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Vol. 19. Núm. 1.
Páginas 50-53 (Enero 2005)
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Esguinces y torceduras
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MERCÈ PIERAa
a Médico de atención primaria.
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El término «esguince» define la lesión de uno o más ligamentos. La severidad del esguince está en función de la extensión de la lesión, es decir, si se trata de un estiramiento excesivo o de un desgarro parcial o completo, y del número de ligamentos implicados.

El término «torcedura» hace referencia a la lesión de un músculo o tendón. Esta lesión puede consistir también en un simple estiramiento o en un desgarro parcial o total.

Las causas, la clínica y el tratamiento de los esguinces se analizan en primer lugar.

Causas de los esguinces

Una caída, una torsión brusca o un golpe que implican la pérdida de la posición normal de una articulación pueden provocar un esguince, con el resultado de un estiramiento excesivo o una rotura del ligamento que estabiliza dicha articulación.

Los esguinces suelen afectar a articulaciones como el tobillo, la rodilla o la muñeca, aunque pueden producirse en cualquier otra articulación del cuerpo.

Los extremos inferiores de la tibia y el peroné forman, junto al hueso del talón, la articulación del tobillo (fig. 1), que está sostenida por varios ligamentos. La mayor parte de los esguinces de tobillo se producen cuando el pie se tuerce hacia el interior (lesión por inversión) al correr, saltar o caerse, derivando en la lesión de uno o más ligamentos laterales. El ligamento más frecuentemente afectado es el talofibular anterior, seguido del calcaneofibular (tabla I).

Figura 1. Visión lateral del tobillo

Clínica

Los signos y síntomas habituales de los esguinces incluyen dolor, hinchazón, hematoma y pérdida funcional, cuya intensidad depende de la severidad del esguince.

 

Esguince de grado I. Los esguinces de grado I o leves responden a un estiramiento excesivo o a una ligera rotura del ligamento, sin que se aprecie inestabilidad articular. Este tipo de esguinces suele ir acompañado de dolor e inflamación de baja intensidad, con escasa o nula pérdida de la función. Puede aparecer un ligero hematoma, pero el herido suele ser capaz de apoyarse sobre la articulación afectada.

 

Esguince de grado II. Un esguince de grado II o moderado resulta en el desgarro parcial del ligamento y se caracteriza por hematoma, dolor moderado e hinchazón. La persona con este tipo de esguince suele tener cierta dificultad para apoyarse sobre la articulación afectada y experimenta cierto grado de pérdida funcional.

 

Esguince de grado III. Las personas que sufren un esguince de grado III o severo presentan desgarro o rotura completa del ligamento. El dolor, la hinchazón y el hematoma suelen ser importantes y el paciente es incapaz de apoyarse sobre la articulación.

Cuándo consultar al médico

La tabla II recoge las circunstancias en las que, ante un esguince, se debe consultar al médico. En los esguinces de grado moderado o severo, el médico puede considerar necesario realizar una radiografía para descartar la existencia de rotura ósea. La práctica de una resonancia magnética puede, ocasionalmente, contribuir a diferenciar entre lesión parcial y desgarro completo de un ligamento.

Torceduras

A continuación se describen las causas, la clínica y el tratamiento de las torceduras.

Causas

Las torceduras son el resultado de torcimientos o tirones de un músculo o tendón y pueden clasificarse en agudas y crónicas. Entre las causas de torceduras agudas se hallan los traumatismos, el hecho de levantar objetos pesados de manera incorrecta o el forzar de forma excesiva la musculatura, mientras que las torceduras crónicas suelen producirse por malas posturas sostenidas.

Las torceduras agudas son frecuentes en deportistas en momentos de sobreesfuerzo, mientras que las torceduras crónicas suelen afectar a profesiones como secretarias, amas de casa o aquellas personas sometidas a estrés psíquico.

Las dos localizaciones habituales de las torceduras son la espalda y la parte posterior del muslo. Como es de esperar, los deportes de contacto como el fútbol, el hockey, el boxeo o la lucha libre tienen mayor riesgo de provocar torceduras. La gimnasia, el tenis, el remo, el golf y otros deportes que requieren un agarre excesivo pueden incrementar el riesgo de torceduras en la mano, el antebrazo y el codo.

Clínica

La persona con una torcedura suele experimentar dolor, espasmo y debilidad muscular. Puede sufrir, además, calambres e inflamación localizados y cierta pérdida de la función muscular. Las torceduras de grado severo que desgarran total o parcialmente un músculo o un tendón son, generalmente, muy dolorosas y discapacitantes.

Rehabilitación

La segunda fase de tratamiento de un esguince o torcedura es la rehabilitación, cuyo objetivo global consiste en mejorar la condición de la parte lesionada y restablecer su función. Una vez disminuyen el dolor y la inflamación, el fisioterapeuta diseña un programa de ejercicios con el fin de prevenir la rigidez, mejorar el grado de movilidad y restablecer la flexibilidad y fuerza normales de la articulación. Por ejemplo, a un paciente con esguince de tobillo se le puede indicar que mantenga apoyado el talón en el suelo en reposo y escriba el alfabeto en el aire con su dedo gordo. La duración del programa de ejercicios depende de la extensión de la lesión, pero, en general, abarca varias semanas.

El objetivo final es el retorno a la totalidad de las actividades diarias, incluidas deportes cuando proceda. Los pacientes deben trabajar de forma estrecha con su fisioterapeuta para determinar si están preparados para volver a la actividad completa. Algunas personas tienden a reanudar su actividad total o su práctica deportiva a pesar del dolor o de molestias musculares. La vuelta a la actividad total antes de recuperar el grado de movilidad, de fuerza y de flexibilidad normales incrementa las probabilidades de nuevas lesiones y puede conllevar un problema crónico.

El tiempo de rehabilitación necesario para la recuperación total tras un esguince o torcedura depende de la severidad de la lesión y de los ritmos individuales de curación. Por ejemplo, un esguince de tobillo moderado puede requerir de 3 a 6 semanas de rehabilitación antes de que la persona pueda volver a su actividad completa. Con un esguince severo, pueden pasar de 8 a 12 meses antes de que el ligamento esté totalmente curado. Tras este período, se debe ser especialmente cauteloso pare evitar nuevas lesiones. *

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