Renovar ilusiones
El nuevo año comienza con dos hechos que pueden influir poderosamente en el futuro de los farmacéuticos: la aplicación de los nuevos precios de referencia y la entrada en vigor del Real Decreto 175/2001, de normas de correcta fabricación de fórmulas magistrales y preparados oficinales, que obliga a renovar los laboratorios de las farmacias, así como los hábitos de trabajo en este ámbito.
La aplicación de los nuevos precios de referencia es, sin duda, una nueva barrera para el crecimiento económico de nuestras farmacias y, por ende, para el correcto desarrollo de la faceta profesional de nuestra empresa. Está claro que sin medios económicos es muy difícil invertir en mejorar la calidad de la asistencia, la capacidad de dar nuevos servicios, etc., pero el sostenimiento de la sanidad de todos nos exige un nuevo esfuerzo que debemos afrontar con valentía, sin renunciar a la defensa de nuestros intereses.
Por otro lado, comienza una nueva era para la formulación magistral en las farmacias, que pondrá punto final a cualquier duda sobre la capacitación profesional del farmacéutico para la elaboración de fórmulas magistrales. Aunque en un principio esta medida me pareció desproporcionada y un obstáculo más para el crecimiento profesional de los farmacéuticos, hoy, después de intercambiar opiniones con compañeros que eran partidarios del real decreto, he cambiado de opinión. Ahora estoy convencida de que exigir unos mínimos de espacio y equipamiento, así como la protocolización de la elaboración de las fórmulas magistrales, es un gran paso adelante para potenciar esta disciplina y, de una vez por todas, aunque sea por obligación, hacer las cosas bien.
Yo, como muchos colegas, he dedicado un enorme esfuerzo personal a confeccionar protocolos, instruir a mis colaboradores y comentar con ellos las repercusiones de la nueva normativa. También, cómo no, he hecho un importante esfuerzo económico para adecuar mi laboratorio y finalmente estoy orgullosa de haber decidido invertir ese tiempo y ese dinero en el empeño de no perder algo por lo que también estudié y trabajé durante cinco años de mi vida.
Con esta ilusión comienzo el nuevo año.