La inestabilidad meteorológica que caracteriza el otoño mediterráneo tiene su contrapunto en el ámbito de la salud. En efecto, de los planes para el sector de la salud que tiene la actual ministra de Sanidad y que expuso ante la comisión correspondiente del Congreso, cabría deducir un mensaje de estabilidad. En su alocución, Ana Pastor estableció claramente lo que pretende hacer con la Sanidad durante su mandato. Trece puntos son prioritarios en su programa y entre ellos destacan la aprobación de una Ley de Calidad y Coordinación del Sistema Nacional de Salud, el desarrollo de un Estatuto Marco para los profesionales de la salud, la ordenación de los procesos de autorización y fijación de precios en nuevos medicamentos, la promoción de los genéricos y la armonización entre prescripción y dispensación, ligada a una revisión general del arsenal terapéutico. Esperemos que este claro horizonte no se vea alterado por tormentas presupuestarias o de otra naturaleza.
Cambiando de tercio, y volviendo al día a día de nuestro ejercicio profesional, sigue vigente la polémica en torno a las bonificaciones y/o descuentos en la adquisición, por parte de los farmacéuticos, de medicamentos genéricos. Algunos laboratorios siguen ofreciendo bonificaciones, avalados por informes jurídicos que argumentan la legalidad de esta práctica comercial. Y más allá, se afirma que es la propia Administración la que ha obligado a este colectivo a efectuar descuentos en especialidades de prescripción por medio del Real Decreto-Ley 5/2000. Otras empresas han renunciado a las bonificaciones, no se sabe muy bien si por salir del el ojo del huracán o por cambiar de estrategia comercial y centrar de nuevo su marketing promocional únicamente en el médico prescriptor.
Lo cierto es que el conocimiento de este tipo de prácticas comerciales tan agresivas ha sido una sorpresa para muchos farmacéuticos y ha puesto de manifiesto la enorme capacidad negociadora de los laboratorios para promocionar sus productos. Los farmacéuticos podemos aprovechar este conocimiento para, en el futuro, negociar más «agresivamente» las ofertas que nos presentan y, si las bonificaciones quedan descartadas, lograr al menos un mayor margen de maniobra (léase pago aplazado).
Sobre este tema y sobre muchos otros de gran interés y actualidad para nuestra profesión podremos hablar y debatir en el XIII Congreso Nacional Farmacéutico que va a celebrarse en Granada del 15 al 19 de este mes. Desde aquí, te invito a participar en él para aportar tus propuestas y opiniones.