Retomamos en este número la publicación, iniciada el pasado mes de septiembre, de una serie de fichas de formulación magistral en las que el autor analiza paso a paso la elaboración de diversas fórmulas de frecuente prescripción, ilustrando las instrucciones con abundante material gráfico obtenido en el laboratorio de su oficina de farmacia. El trabajo explicativo se completa finalmente con la guía de elaboración, control y registro, de obligado cumplimiento según las Normas de correcta elaboración y control de calidad de fórmulas magistrales y preparados oficinales establecidas en el Real Decreto 175/2001, de 23 de febrero, que entrará en vigor en enero de 2004.
Método de elaboración manual
Paso 1. Pesar la vaselina filante.
Paso 2. Pesar la lanolina anhidra.
Paso 3. En un mortero, mezclar vaselina y lanolina.
Paso 4. Calentar el agua a bm a una temperatura entre 70-65 °C.
La lanolina anhidra confiere propiedades hidrofílicas a la pomada, facilitando la absorción de la solución acuosa de urea. Desde un punto de vista galénico, se va a obtener una pomada emulsión de fase externa oleosa (w/o).
Paso 5. Pesar la urea.
La urea se presenta en forma de pequeños cristales prismáticos (en algunas ocasiones se expende granulada), muy higroscópicos, con ligero olor amoniacal y sabor amargo y fresco. Es soluble en 1-1,5 p de agua caliente, en 10 p de alcohol (96°) y en 2 p de glicerina; insoluble en cloroformo y éter. A la concentración prescrita del 15% se emplea como discreto queratolítico (desintegración del estrato córneo). Para lograr una óptima acción terapéutica, la urea debe incorporarse en forma de solución.
Paso 6. Añadir la urea sobre el agua y agitar hasta la total disolución. Sacar la solución obtenida del bm y dejar enfriar a temperatura ambiente.
Paso 7. Añadir la solución de urea sobre la pomada obtenida en el paso 3 en pequeñas porciones, batiendo hasta la perfecta absorción.
Paso 8. Pesar el ácido salicílico.
Paso 9. Pesar la betametasona.
La betametasona dipropionato se presenta como un polvo blanco cremoso y de sabor amargo. Insoluble en agua, soluble en alcohol (96°), éter, acetona y cloroformo. A la concentración prescrita del 0,5% se emplea como antiinflamatoria y antipruriginosa. Los tratamientos prolongados no controlados pueden producir toxicidad por absorción sistémica y riesgo de aparición de atrofia cutánea, deshidratación, hirsutismo y acné en la zona de aplicación.
Paso 10. En un mortero, mezclar el ácido salicílico y la betametasona reducidos a polvo fino.
Paso 11. Añadir en pequeñas porciones la pomada obtenida en el paso 7 sobre la mezcla de polvos anterior en pequeñas porciones, batiendo hasta la perfecta interposición.
El ácido salicílico se presenta como un polvo blanco de sabor ácido, irritante de la mucosa nasal (es conveniente usar mascarilla para su manipulación). Muy poco soluble en agua fría, se disuelve en 15 p de la caliente, soluble en 3 p de alcohol (96°), poco soluble en glicerina, soluble en éter y aceite de ricino, poco soluble en vaselina. A la concentración prescrita del 5% se emplea como queratolítico. Junto con la urea, se logra una queratolisis óptima para el tratamiento de la psoriasis.
Paso 12. Se obtiene una pomada emulsión w/o blanca, homogénea, libre de grumos, con alta consistencia, moderada extensibilidad y gran oclusividad.
Paso 13. Cargar la pomada mediante una espátula en un tubo de aluminio esmaltado, tratando de que las distintas porciones de pomada añadidas vayan quedando alojadas lo más cerca posible del orificio de salida del tubo.
Paso 14. Una vez cargada la pomada, aplanar mediante una espátula unos 2 cm de longitud del extremo inferior del tubo.
Paso 15. Realizar un primer doblez en el extremo inferior del tubo formando una pestaña.
Paso 16. Presionar fuertemente mediante una espátula la pestaña obtenida anteriormente, hasta que quede totalmente pegada al extremo inferior del tubo. Conviene repetir los pasos 15 y 16 para realizar un cierre con ciertas garantías.
Paso 17. Pomada emulsión w/o una vez envasada.