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Vol. 17. Núm. 10.
Páginas 14-23 (Noviembre 2003)
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Coyuntura económica
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CARMEN PINILLOSa, FERNANDO ANTOÑANZASa, MARIOLA PINILLOSa
a Economistas. Universidad de La Rioja.
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Primer semestre de 2003

 

Durante el primer semestre de 2003, la economía española ha desacelerado el ritmo de crecimiento de los precios de consumo, a la vez que ha incrementado suavemente el de creación de empleo y el de crecimiento del PIB. Todavía quedan dudas acerca de la duración de la recesión y del momento en que la recuperación se generalizará.

 

En un contexto económico internacional caracterizado por la incertidumbre respecto a la recuperación de la economía estadounidense (pese al sorprendente crecimiento logrado en el segundo trimestre del año --un 2,5%--) y el estancamiento de la zona euro (tabla I), la primera mitad del año 2003 concluye, en España, con una nueva revisión a la baja de las previsiones de crecimiento económico (tabla II).

Las nuevas cifras macroeconómicas presentadas por el Gobierno español estiman una tasa de crecimiento económico del 2,3% para el año 2003 (7 décimas inferior a la prevista anteriormente) y del 3% para 2004 (cifra que se mantiene estable respecto a la previsión anterior). Según dichas estimaciones, la economía española conseguiría superar la fase de desaceleración económica en la que se halla inmersa en el año 2004 y seguiría siendo una de las economías más dinámicas de la zona euro también en los próximos dos años (tabla II).

CRECIMIENTO Y ACTIVIDAD ECONÓMICA

Si bien habrá que esperar a que la reactivación de la actividad económica mundial se consolide para que la recuperación de la economía española pueda ser un hecho, los datos referidos al primer semestre de 2003 vuelven a confirmar la posición de privilegio que, con respecto a la zona euro y durante toda la etapa de desaceleración económica, ha mantenido la economía española (tabla I). Así, frente al estancamiento, cuando no recesión técnica1, de las principales economías europeas (tabla I), la española creció un 2,2 y un 2,3% en el primer y segundo trimestres de 2003, respectivamente (un 0,5 y 0,7% de variación trimestral, respectivamente), lo que supone un suave repunte dentro del contexto de desaceleración en el que se encuentra inmersa desde mediados del año 2000 (fig. 1).

Fig. 1. Crecimiento del PIB por el lado de la demanda (2000-2003)

Dicho crecimiento es debido a la fortaleza de la demanda interna (cuya contribución al crecimiento del PIB se mantiene en los 3,3 puntos porcentuales durante todo el semestre) y a la mejora experimentada por la demanda exterior neta (cuya aportación negativa al crecimiento económico español se reduce considerablemente respecto a la del cuarto trimestre de 2002: 6 y 7 décimas en el primer y segundo trimestres, respectivamente; fig. 1).

La fortaleza de la demanda interna se apoya, a su vez, en la estabilidad del consumo (con una tasa de variación interanual del 3,2%, tanto en el primer como en el segundo trimestres) y en la aceleración del crecimiento de la formación bruta de capital fijo (3,1 y 3,4% de crecimiento interanual en el primer y segundo trimestres de 2003, frente al 2,9 del cuarto de 2002); aceleración liderada por la inversión en construcción (con un crecimiento del 3,4 y el 3,8% en el primer y segundo trimestres, respectivamente) y por el mayor ritmo de crecimiento de la inversión en bienes de equipo (tabla III).

Por su parte, mientras las exportaciones aceleran su crecimiento durante la primera mitad del año (7,7% de tasa interanual en el segundo trimestre de 2003, frente al 5,4% del último de 2002), las importaciones lo contraen ligeramente (10,1 frente a 10,5, respectivamente). La combinación de ambos comportamientos explica que, aunque durante todo el semestre el comercio exterior ha contribuido negativamente al crecimiento económico español, dicha contribución se haya visto reducida en siete décimas (tabla III). Ahora bien, el análisis intertrimestral de las cifras de comercio exterior suministradas por la Contabilidad Nacional Trimestral (CNTR) permite comprobar que el crecimiento de las importaciones durante el primer semestre del año duplica el de las exportaciones (1,6%, frente a 0,8%, respectivamente) y que ello es debido a la menor reducción de las primeras en el primer trimestre de 2003, período en el que tanto las compras como las ventas internacionales registraron una considerable contracción.

 

La actividad económica desdela perspectiva de la oferta

Desde la perspectiva de la oferta, se observa que todas las ramas de actividad, con la excepción de la agraria y la pesquera, contribuyen positivamente al crecimiento de la economía española en la primera mitad del año 2003, aunque con intensidad diferente (fig. 2). Cabe destacar la fuerte aceleración registrada en la rama energética, la estabilidad del crecimiento de la industria, la construcción y los servicios (estos dos últimos tras desacelerar su crecimiento en el primer trimestre del año) y la mejora de las ramas agraria y pesquera, pese a seguir mostrando tasas de crecimiento negativas (tabla III).

Fig. 2. Crecimiento del VAB por ramas de actividad (2001-2003)

SECTOR EXTERIOR

Según los datos de la Balanza de Pagos suministrados por el Banco de España, en el primer semestre del año la balanza por cuenta corriente acumuló un déficit de 9.600 millones de euros (tabla IV), 3.290 millones de euros más que el registrado por dicha balanza en el mismo semestre el año 2002. Dicho incremento es debido al mayor déficit de las balanzas de bienes y de rentas que, junto al menor superávit de la balanza de transferencias corrientes, superan el crecimiento del saldo positivo de la balanza de servicios.

Con respecto al primer semestre del año 2002, el déficit acumulado de la balanza comercial se incrementa en un 14%, situándose en 16.293 millones de euros (tabla IV). Este incremento es debido a que el crecimiento de las importaciones de bienes supera al de las exportaciones. La apreciación del euro y la fortaleza de la demanda interna explican buena parte de dicho comportamiento.

La balanza de servicios acumula en los 6 primeros meses del año un superávit de 11.680 millones de euros (tabla VI), un 5% superior al registrado en el primer semestre de 2002. No obstante, los pagos por importaciones crecen más que los ingresos y tanto unos como otros crecen menos que las importaciones y exportaciones de bienes. Cabe destacar además, que los ingresos por turismo crezcan menos que lo que lo hacen el resto de servicios y que apenas se observe crecimiento en los pagos por turismo.

La balanza de rentas experimenta un considerable deterioro en el primer semestre del año. Su saldo deficitario fue de 6.192 millones de euros (tabla VI), frente a los 4.787 millones registrados en los 6 primeros meses del año anterior. El incremento de los pagos a los factores productivos extranjeros en la nación (un 13,8%) supera el también mayor volumen de ingresos obtenidos por la remuneración de los factores productivos nacionales en el extranjero (un 6,3%), lo que explica la evolución de la balanza de rentas en el período objeto de estudio.

Por su parte, la balanza de transferencias corrientes presenta en el primer semestre del año un superávit de 1.205 millones de euros (tabla VI), un 26,6% inferior al registrado en los 6 primeros meses de 2002.

La balanza por cuenta de capital experimentó un aumento de su superávit en el semestre de un 2,92% respecto al mismo semestre del año anterior, principalmente reflejado en el mes de junio de 2003, en el que el superávit creció más del doble respecto a mayo de 2003 y pasó de 615 millones de euros en junio de 2002 a 1587 millones de euros en junio de 2003.

La agregación del saldo de las balanzas por cuenta corriente y por cuenta de capital determina una necesidad de financiación de la economía de 5.565 millones de euros, más del doble de la registrada en el primer semestre de 2002.

MERCADO DE TRABAJO

Las previsiones sobre el comportamiento del mercado de trabajo en 2003 son más optimistas que las de la economía española. De hecho, mientras que el Gobierno admitió una rebaja de 7 décimas en la previsión de crecimiento económico, mantuvo en el 1,8% la tasa de creación de empleo prevista para el año (tabla II). Los datos de ocupación y empleo del primer semestre del año respaldan aquella previsión.

 

Ocupación y empleo

Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), la ocupación se incrementó en el primer semestre del año 2003 en un 1,8% (288.800 personas más que las registradas como ocupadas al finalizar el año 2002). De ellas, el 81% (233.700 personas) encontró empleo en el segundo trimestre del año, momento en el que se alcanza un nuevo máximo histórico en las cifras de ocupación (un promedio de 16.666.000 personas). Dicho incremento eleva el ritmo de crecimiento interanual de la ocupación al 2,6% desde el 2,3% registrado tanto en el mismo período del año anterior como en el primer trimestre del año en curso (fig. 3).

Fig. 3. Crecimiento de la ocupación (2000-2003)

 

El empleo creado durante la primera mitad del año de 2003 beneficia fundamentalmente a las mujeres (el 60,7% de los nuevos empleos es ocupado por mujeres), se concentra en el grupo de edad central (de 25 a 54 años) y en el sector servicios (donde se localiza más del 82% de la ocupación generada en el semestre) y se trata de un empleo asalariado, con contrato indefinido y a tiempo completo (ya que el 95% de los nuevos ocupados trabaja por cuenta ajena, el 70,5 lo hace a tiempo completo y el 74,4% consigue un contrato indefinido).

No obstante, cabe destacar el fuerte crecimiento de la ocupación a tiempo parcial (un 3,3 y un 5,1% de crecimiento interanual en el primer y segundo trimestres, respectivamente, y un 5,7% en el total del semestre), el aumento experimentado por la contratación temporal en el segundo trimestre del año (un 3% respecto al primer trimestre y un 1,8% respecto al año anterior) y el incremento del número de empleadores y miembros de cooperativas (pese a la reducción interanual del trabajo por cuenta propia total). Es así como se explica el crecimiento de la tasa de temporalidad (el 30,6% de los asalariados) tras haberse reducido en el primer trimestre del año hasta el 30,3%, y el incremento de la tasa de ocupación a tiempo parcial (8,2%, frente al 7,9% de finales de 2002; tabla IV); una tasa que llega a ser del 17,1% en el caso de las mujeres dado que, como en otras ocasiones, prácticamente la totalidad del empleo a tiempo parcial creado en el semestre es femenino.

El crecimiento de la ocupación también se observa al analizar los datos de empleo suministrados por la Contabilidad Nacional Trimestral (CNTR) y el INEM. Según la CNTR, tanto el número de ocupados, como el de asalariados y el de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo aceleraron su ritmo de crecimiento en el primer semestre del año (tabla IV). Por su parte, la contratación registrada en las oficinas del INEM creció en el semestre analizado un 0,6%.

Población activa

El crecimiento de la ocupación viene acompañado por un nuevo incremento, levemente desacelerado (un 2,6 y 2,7% de crecimiento interanual en el primer y segundo trimestres del año, frente al 2,9 y 3,2% logrado, respectivamente, un año antes), de la población activa (tabla IV). Las 255.600 personas que se incorporaron al mercado de trabajo en el primer semestre del año sitúan la tasa de actividad en el 54,9% (6 décimas por encima de la cifra alcanzada a finales de 2002). El crecimiento de la población activa femenina permite alcanzar un nuevo máximo histórico en las cifras de actividad (un 43,1% de la población femenina en edad de trabajar) y reducir, de nuevo, el diferencial que separa las tasas de actividad masculinas de las femeninas (67,3 y 43,1%, respectivamente, al final del semestre, frente al 66,9 y 41,8% del comienzo).

 

Desempleo y paro

El menor crecimiento de la oferta de trabajo (población activa) respecto al de la demanda (ocupación) se tradujo en una leve reducción del desempleo (33.100 personas). Con ella, la tasa de paro de la economía española vuelve a reducirse, tras tres trimestres consecutivos de crecimiento, situándose al mismo nivel que hace un año: el 11,1% de la población activa (tabla IV). Con todo, la distancia respecto de la tasa de paro media de la zona euro en el segundo trimestre del año (8,8%) sigue siendo grande.

Los datos suministrados por la EPA muestran, además, que el descenso en las cifras de paro no afecta por igual a todas las personas, ni se distribuye homogéneamente en el tiempo. Así, mientras que el paro disminuye en 97.600 personas en el segundo trimestre del año (un 4,5% en términos relativos), en el primero, se incrementó en 64.500 (un 3%).

Desde el punto de vista personal, el descenso del paro se produce en los grupos de edad de 20 a 24 años (tanto en hombres como en mujeres) y de 55 y más (donde la reducción registrada en los varones supera el incremento de las mujeres); si bien, también se observa una reducción de 9.800 personas en los varones de 25 a 54 años. Por sexo, el paro disminuye tanto en varones como en mujeres, aunque el descenso es mayor entre los varones (29.300 menos) que entre las mujeres (3.800 menos). No obstante, dado el comportamiento de la población activa femenina y masculina durante el semestre, la tasa de paro femenina decrece más que la masculina, situándose, respectivamente, en el 15,8% y el 8% (frente al 16,2 y 8,3%, respectivamente, de finales de 2002).

Por sectores económicos, todos, excepto la construcción, incrementan el número de parados durante el primer semestre del año, aunque todos, salvo la agricultura, lo reducen en el segundo trimestre de 2003.

INFLACIÓN

El comportamiento de los precios de consumo en la primera mitad del año 2003 ha sido dispar. En el análisis de la evolución mensual, por ejemplo, se observa que, mientras que los precios disminuyeron un 0,4% en enero (debido, fundamentalmente, al impacto de las rebajas en Menaje y Vestido y calzado), en marzo y abril se incrementaron un 0,7 y un 0,8%, respectivamente (tabla V). En estos meses, el crecimiento fue debido principalmente al efecto que produce la finalización del período de rebajas, al comienzo de la temporada primavera-verano en los precios del grupo Vestido y calzado y al que provoca la Semana Santa en los del grupo Hoteles, cafés y restaurantes.

Globalmente considerado, el comportamiento mensual de los precios durante el primer semestre del año determina una inflación del 1,3%. A ella contribuyen, principalmente, los servicios (con un 2,4% de crecimiento al final del primer semestre; un 2,8% en el caso de los servicios de hostelería y restaurante), el tabaco y las bebidas alcohólicas (con un crecimiento acumulado del 2,1) y la vivienda (con un 1,8%).

Si en vez de analizar el comportamiento de los precios mes a mes, se utiliza la tasa de variación interanual del Índice de Precios de Consumo (IPC), se observa que, durante el primer semestre del año, se ha producido una importante desaceleración en el ritmo de crecimiento de los precios de consumo al reducirse la tasa interanual de crecimiento desde el 4% de diciembre de 2002 hasta el 2,7% de mayo y junio, tras remontar en febrero y situarse en el 3,8% (tabla V).

Tomando como referencia el final del período analizado, esto es, junio de 2003, se comprueba que tampoco los precios de los productos determinantes de la cesta de la compra presentan un perfil de comportamiento homogéneo durante los últimos 12 meses. Los más inflacionistas son Vestido y Calzado (con una tasa interanual de crecimiento del 5,5%), Enseñanza (con un crecimiento del 5%) y Hoteles, cafés y restaurantes (cuyos precios crecen un 4,1%, la tasa más baja desde la incorporación física del euro en enero de 2002). Por su parte, el grupo menos inflacionista es Comunicaciones, que, con una tasa de crecimiento interanual negativo del 2,8%, continúa la tendencia negativa iniciada en junio de 2001 como consecuencia de la reducción del precio del servicio telefónico).

El período objeto de análisis ilustra perfectamente la influencia que el precio de la energía tiene en la tasa de inflación de la economía española. Así, si se compara la tasa de inflación total con la subyacente (inflación resultante de eliminar el efecto del precio de los alimentos no elaborados y la energía), se observa que, mientras que en los tres primeros meses del año, y coincidiendo con sucesivas subidas en el precio de la energía (carburantes, combustibles y productos energéticos), la primera supera a la segunda, la situación cambia cuando, a partir de abril, el precio de la energía comienza a reducirse (fig. 4). La evolución del resto de precios explica que la inflación subyacente también se reduzca (precisamente de abril a junio), y consiga situarse por debajo del 3% por primera vez desde noviembre del año 2000.

Fig. 4. Evolución de la inflación general y subyacente (enero-junio, 2003)

 

La elaboración de los índices de precios de consumo armonizados permite comparar las tasas de inflación nacionales con las del resto de Estados miembros de la Unión Europea y determinar nuestro diferencial de inflación. Los datos de junio presentan a la economía española como una de las más inflacionistas de la Unión Europea (sólo superada por Irlanda, Grecia y Portugal; fig. 5). Pese a ello, como en el período objeto de análisis la disminución de la inflación ha sido mayor en España que en la Unión Europea, se ha conseguido reducir el diferencial de inflación en 0,8 puntos porcentuales y situarlo en 1 punto porcentual.

Fig. 5. Tasas de inflación en la Unión Europea (junio, 2003)

 

CONCLUSIÓN

Si bien hay datos macroeconómicos referidos al primer semestre de 2003 que permiten valorar el estado de la economía española con cierto optimismo, dicha valoración debe hacerse con algunas reservas.

El optimismo viene de la mano de hechos como la mejoría observada durante la primera mitad del año 2003 en el panorama económico internacional (fin de la guerra de Irak, rebaja en el precio del petróleo, sorprendente crecimiento de la economía estadounidense en el segundo trimestre de 2003), o la capacidad de nuestra economía para mantener e, incluso, incrementar el diferencial de crecimiento con la UE, un comportamiento que, tradicionalmente, sólo se observaba en fases expansivas.

La desaceleración del ritmo de crecimiento de los precios, la creación de empleo pese al débil crecimiento del PIB y la reducción del desempleo tras tres trimestres consecutivos de crecimiento también son motivos para el optimismo.

Ahora bien, pese al buen comportamiento de los precios y del mercado de trabajo durante la primera mitad del año 2003, las cifras de inflación y paro nacionales siguen sin superar la comparación con las de la UE. El diferencial de inflación con la UE continúa siendo elevado (1 punto porcentual), pese a la mejor evolución de los precios en España, y, aunque la tasa de paro española se reduce hasta situarse en el 11,1%, la distancia con la media europea (8,9%) sigue siendo grande.

Además, tanto la creación de empleo como el comportamiento de los precios muestran signos de debilidad. Así, mientras que la mejoría registrada en los índices de inflación se basa en los componentes más volátiles de la cesta de la compra (energía y alimentos sin elaborar), el hecho de que la tasa de temporalidad se incremente y el crecimiento de la ocupación se concentre en los sectores más intensivos en mano de obra (construcción y servicios) es indicativo de que buena parte del empleo creado durante la primera mitad del año 2003 ha sido posible gracias a la existencia de mano de obra flexible y barata procedente de la inmigración. Por su parte, son las mujeres las que ocupan la mayor parte del empleo a tiempo parcial generado en el período y, por tanto, las que explican el aumento registrado en la tasa de ocupación a tiempo parcial.

También en el análisis del crecimiento del PIB hay elementos para la cautela. Este es el caso del bajo nivel de ahorro y el elevado grado de endeudamiento de las familias; endeudamiento que, junto al incremento de renta disponible propiciado por la rebaja del IRPF y por la creación de empleo, sustenta la fortaleza del gasto en consumo y buena parte del crecimiento de la demanda interna. *

NOTAS

1. Situación en la que se encuentra una economía que presenta dos trimestres consecutivos de crecimiento (trimestral) negativo. Éste es el caso de Alemania (con un crecimiento negativo del 0,2 y 0,1% en el primer y segundo trimestres de 2003), Italia y Países Bajos (con tasas de crecimiento trimestral del -0,1 y -0,1% en los dos primeros trimestres del año en curso).

BIBLIOGRAFÍA GENERAL

Pinillos M y Antoñanzas F. Coyuntura económica. Elementos para el análisis. Farmacia Profesional 2001;15 (8):13-23.

Pinillos M y Antoñanzas F. Coyuntura económica. Primer trimestre de 2002: cambios metodológicos y ¿de tendencia? Farmacia profesional 2002;16(9): 16-31.

http://www.ine.es/

http://www.bde.es/

http://www.bea.doc.gov/

http://www.europa.eu.int/eurostat.html

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