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Vol. 24. Núm. 1.
Páginas 45-52 (Enero 2010)
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Curso básico. El farmacéutico ante las afecciones comunes de las vías respiratorias superiores
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Adela-Emilia Gómez Ayalaa
a Doctora en Farmacia. Máster en Atención Farmacéutica Comunitaria. Dra. Autora y directora
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Tabla. I. Tratamiento del malestar general
Tabla. II. Tratamiento de la congestión nasal
Tabla. III. Antihistamínicos
Tabla. IV. Productos de reciente lanzamiento a través de oficinas de farmacia relacionados con el resfriado (últimos 12 meses)*
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Objetivos generales

Las infecciones y los procesos patológicos que afectan al tracto respiratorio superior generan un gran volumen de consultas, indicaciones y dispensaciones en el mostrador de la oficina de farmacia. Este curso pretende actualizar los conocimientos del farmacéutico para que pueda hacer frente a estos actos profesionales en las mejores condiciones.

Objetivos específicos

Tras el seguimiento de este curso el alumno debería ser capaz de:

• Describir la epidemiología, la clínica, las vías de transmisión, los factores de riesgo y los métodos diagnósticos de los siguientes procesos patológicos: resfriado común, rinitis alérgica y vasomotora, faringitis, laringitis, sinusitis, amigdalitis y gripe.

• Identificar los datos de farmacología clínica más relevantes de los medicamentos disponibles para el tratamiento sintomatológico o etiológico de los procesos descritos.

• Identificar nuevos lanzamientos presentes en el mercado de la oficina de farmacia en el ámbito trabajado, tanto en el terreno de la farmacoterapia de prescripción médica, como en la de indicación farmacéutica y en la parafarmacia.

• Seleccionar la información que debe trasladar al paciente afectado de alguna de las condiciones descritas como parte de su labor de educación sanitaria (prevención, estilos de vida, dosificación y posología de fármacos, efectos adversos, interacciones medicamentosas o medicamentoalimento, uso racional de medicamentos, etc.)

Metodología

El curso se articula en 6 temas, que se irán publicando en los 6 números de farmacia profesional que aparecerán en 2010, también en su versión electrónica en www.dfarmacia.com, a partir del 1 de marzo.

Evaluación

Para realizar los test de autoevaluación de cada tema (diez preguntas con respuesta múltiple) es necesario registrarse y acceder a: www.dfarmacia.com. El alumno recibirá la calificación de apto o no apto de forma automática, tras la realización del test correspondiente a cada tema. Al final del curso se dará acceso a las respuestas correctas razonadas y el alumno apto podrá descargarse el diploma correspondiente. El período de evalucación se iniciará en el mes de marzo de 2010.

Sumario

Tema 1. Catarro común.

Tema 2. Rinitis alérgica y vasomotora.

Tema 3. Faringitis y laringitis.

Tema 4. Sinusitis.

Tema 5. Amigdalitis.

Tema 6. Gripe.

Más información: a partir del 1 de marzo en www.dfarmacia.com.

Para esta actividad se ha solicitado acreditación al Consell Català de la Formació Farmacèutica Continuada. Comisión de Formación Continuada del SNS.


Curso básico

El farmacéutico ante las afecciones comunes de las vías respiratorias superiores

ADELA-EMILIA GÓMEZ AYALA

Doctora en Farmacia y Master en Atención Farmacéutica Comunitaria

Tema 1

Catarro común

Las afecciones de las vías respiratorias altas generan consultas frecuentes y numerosas en el mostrador de la oficina de farmacia. A menudo se trata de procesos autolimitados, en los que el farmacéutico tiene una importante labor como educador sanitario y prescriptor de medicamentos para el alivio de la sintomatología. El objetivo de este curso es ayudar al farmacéutico a proporcionar el mejor servicio posible en este terreno y el resfriado común es la primera de las afecciones analizadas.

El catarro común y la enfermedad inflamatoria aguda del oído son dos de las principales infecciones de las vías aéreas altas que con mayor frecuencia se observan en la práctica clínica habitual. El resfriado afecta cada año a millones de personas en todo el mundo, siendo la principal causa de absentismo laboral y escolar. Actualmente no se dispone de fármacos curativos, por lo que el tratamiento va dirigido únicamente a aliviar los síntomas y evitar las posibles complicaciones.

Por otra parte, el resfriado tiende a confundirse fácilmente con la gripe, entidad que, en determinadas situaciones, puede tener consecuencias fatales, situación ésta que no es aplicable al resfriado. Así pues, distinguir entre un cuadro y otro es fundamental, con vistas a atender adecuadamente a los pacientes con mayor riesgo.

Definición

El resfriado común, conocido vulgarmente como catarro o enfriamiento, incluye un grupo de enfermedades muy frecuentes, causadas normalmente por virus.

En general, se admite que el resfriado es un problema de salud ampliamente extendido que no se cura con medicamentos, aunque hay tratamientos para aliviar alguno de los síntomas. La remisión es espontánea, debido a que las defensas naturales del organismo restauran la normalidad en una semana aproximadamente.

Epidemiología

Como ya se ha mencionado, el resfriado es una enfermedad autolimitada, aunque con un gran impacto económico. Estudios realizados en Estados Unidos indican que en ese país esta patología ha llegado a generar anualmente 62 millones de consultas médicas, con casi 45 millones de días de actividad laboral perdidos y un absentismo escolar de 22 millones de días.

Son tres los períodos anuales en los que se registra mayor incidencia de resfriados:

• A comienzos del curso escolar.

• A mediados de invierno.

• En primavera.

Habitualmente, un adulto suele presentar una media de dos catarros al año, mientras que en los niños la media es ligeramente superior al doble.

Considerando la incidencia en función del sexo, en los adolescentes la tasa de infección es mayor en la población masculina con relación a la femenina; sin embargo, en los adultos, la distribución es justamente la contraria.

Desde la perspectiva fisiopatológica, diferentes estudios indican que una persona sometida a una situación de estrés más o menos constante, es más proclive a resfriarse en comparación con otro sujeto que no esté sometido a esta presión.

Por último, conviene recordar que el resfriado puede presentarse en forma de pequeños brotes localizados, o bien, como grandes epidemias.

Etiopatogénesis

En general, las infecciones respiratorias agudas virales están producidas por más de 200 serotipos, correspondientes a diversos grupos de virus: rinovirus, parainfluenza, virus respiratorio sincitial, coronavirus, herpesvirus y algunos serotipos de coxsakievirus y virus huérfano citopático entérico humano (o virus ECHO, por sus siglas en inglés).

En lo que respecta al resfriado común, éste es causado por una amplia variedad de virus: rinovirus, parainfluenza, virus respiratorio sincitial, coronavirus, adenovirus, ciertos virus ECHO y los coxsakievirus. No obstante, los rinovirus son los principales agentes virales implicados en la etiología de esta afección, ocasionando entre un 30 y un 60% de los cuadros catarrales.

Los citados rinovirus son unos virus pequeños, constituidos por una hebra lineal de ARN rodeada de un cápside proteico. En función de la composición antigénica de las proteínas de la cápside, existen 99 variedades antigénicas, lo que dificulta la elaboración de una vacuna eficaz.

Los coronavirus son virus ARN con pocas diferencias respecto a los rinovirus, lo que se traduce en manifestaciones clínicas similares.

Los virus parainfluenza presentan una estructura parecida a los virus de la gripe: son virus ARN clasificados como paramixovirus. Existen cuatro tipos, denominados tipo 1, 2, 3 y 4.

Los virus respiratorios sincitiales son virus ARN, también clasificados como paramixovirus; por su conducta se parecen bastante a los virus influenza y parainfluenza, aunque sólo se conoce uno que tenga relevancia clínica.

Desde la perspectiva clínica, no tiene utilidad determinar el agente etiológico específico que está generando el cuadro catarral, por lo que no suele procederse al aislamiento del virus ni a la realización de pruebas serológicas.

Por otra parte, el agente etiológico del resfriado está muy ligado a la época del año en que este se produce:

• Primavera, verano y otoño: picornavirus (rinovirus, ECHO y coxackie).

• Finales de otoño e invierno: paramixo-virus o mixovirus (gripe, parainfluenza, respiratorio sincitial).

Algunos tipos víricos han sido asociados a procesos catarrales de mayor gravedad, aunque realmente no se dispone de resultados concluyentes. En este sentido, se admite que la mayor o menor gravedad del proceso está ligada a la duración del período de incubación; dicho período puede oscilar entre un mínimo de 24 horas y un máximo de 10 días, siendo la duración más habitual la comprendida entre 24 y 72 horas1.

Contagio

El contagio tiene lugar a partir de las secreciones respiratorias que la persona infectada expulsa cuando habla, tose o estornuda; así pues, el enfermo expulsa pequeñas gotas contaminadas que permanecen en el aire y mediante la aspiración de tales gotas o por contacto físico con objetos compartidos o pañuelos infectados se produce el citado contagio.

Una persona puede convertirse en foco de infección para otra a las pocas horas de haberse infectado; de hecho, es posible que el contagio tenga lugar antes de que la primera empiece a mostrar síntomas. Ese período de contagio finaliza cuando remite la sintomatología2.

Factores predisponentes

Con relación a los factores que predisponen a padecer un cuadro catarral, los resultados disponibles no son concluyentes. Se admite que un enfriamiento por sí solo no provoca un resfriado; no obstante, sí está comprobado que el enfriamiento de la superficie corporal se asocia a un estado de vasoconstricción que provoca el descenso de la temperatura de la mucosa nasal, lo que conlleva una modificación de la mucosidad nasal, que podría favorecer la entrada de los virus causantes del resfriado1.

El estado de salud y/o el estado nutricional de la persona tampoco han demostrado ser factores determinantes a la hora de favorecer la infección1,2.

Por el contrario, aquellas patologías que modifican las mucosas respiratorias y disminuyen las defensas frente a la entrada de agentes virales sí favorecen la aparición del resfriado. En este sentido, la presencia de alteraciones nasales o sinusales, el asma, la bronquitis crónica y el enfisema pulmonar son factores favorecedores.

Otras situaciones como una fatiga excesiva, el estrés emocional o el hecho de encontrarse en la fase intermedia del ciclo menstrual, en el caso de la mujer, son factores claramente ligados al desarrollo de un cuadro catarral.

Por último, otros factores y ciertos estilos de vida tales como el hábito tabáquico, el consumo de alcohol, las relaciones sociales y el hacinamiento son también factores que favorecen la aparición del resfriado, al igual que ocurre con la contaminación ambiental3.

Clínica y complicaciones

Conviene destacar, de entrada, que el resfriado es un proceso agudo y de carácter autolimitado. La sintomatología afecta fundamentalmente al tracto respiratorio. Dada la similitud de los diferentes virus capaces de producir un resfriado, los distintos cuadros clínicos que se generan son indistinguibles entre sí. Los síntomas más usuales se describen a continuación.

Congestión nasal

Este es uno de los síntomas más característicos. Se debe a la vasodilatación y posterior entumecimiento de los vasos sanguíneos nasales. Dicha congestión conduce frecuentemente a una molesta sensación de ahogo. Es bastante usual que la congestión se acompañe de estornudos frecuentes.

Cefalea

El dolor de cabeza no está presente en todas las personas que sufren un resfriado. Su persistencia y su localización frontal pueden hacer sospechar que el proceso pueda relacionarse con una sinusitis.

Fiebre

La elevación de la temperatura corporal puede aparecer en algunos pacientes aquejados de resfriado; en caso de que esté presente, lo habitual es que sólo sean unas décimas, situándose casi siempre en valores inferiores a los 38 0C. La presencia de fiebre elevada es propia de la gripe o de cuadros más graves.

Dolor de oídos

Si el dolor es muy intenso, el proceso puede derivar hacia una otitis media dolorosa, que requerirá atención especializada.

Dolores musculares y articulares

Estas manifestaciones pueden aparecer en el transcurso de un proceso catarral, aunque son mucho más frecuentes en los procesos gripales.

Conjuntivitis

Los cuadros catarrales también pueden cursar con ojos llorosos e irritados, no obstante, la presencia de estos síntomas puede tener lugar también en el contexto de una rinitis alérgica.

Otros síntomas

El resfriado puede cursar también con dolor de garganta, tos seca y fatiga moderada. Si junto a los síntomas descritos aparecen disnea, dolor u opresión torácica, otalgia, artralgia, lumbalgia, esputo purulento o hemorrágico, fiebre alta e intensa o cefalea frontal es preciso derivar al paciente a la consulta de su médico de familia, con el fin de que éste explore y diagnostique cualquier posible complicación u otro proceso patológico.

Las complicaciones más frecuentes del resfriado incluyen la otitis y la sinusitis. Mención especial merecen los ancianos, ya que en este colectivo no es raro que un simple resfriado ocasione sintomatología propia de afectación del tracto respiratorio inferior, especialmente en personas fumadoras.

Diagnóstico

Los síntomas y signos clínicos del resfriado no tienen carácter específico alguno, ya que otros procesos tales como las infecciones bacterianas, la rinitis alérgica o incluso la propia gripe, tienen una sintomatología parecida, con afectación del tracto respiratorio.

Un diagnóstico preciso requiere el empleo de técnicas de laboratorio: cultivo, inmunofluorescencia, detección rápida de antígeno por enzimoinmunoanálisis, etc. En definitiva, existen una serie de dificultades de orden técnico (muy ligadas a la gran variabilidad etiológica) y de orden económico, que hacen que sea inviable este diagnóstico certero. Al mismo tiempo, la escasa gravedad del proceso, unida a la poca utilidad que tiene el diagnóstico específico, hace que éste apenas se practique. Así pues, el diagnóstico del resfriado se realiza por combinación de los signos clínicos y de los síntomas que manifiesta el paciente.

Siempre, y dada la similitud clínica, es conveniente llevar a cabo un diagnóstico diferencial con la gripe. Las principales diferencias entre un proceso y otro se describen seguidamente:

• En los procesos gripales, la fiebre tiene un comienzo rápido, puede durar tres o cuatro días y la temperatura habitualmente supera los 38 0C; la cefalea, las artralgias y las mialgias son muy comunes e intensas; es rara la presencia de dolor de garganta, estornudos, rinorrea y congestión nasal; la tos es muy frecuente y suele aparecer a medida que baja la fiebre. Por último, el agotamiento y la debilidad son muy intensos y prolongados.

• En los procesos catarrales, la presencia de fiebre no es habitual, pudiendo aparecer tan sólo unas décimas, que rara vez superan los 38 0C; la cefalea es poco común y las mialgias y artralgias suelen ser poco intensas, al igual que ocurre con el agotamiento y la fatiga. El dolor de garganta, los estornudos y los síntomas nasales (rinorrea y congestión) son muy habituales; la tos es seca, no se acompaña de expectoración y no es especialmente intensa.

Otros procesos con los que también habrá que realizar un diagnóstico diferencial son los siguientes:

• Ataque de asma.

• Bronquitis.

• Insuficiencia cardíaca.

• Rinitis alérgica.

• Sinusitis.

La figura 1 muestra el protocolo que debe seguir el farmacéutico ante un paciente con sintomatología catarral.

Fig. 1. Criterios de derivación Fuente: Jordana R, Ramoneda M. Protocolo para sÍntomas menores e respiratorio, (consultado el 6 de noviembre de 2009). Disponible en: http://www.dicaf.es/protocolos/Pr_Respiratorio.htm

Abordaje terapéutico

La sintomatología del resfriado común puede paliarse utilizando fármacos convencionales, medicamentos homeopáticos y fitoterapia.

Farmacoterapia

Con relación al resfriado, actualmente no se dispone de una vacuna efectiva ni de tratamiento etiológico, por lo que el abordaje terapéutico, desde la perspectiva farmacológica, se basa en el empleo de fármacos destinados a controlar los síntomas: analgésicos-antipiréticos, descongestionantes, mucolíticos y expectorantes, antitusivos y antisépticos bucofaríngeos.

Un error muy común en el tratamiento del resfriado es el empleo de antibióticos, medicamentos totalmente desaconsejados por su ineficacia frente a los procesos víricos. La única indicación de estos fármacos en el contexto de un proceso catarral es en aquellos casos en los que el resfriado se complique con infecciones bacterianas secundarias.

Por otra parte, la creencia popular sobre el efecto profiláctico de la vitamina C ha sido estudiada ampliamente, habiéndose comprobado que dicha vitamina únicamente reduce la duración de los síntomas1.

Si bien existen numerosos preparados con policomponentes destinados a aliviar de forma global la sintomatología catarral, hay que tener presente que la elección de uno u otro deberá hacerse en función de los síntomas que predominen y sin olvidar la historia clínica del paciente. Usualmente este tipo de preparados incluye:

• Antiinflamatorios no esteroideos (AINE).

• Antitusígeno.

• Antihistamínico.

• Vasoconstrictor.

En algunas combinaciones se añaden balsámicos (guaifenesina), mucolíticos (bromhexina), vitamina C o cafeína.

Si el paciente refiere un síntoma predominante, se le recomendará un fármaco con un único principio activo.

En las tablas I a III se recogen los tratamientos más indicados para cada uno de los síntomas más frecuentes del resfriado.

Para aliviar el dolor de garganta y la sequedad que suele acompañar al resfriado, resultan útiles los antisépticos: clorhexidina, hexetidina, cloruro de cetilpiridinio, cloruro de potasio y povidona yodada, entre otros. Estos preparados bucofaríngeos pueden formularse de diferentes formas: colutorios, nebulizadores y comprimidos para chupar, principalmente.

Estos preparados suelen incluir, además del componente antiséptico, un anestésico local (benzocaína, alcohol bencílico). La presencia de agentes antifúngicos o antiinflamatorios en estas formulaciones es menos frecuente.

Por último, el cosquilleo de garganta producido por la tos puede paliarse empleando pastillas, tabletas y comprimidos con demulcentes y agentes balsámicos que suavizan la mucosa faríngea (clorofila, mentol, gomenol, esencia de pino, eucalipto).

En cuanto los síntomas desaparezcan, el paciente deberá suspender la medicación; ahora bien, la eficacia de dichos fármacos está muy condicionada por un adecuado cumplimiento terapéutico.

Homeopatía

Los medicamentos homeopáticos empleados para tratar los síntomas del resfriado son:

• Lisado de hígado y corazón de Anas barbarie 200 K.

• Aconitum.

• Bryonia.

• Lachesis.

• Eupatorium.

• Phosphor.

Fitoterapia

Las principales plantas medicinales empleadas son:

• Equinácea: antivírico, estimulante del sistema inmunitario.

• Sauce: analgésico y antitérmico.

• Eucalipto y yemas de pino: descongestionante nasal.

• Gordolobo: alivia el dolor de garganta.

• Tomillo y marrubio: antitusígeno.

Novedades terapéuticas

Algunas de las principales novedades terapéuticas relacionadas con el resfriado que han iniciado su comercialización en oficina de farmacia durante los últimos 12 meses son las relacionadas en la tabla IV.

Educación sanitaria

Puesto que no existe una vacuna apropiada para el resfriado y dado que el tratamiento farmacológico es meramente sintomático, lo ideal es intentar prevenir dicho proceso.

Estas son algunas de las recomendaciones que el farmacéutico puede trasladar a la población para favorecer la prevención del catarro común:

Prevención

• Evitar los cambios bruscos de temperatura, así como también los espacios cerrados con gran aglomeración de personas, siempre que ello sea posible.

• Evitar el tabaco y el alcohol, al igual que las situaciones que impliquen un estrés importante; no hay que olvidar que las personas sometidas a un gran estrés psíquico son más propensas a sufrir un proceso catarral.

• Por último, recordar que la mejor prevención del resfriado consiste en evitar las posibilidades de contagio a través de las secreciones nasales y mediante un lavado cuidadoso y repetido de las manos.

Estilos de vida

Una vez que ya ha aparecido el resfriado, además de utilizar la medicación apropiada para aliviar sus síntomas -medida ésta que debe acompañarse de un correcto cumplimiento terapéutico- es fundamental poner en práctica una serie de medidas de tipo no farmacológico. Dichas medidas se describen a continuación:

• Tomar una dieta ligera e incrementar la ingesta de líquidos en general.

• Humidificar el ambiente.

• Descansar, no necesariamente en cama.

En caso de fiebre

En caso de que aparezca fiebre, las medidas a tener en cuenta son las siguientes:

• No abrigar excesivamente al enfermo, pues esta práctica dificulta la disipación del calor a través de la piel.

• Evitar la inmersión en agua fría y la utilización de paños de alcohol; si es preciso, se aplicarán paños humedecidos con agua.

• La temperatura del ambiente en el que esté el enfermo deberá oscilar entre 20 y 22 0C.

• Limitar la actividad física para evitar que suba la temperatura corporal, aunque esto no conlleva necesariamente el encamamiento del enfermo.

En caso de malestar general

Cabe recordar a los ciudadanos que, ante la aparición de síntomas de malestar general, febrícula y otros síntomas inespecíficos, pueden dirigirse con confianza al farmacéutico, un profesional de la salud cercano y con la formación adecuada para aconsejar la derivación al médico, o si procede, indicar algún medicamento u otro tipo de producto para tratar los síntomas teniendo en cuenta las peculiaridades del paciente al que van destinados.


Bibliografía general

Catálogo de especialidades farmacéuticas. 2009. Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos.

Encabo B, Fernández J, Gaminde M, Gurrutxaga A, Rodríguez E, Sakona L. et al. Protocolos de atención farmacéutica. Gripe y resfriado. Farmacia Profesional. 2004;18(11):32- 42.

Esteva E. Resfriado común. Offarm. 2001;20(11):57-64.

Jordana R, Ramoneda M. Protocolo para síntomas menores en respiratorio (consultado el 6 de marzo de 2007). Disponible en: http:// www.dicaf.es/protocolos/Pr_Respiratorio. htm

M. Woodhead, F. Blasi, S. Ewing, G. Huchon, M. Leven, A. Ortqvist, T. Schaberg, A. Torres, G. van der Heijden, T. J. M. Verheij. Guidelines for the management of adult lower respiratory tract infections. Eur Respir J. 2005;26:1138-80.

Melvin R Pratter. Cough and the Common Cold. Chest Jan. 2006;129:72S-74S. Regueira C, Caamaño F, Takkouche B. Factores de riesgo del catarro común. Medicina Clínica (Barcelona). 2002;119(7):671-6.

Remco P Rietveld, Patrick J E Bindels and Gerben ter Riet. Antibiotics for upper respiratory tract infections and conjunctivitis in primary care. BMJ. 2006; 333:311-32.

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Salazar L, Jiménez López G, Hernández Núñez A, López Aguilera A. Guía de práctica clínica para el tratamiento de las infecciones respiratorias agudas: catarro común y otitis. Boletín de Información Terapéutica para la Atención Primaria de la Salud 2008, (consultado el 20 de octubre de 2009). Disponible en: http:// www.cdf.sld.cu/Boletin%20IRAa.pdf

Sherif B Mossad. Fortnightly review: Treatment of the common cold. BMJ. 2006;317:33-6.

Bibliografía
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El resfriado común y su tratamiento..
Offarm, 1 (2000), pp. 55-68
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Etiología, diagnóstico, profilaxis y tratamiento del resfriado común..
Offarm, 11 (2002), pp. 72-80
[3]
Regueira C, Caamaño F, Takkouche B..
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Medicina Clínica (Barcelona), 119 (2002), pp. 671-6
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