desde la perspectiva de la oferta

El análisis de la actividad económica desde la perspectiva de la oferta permite comprobar que todas las ramas de actividad, excepto la agraria y pesquera, contribuyen positivamente al crecimiento de la economía española en el primer semestre de 2004 (fig. 2).

Fig. 2. Crecimiento del VAB por ramas de actividad (2000-2004)

 

Frente a la construcción y los servicios, que moderan su ritmo de crecimiento en la primera mitad del año 2004, las ramas industrial y energética destacan con un crecimiento acelerado de su valor añadido bruto (VAB). La construcción estabiliza su crecimiento en torno al 3,5%, si bien sigue siendo la rama de actividad más dinámica. La producción de servicios, por su parte, claramente condicionada por la evolución de los servicios destinados a la venta, reduce su ritmo de avance en el segundo trimestre de 2004, tras un año de crecimiento acelerado.

SECTOR EXTERIOR

Los datos de la Balanza de Pagos suministrados por el Banco de España confirman la evolución del comercio exterior registrada por la Contabilidad Nacional Trimestral (CNTR) y permiten un análisis más detallado del comportamiento que tanto las exportaciones y las importaciones de bienes y servicios, como los pagos y cobros por rentas y transferencias o las entradas y salidas de capital, han tenido a lo largo de los seis primeros meses de 2004.

Según dichos datos, el déficit acumulado de la balanza por cuenta corriente en el primer semestre del año 2004 ascendió a 15.831 millones de euros, frente a los 8.740 millones de euros registrados por la misma balanza en el primer semestre de 2003, lo que supone un nada despreciable 81,1% de incremento. Este incremento se debió, principalmente, al aumento del déficit comercial y, con menor importancia cuantitativa, a la reducción del superávit de la balanza de servicios y al aumento del déficit de la balanza de rentas. La balanza de transferencias fue la única que frenó el incremento del déficit del saldo por cuenta corriente.

El análisis desagregado de la información descubre un déficit comercial acumulado en los primeros seis meses de 2004 de 22.266 millones de euros, frente a los 16.216 millones de euros del mismo período del año 2003, lo que supone un incremento de un 37,3% entre esos dos períodos. De enero a junio de 2004, las exportaciones crecieron un 3,8% respecto a esos mismos meses del año 2003, mientras que las importaciones, claramente condicionadas por la apreciación del euro y por el aumento del precio del petróleo, mostraron un comportamiento más dinámico, al crecer casi un 10%.

El superávit acumulado de la balanza de servicios (10.384 millones de euros) se reduce un 11,2% respecto al primer semestre del año anterior. Dado que la rúbrica «Turismo y viajes» minora su superávit casi en un 5% hasta situarse en 12.392 millones de euros y su importancia cuantitativa sobre el saldo total de la balanza de servicios ha aumentado cerca de un 7% respecto al primer semestre de 2003, cabe deducir que el resto de servicios ha aumentado su déficit en los seis primeros meses del año.

A pesar de que el incremento de los pagos a los factores productivos extranjeros en la nación (un 9,2%) no supera el crecimiento de los ingresos obtenidos por la remuneración de los factores productivos nacionales en el extranjero (un 10,6%), la balanza de rentas registró un incremento de su saldo deficitario del 6,4%, hasta situarse en 5.515 millones de euros.

La balanza de transferencias corrientes fue la única que contrarrestó el incremento del déficit por cuenta corriente provocado por el resto de subalanzas. Su superávit aumentó de forma significativa hasta los 1.567 millones de euros, un 61,21% más que en el mismo período del año 2003.

Por último, la balanza por cuenta de capital redujo el superávit acumulado un 2,5% con respecto al primer semestre del año anterior. El principal motivo de esta reducción ha sido la disminución de los ingresos en concepto de transferencias de capital procedentes de la Unión Europea.

El saldo agregado de las balanzas por cuenta corriente y por cuenta de capital determina una necesidad de financiación de la economía de 11.855 millones de euros, más del doble (154,34%) de la registrada en el primer semestre de 2003.

MERCADO DE TRABAJO

La creación de empleo y la entrada de población activa en el mercado de trabajo español continúan creciendo en el primer semestre del año 2004, aunque a unas tasas inferiores a las que venían manteniendo en los últimos trimestres. Por su parte, las cifras de paro muestran una reducción similar a la acontecida en la primera mitad del año 2003.

 

Población activa

Aunque con una tasa del 0,8%, seis décimas inferior a la del mismo período del año anterior, la población dispuesta a participar en el mercado de trabajo vuelve a crecer en el primer semestre del año 2004. Dicho crecimiento aumenta la población activa en 153.500 personas y sitúa la tasa de actividad en el 55,7%.

De nuevo también, cabe destacar el incremento de la actividad entre las mujeres. Ocho de cada diez activos nuevos en el mercado laboral son mujeres; hecho que eleva la tasa de actividad femenina a un nuevo máximo histórico (el 44,5%) y consigue reducir la tradicional brecha que separa la actividad femenina y masculina en 0,57 puntos porcentuales.

 

Ocupación y empleo

Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicados por el INE, el número total de ocupados al finalizar la primera mitad del año 2004 supera, por primera vez, la cifra de 17 millones, situándose en 17.050.100 personas. Se observa, no obstante, un ritmo de crecimiento sensiblemente inferior al registrado por la ocupación durante todo el año 2003 (fig. 3).

Fig. 3. Ocupación y paro

 

La moderación en el ritmo de crecimiento de la ocupación (número de ocupados, asalariados y puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo) también se observa al analizar los datos de empleo referidos al primer semestre del año 2004 suministrados por la Contabilidad Nacional Trimestral (CNTR). Por el contrario, el número de contratos registrados en las oficinas del INEM crece casi un 14% durante el semestre analizado.

Como ocurriera en el mismo período del año pasado, las principales beneficiarias del crecimiento de la ocupación son las mujeres, particularmente las de más de 25 años. 133.200 mujeres más que a principios de año (el 70,8% del empleo total creado durante el período analizado) consiguen trabajar en el primer semestre de 2004. Frente al crecimiento registrado por la ocupación femenina durante la primera mitad del año (un 2%), las cifras de empleo masculino consiguen superar la caída registrada en el primer trimestre y crecer un 0,5%. Al igual que ocurre con las mujeres, el crecimiento de la ocupación masculina se registra en los mayores de 25 años.

Todos los sectores económicos, excepto agricultura, registran incrementos de ocupación; si bien sólo construcción y servicios muestran tasas de crecimiento positivas en la evolución interanual.

El menor ritmo de crecimiento que la ocupación ha mostrado durante el primer semestre de 2004 también se observa en el empleo asalariado, cuya tasa de crecimiento del 0,9% contrasta con el 2,1% registrado en el primer semestre de 2003. La sintonía en la evolución de ambas variables explica que la tasa de asalarización apenas se haya visto alterada en el período objeto de estudio (81,5% en el segundo trimestre de 2004, frente a 81,6% en el último trimestre del año anterior).

Frente al crecimiento, también desacelerado, de los asalariados con contrato indefinido (1,4%, ocho décimas inferior al registrado en el primer semestre de 2003), la fuerte caída sufrida por la contratación temporal en los tres primeros meses del año (una reducción del 2,2% respecto al trimestre anterior), hace disminuir el número de asalariados con contrato temporal en 5.900 personas y sitúa la tasa de temporalidad en el 30,4%, 0,3 puntos porcentuales por debajo de la registrada a comienzos de año.

Por su parte, el fuerte crecimiento registrado por el trabajo por cuenta propia en la primera mitad del año (un 2,2%, frente a un crecimiento prácticamente nulo en el mismo período el año anterior) parece consolidar el cambio de tendencia que, tras siete trimestres consecutivos de declive, se iniciara a mediados de 2003.

Por último, en el análisis de la ocupación según la duración de la jornada laboral, cabe destacar una nueva aceleración en el ritmo de crecimiento del empleo a tiempo parcial. El 52,4% del empleo total creado en el primer semestre de 2004 (98.600 empleos, un 7,2% más que en la primera mitad del año 2003) es a tiempo parcial. Con estos datos, el porcentaje de trabajadores a tiempo parcial sobre el total de ocupados (tasa de parcialidad) se sitúa en el 8,6%, 4 décimas por encima de la registrada al finalizar el año 2003.

Como viene siendo habitual, la mayor parte del empleo a tiempo parcial creado en el primer semestre de 2004 (en concreto el 86,4%) es ocupado por mujeres.

 

Desempleo y paro

A pesar de la moderación en el ritmo de crecimiento de la ocupación, el menor dinamismo detectado en el aumento de la población activa ha permitido que el número de desempleados se redujera un 1,6% (34.500 desempleados menos que al comenzar el año) y que la tasa de paro baje hasta el 10,9% de la población activa, tres décimas menos que a principios de año y dos menos que un año antes (fig. 3). Con todo, cabe señalar que, tras reducirse un 0,9% en el primer trimestre, la tasa de variación interanual ha vuelto a retomar el suave ritmo de crecimiento (un 0,4%) que viene manteniendo desde la segunda mitad de 2003.

La disminución del número de desempleados se produce tanto entre los hombres como entre las mujeres, aunque más intensamente en los primeros: mientras que al finalizar el primer semestre del año había 10.600 desempleadas menos que al comienzo, el número de desempleados varones disminuye en 23.900.

Los sectores económicos en los que desciende el paro son industria y construcción (un 4 y un 3%, respectivamente). El paro agrario, por el contrario, registra en los seis primeros meses del año un crecimiento del 9,7%, consecuencia del fuerte incremento del número de desempleados en este sector durante el segundo trimestre del año (un 12,2%).

En la variación interanual, destaca el fuerte crecimiento del paro (un 14,4%) entre los mayores de 54 años (crecimiento que también se observa en el primer semestre del año 2004) y la reducción (en 42.100 personas) del número de desempleados que buscan su primer empleo.

INFLACIÓN

Al finalizar el primer semestre de 2004, la inflación acumulada por la economía española era del 2,2%, frente al 1,3% acumulado en el mismo período el año anterior. En ese momento, la tasa de crecimiento interanual del Índice de Precios de Consumo (IPC) se situaba en el 3,5%, ocho décimas por encima de la registrada en junio de 2003.

Si bien estos datos son indicativos de que el comportamiento de los precios ha sido peor al mantenido en los seis primeros meses del año pasado, cabe distinguir, no obstante, dos etapas en la evolución de los precios durante el primer semestre de 2004. El punto de inflexión se sitúa en el mes de mayo, momento en el que se produce un nuevo acelerón en la escalada del precio del petróleo, al pasar de los 33,25 dólares/barril de cotización media del petróleo Brent a los 37,80 dólares/barril. Hasta ese momento, tanto las tasas de variación interanuales como las intermensuales se comportan mejor que en 2003. Ello es debido, fundamentalmente, a la reducción en el precio de los bienes industriales duraderos, los productos energéticos y los carburantes y combustibles (frente al crecimiento registrado el año anterior) y al menor crecimiento del precio del vestido y el calzado y las bebidas alcohólicas y el tabaco.

Aunque el precio del vestido y el calzado y el de los bienes industriales duraderos sigue comportándose mejor que el año anterior, también en el segundo trimestre del año el aumento del precio de los productos energéticos, carburantes y combustibles (frente a la reducción del año pasado) y el mayor crecimiento del precio de los alimentos sin elaborar y las bebidas alcohólicas y el tabaco explicarían la peor evolución que el IPC muestra a partir de mayo.

La importancia que los componentes más volátiles del IPC (alimentos no elaborados y energía) tienen en la explicación del comportamiento de los precios durante el primer semestre de 2004, se observa al comparar la evolución del IPC general y subyacente (IPC sin alimentos no elaborados ni productos energéticos). Así, mientras que la reducción en el precio de la energía contribuye especialmente al descenso de la inflación en los primeros meses del año, buena parte del repunte que el IPC sufre a partir del mes de mayo (el 80%, aproximadamente) viene explicado por el crecimiento del precio de la energía y de los alimentos sin elaborar (fig. 4).

Fig. 4. Evolución de la inflación general y subyacente (enero-junio, 2004)

 

Como consecuencia del comportamiento que los precios han tenido durante el primer semestre de 2004 en España y en la UE (el crecimiento medio en España es del 2,1%, frente al 1,4% en la media de la UE), el diferencial de inflación se incrementa en tres décimas (tras haberse reducido casi un punto en el año 2003) y se sitúa en 1,2 puntos porcentuales (la inflación media de la UE, que desde mayo de 2004 se calcula incluyendo a los 25 países miembros en, fue en junio de 2004 del 2,3%, frente al 3,5% de España).

CONCLUSIÓN

En un contexto en el que las principales economías internacionales muestran un crecimiento acelerado (zona euro incluida), la española estabiliza su crecimiento. Tanto es así que el diferencial de crecimiento con la zona euro que en los últimos trimestres había llegado a ser de 2,4 puntos porcentuales (segundo trimestre de 2003) se reduce hasta 0,6 puntos porcentuales un año más tarde.

Más que el estrechamiento en sí de la brecha que separa las tasas de crecimiento nacionales con las de la media de la zona euro, que puede ser tan sólo el reflejo de un simple ajuste entre los dos ciclos de crecimiento, lo que debe preocupar es que el modelo de crecimiento en el que venía apoyándose la recuperación de la economía española (basado en la fortaleza del consumo final, la inversión en construcción y un endeudamiento excesivo) esté agotado y no aparezca otro que tome el relevo. Desde esta perspectiva, la recuperación de la inversión en bienes de equipo debe valorarse muy positivamente, ya que podría ser uno de los motores del crecimiento futuro de la economía española.

Cabe esperar, además, que el comercio exterior ajuste su comportamiento y que las exportaciones también contribuyan positivamente al crecimiento de la economía española. Para ello es imprescindible que el comercio mundial mantenga su expansión, que se incremente la demanda de nuestros principales clientes (la UE) y que la evolución del precio del petróleo y de los tipos de interés en la zona euro no afecten ni a las expectativas de crecimiento futuro, ni a la estabilidad de los precios.

Evidentemente, para garantizar la contribución positiva del comercio exterior al crecimiento de la economía española también es necesario que las exportaciones sean capaces de mejorar o, cuando menos, de mantener sus niveles de competitividad.

De todas las condiciones necesarias para el crecimiento futuro de la economía española, sólo la mejora de la competitividad es competencia directa de los agentes políticos, económicos y sociales nacionales. El resto son variables externas, ajenas a nuestra economía, sobre las que los agentes nacionales poco pueden hacer.

El control del crecimiento de los precios y el aumento de la productividad (uno de los pilares básicos del programa económico electoral del actual gobierno) pueden contribuir a aumentar la competitividad de las exportaciones. De momento, la economía española experimenta, en la primera mitad del año 2004, un nuevo repunte de la inflación, un aumento de la productividad aparente del trabajo de tan sólo un 0,6% y una reducción en el ritmo de creación de empleo. *

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA GENERAL

Laborda A. ¿Se consolida la recuperación? Cuadernos de Información Económica 2004;181:1-17.

Pinillos M, Antoñanzas F. Coyuntura económica. Elementos para el análisis. Farmacia Profesional 2001;15(8):13-23.

Pinillos M, Antoñanzas F. Coyuntura económica. Primer trimestre de 2002: cambios metodológicos y ¿de tendencia? Farmacia Profesional 2002;16(9):16-31.

http://www.ine.es/

http://www.bde.es/

http://www.mineco.es/

http://www.bea.doc.gov/

http://europa.eu.int/eurostat.html

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