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Vol. 24. Núm. 3.
Páginas 53-59 (Mayo 2010)
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Curso básico. Dispensación de complementos alimenticios
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Juan del Arco Ortiz de Záratea, Mar Hormaecheab, Cristina Santolariab, Cristina Rodríguezb, Juan Uriarteb, Maite Zarragab
a Doctor en Farmacia. Director Técnico del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Bizkaia
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Figuras (2)
Tablas (4)
Tabla. II. Ingesta recomendada en leche infantiles
Tabla. III. Fuentes dietéticas de AG w 6
Tabla. IV. Fuentes dietéticas de AG w 3
Tabla. V. Uso de AG w 3 basado en evidencia científica
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Objetivos generales

Dotar al farmacéutico de conocimientos suficientes para realizar una correcta selección de los complementos alimenticios que dispensa en su oficina de farmacia, atendiendo tanto a la legislación vigente al respecto como a la evidencia científica sobre sus indicaciones, contraindicaciones y propiedades.

Objetivos específicos

Al término de este curso, el alumno debería:

• Conocer la normativa legal aplicable a la puesta en el mercado y comercialización de complementos alimenticios.

• Conocer las características del etiquetado correcto de este tipo de productos.

• Ser capaz de sospechar cuándo un supuesto producto alimenticio puede ser, en realidad, un producto milagro.

• Apoyar con evidencia científica disponible la indicación de los complementos alimenticios analizados: minerales, ácidos grasos y vegetales de pescado, fibras y preparados para reducción de peso, vitaminas liposolubles e hidrosolubles y otros productos. Ser capaz de seleccionar los productos más adecuados para responder a las necesidades y solicitudes de los usuarios de la farmacia en este ámbito.

• Conocer las contraindicaciones, los riesgos asociados al uso y pautas de administración de los complementos alimenticios analizados.

Metodología

El curso se articula en 6 temas, que se irán publicando en los 6 números de farmacia profesional que aparecerán en 2010, también en su versión electrónica en www.dfarmacia.com, a partir del 1 de marzo del 2010.

Evaluación

El período de evaluación se iniciará en el mes de marzo. Para realizar los test de autoevaluación de cada tema (diez preguntas con respuesta múltiple) es necesario registrarse y acceder a: www.dfarmacia.com. El alumno recibirá la calificación de apto o no apto de forma automática, tras la realización del test correspondiente a cada tema. Al final del curso se dará acceso a las respuestas correctas razonadas y el alumno apto podrá descargarse el diploma.

Sumario

Tema 1. Complementos alimenticios y otros alimentos en la farmacia: normativa legal y criterios de selección.

Tema 2. Minerales.

Tema 3. Ácidos grasos vegetales y de pescado.

Tema 4. Fibras y preparados para reducción de peso.

Tema 5. Vitaminas hidrosolubles y liposolubles.

Tema 6. Otros productos (jalea real, ginseng, própolis, etc.).

Más información: www.dfarmacia.com.


Curso básico

Dispensación de complementos alimenticios

DIRECTOR Y COORDINADOR: JUAN DEL ARCO ORTIZ DE ZÁRATE

Doctor en Farmacia. Director Técnico del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Bizkaia.

AUTORAS: SOFÍA SÁNCHEZ TRAPERO, ANA BELÉN PRADO ANDRÉS, LEIRE ANDRACA ITURBE, AMANDA LÓPEZ-PICADO, LEYRE GAZTELURRUTIA LAVESA

Tema 3

Ácidos grasos vegetales y de pescado

En una dieta equilibrada se recomienda que entre el 25-30% de la energía provenga de las grasas. Por otra parte, se ha demostrado que existe una relación entre la cantidad y calidad de la grasa ingerida y la aparición de algunas enfermedades cardiovasculares y determinados tipos de cáncer. Es clave, por tanto, poder ofrecer una dispensación activa e informada de los complementos nutricionales disponibles en la oficina de farmacia que incluyen ácidos grasos vegetales y de pescado en su formulación.

Las grasas o lípidos se clasifican en tres grupos diferentes: triglicéridos, fosfolípidos y esteroles. Los fosfolípidos y esteroles forman parte de las membranas y son precursores de distintos compuestos biológicamente activos como los corticosteroides o las hormonas sexuales.

Los triglicéridos son los lípidos más abundantes y constituyen una importante fuente de energía. Estructuralmente, constan de una molécula de glicerol y tres ácidos grasos (AG).

Los AG son cadenas rectas de hidrocarburos que terminan en un grupo carboxilo (-COOH) en un extremo y un grupo metilo en el otro (fig. 1). Comúnmente se clasifican en función de:

Fig. 1. Estructura química de los ácidos grasos

Longitud de cadena o número de átomos de carbono: que puede variar entre 4 y 24. De acuerdo con este criterio se pueden clasificar en AG de cadena corta (4-6 átomos de carbono), AG de cadena media (8-12 átomos de carbono) y AG de cadena larga (12-24 átomos de carbono).

Grado de instauración o número de dobles enlaces. Se distinguen dos tipos: saturados (no tienen dobles enlaces entre sus átomos) e insaturados (tienen al menos un doble enlace. Dependiendo del grado de insaturación que poseen, se pueden clasificar a su vez en monoinsaturados y poliinsaturados.

AG monoinsaturados

Los AG monoinsaturados son aquellos que tienen un solo doble enlace; entre ellos destaca el ácido oleico, contenido en el aceite de oliva. Es un ácido graso omega 9 que no es esencial en la alimentación puesto que nuestro organismo puede sintetizarlo.

AG poliinsaturados

Los AG poliinsaturados son aquellos que poseen más de un doble enlace. Dentro de los AG poliinsaturados los más importantes desde el punto de vista nutricional son los que poseen la primera insaturación en el tercer enlace desde el extremo opuesto al grupo carboxilo (serie w 3) y los que la presentan en el sexto (serie w 6). Los principales son los siguientes:

• Ácido linoleico (AL), presente en el aceite de girasol. Es el precursor del resto de los ácidos grasos omega 6 (w 6).

• Ácido alfalinolénico (ALA), que se encuentra en el aceite de lino y es el precursor de los ácidos de la serie omega 3 (w 3), en concreto del eicosapentaenoico (EPA) y del docosahexaenoico (DHA). El ácido linoleico y el linolénico se conocen como «ácidos grasos esenciales», porque es imprescindible ingerirlos en la dieta, ya que el organismo carece de las enzimas necesarias para su síntesis. Son muy importantes porque participan en funciones como el mantenimiento de las membranas celulares de los tejidos y dan lugar a compuestos con actividad biológica como las prostaglandinas y los tromboxanos.

AL y ALA compiten por las mismas enzimas (desaturasas y elongasas), teniendo el linolénico mayor afinidad, de ahí que una ingesta muy elevada de éste reduzca la cantidad de AG w 6 en los tejidos. Por otra parte, una ingesta elevada del AL puede alterar el metabolismo y la distribución de los AG w 3.

Por este motivo es importante mantener un equilibrio entre los AG w 6 y 3 en la ingesta. Sin embargo, en las dietas occidentales se tiende a consumir en exceso ácidos grasos w 6 (llegándose a proporciones de 30:1) por lo que se recomienda aumentar la proporción de AG w 3. Aunque no hay consenso sobre cuál es la relación óptima w 6/w 3, la proporción de ácido linoleico (w -6) en relación con los w -3 debe oscilar entre 5:1 y 10:1.

Estudios epidemiológicos realizados en poblaciones cuya dieta es rica en EPA y DHA muestran que éstas presentan una incidencia mucho menor de enfermedades cardiovasculares

Fuentes de omega 3 y 6 en la dieta

Es fácil identificar las principales fuentes de AG w 3 y 6 en la dieta. Entre las primeras destacan los pescados azules. La denominación de pescado azul no atiende a criterios biológicos, sino nutricionales. El pescado azul o graso contiene más de un 5% de grasa, mientras que el pescado blanco o magro contiene aproximadamente un 2%. Gran parte de los pescados grasos tienen una coloración externa azul, de ahí su nombre. Los pescados azules más conocidos son: atún o bonito del norte, sardina, boquerón o anchoa, arenque, caballa o verdel, salmón, trucha, chicharro, pez espada, arenque, etc. El contenido de AG w 3 depende de la especie de pescado, el lugar y la época de captura.

En la actualidad hay gran cantidad de productos enriquecidos artificialmente con AG 3, como aceites, productos de panadería, leche, fórmulas infantiles, mayonesas, margarinas, aderezos, quesos, etc.

No hay suficiente evidencia científica como para poder determinar necesidades nutricionales exactas de ácidos grasos, por lo que se utiliza el concepto de ingesta recomendada, que se establece basándose en criterios poblacionales, y, por tanto, es común a todos los individuos adultos (tablas I, II, III y IV).

¿Para qué se utilizan?

Estudios epidemiológicos realizados en poblaciones cuya dieta es rica en EPA y DHA muestran que éstas presentan una incidencia mucho menor de enfermedades cardiovasculares, de lo que se deduce que estos AG pueden disminuir los niveles de colesterol plasmático.

El aumento de la ingesta de los AG 3 mejora el perfil lipídico y puede ayudar a prevenir la formación de coágulos (por un aumento moderado del tiempo de coagulación). Además, podría ayudar a disminuir la presión arterial en personas con hipertensión o arteriosclerosis.

Estos AG se utilizan también como tratamiento coadyuvante en la prevención secundaria del infarto de miocardio. Asimismo están indicados en la hipertrigliceridemia endógena, como suplemento a la dieta.

En la tabla V adjunta se recogen sus posibles indicaciones y los niveles de evidencia para cada una de ellas.

Embarazo y lactancia

Los AG w 3 desempeñan numerosos efectos estructurales, energéticos y funcionales para el organismo, principalmente importantes en el desarrollo de la retina, el cerebro, y el sistema nervioso en general, por lo que su aporte es de especial importancia a partir del segundo trimestre del embarazo (período en el que el desarrollo del sistema nervioso es mayor) y la lactancia.

La madre es la única fuente de estos ácidos grasos para el feto y el recién nacido a través de la placenta durante la gestación y de la leche materna durante la lactancia.

Durante el embarazo y la lactancia se recomienda asegurar un aporte de al menos 300 mg de DHA. La ingesta continuada de esta cantidad favorece el incremento de peso al nacer y reduce el riesgo de parto prematuro. La ingesta dietética del resto de lípidos durante el embarazo y lactancia debe ser igual a la recomendada para la población general.

Podemos encontrar en el mercado una amplia gama de complementos alimenticios especialmente formulados para cubrir las necesidades nutricionales de la madre gestante y lactante. Sin embargo, hay que tener en cuenta que algunos complementos alimenticios no indican claramente ni la cantidad ni la naturaleza de estos ácidos grasos.

Durante el embarazo, la detección de insuficiencias nutricionales debe realizarse en el primer trimestre. Si el recién nacido no ingiere leche materna, se podría valorar la utilización de leches artificiales enriquecidas con DHA (que debe constituir un 0,2-0,5% de los AG).

En los últimos años algunas fórmulas infantiles incorporan los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga en cantidades similares a las existentes en la leche materna.

¿Cuándo no deberían usarse?

Las personas con alergia o hipersensibilidad al pescado, marisco o frutos secos deberán evitar la ingesta de complementos alimenticios que provengan de estas fuentes. También habrá que considerar las posibles intolerancias a los excipientes contenidos en los complementos alimenticios.

Tampoco deben administrarse complementos alimenticios que contengan estos AG en casos de:

• Disfunciones hepáticas.

• Pacientes con tratamiento anticoagulante.

• Enfermedad renal.

Tampoco debería recomendarse el uso de estos complementos dietéticos en niños ni en mayores de 70 años debido a la ausencia de datos clínicos sobre su utilización.

¿Cómo deben administrarse?

En las tablas I y II aparecen las recomendaciones indicadas en la dieta tanto de adultos como de recién nacidos.

Los complementos dietéticos deben utilizarse únicamente cuando la dieta no satisface las necesidades nutricionales del individuo. Esto no implica que no pueda usarlos una persona cuya dieta contenga la ingesta recomendada, debido a que puede encontrarse en una situación especial que requiera un aporte añadido.

¿Qué riesgos conlleva su empleo?

La cantidad total de AG w 3 ingerida diariamente a través de los alimentos y los complementos alimentarios no debe exceder la dosis máxima diaria, que se establece en 3 g.

Reacciones adversas

Los ácidos grasos w 3 a dosis farmacológicas son muy bien tolerados. Los efectos adversos más frecuentes son inespecíficos y se producen a nivel gastrointestinal (náuseas, dispepsia).

Entre los efectos secundarios poco frecuentes destacan los gastrointestinales como gastritis, epigastralgia y dolor abdominal. A dosis más elevadas (más de 4 g/día), y en raras ocasiones, se puede producir una elevación moderada de las transaminasas en pacientes con hipertrigliceridemia, por lo que no se recomienda el uso de complementos si existe alteración hepática. Asimismo, a estas dosis, puede aumentar el tiempo de hemorragia, por lo que tampoco se recomiendan en personas con tratamientos anticoagulantes, traumatismos graves o cirugía.

Interacciones

En general las interacciones de estos AG no suelen tener relevancia clínica.

En teoría, los ácidos grasos w 3 pueden aumentar el riesgo de sangrado al tomarse con fármacos que aumentan el tiempo de coagulación como por ejemplo el ácido acetilsalicílico, warfarina, acenocumarol, heparina, clopidogrel y antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno o el naproxeno. Por el mismo motivo, podrían interaccionar con plantas medicinales como el Ginkgo biloba y, en menor proporción, ajo y sabal serrulata.

Por otra parte, los ácidos grasos w 3 podrían reducir la presión arterial e incrementar los efectos de los fármacos antihipertensivos.

Los suplementos de aceite de pescado podrían reducir ligeramente los niveles de azúcar en la sangre. Por este motivo se recomienda usarlos con especial precaución junto a antidiabéticos orales o insulina.

Los ácidos grasos w 3 reducen los niveles de triglicéridos, pero aumentan ligeramente los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL). Por tanto, pueden incrementar los efectos reductores de triglicéridos de niacina, fibratos o resinas y contrarrestar la disminución de LDL que producen plantas medicinales como Plantago ovata u otras como cebada, ajo, gugul, psyllium, soja o almendra dulce y reducir la eficacia de las estatinas.


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