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Vol. 35. Núm. 4.
Páginas 172-179 (Julio - Agosto 2011)
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Páginas 172-179 (Julio - Agosto 2011)
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Experiencia de uso de partículas DC Bead® cargadas con doxorrubicina en quimioembolización hepática
Experience using doxorubicin-loaded dc beads® during hepatic chemoembolisation
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M. Muros-Ortegaa, M.S. Díaz-Carrascoa,
Autor para correspondencia
msacramento.diaz@carm.es

Autor para correspondencia.
, N. Vila-Clériguesa, F. Mendoza-Oteroa, A. de la Rubiaa, A. Capel Alemánb
a Servicio de Farmacia, Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, Murcia, España
b Servicio de Radiodiagnóstico, Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, Murcia, España
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Tabla 1. Sistema de clasificación Child-Pugh, puntuación y supervivencia estimada
Tabla 2. Sistema de clasificación Okuda y supervivencia estimada
Tabla 3. Escalas de estado general, estadificación, número y tamaño de los nódulos de los pacientes del estudio, dosis de doxorrubicina administrada y tratamiento quirúrgico realizado con posterioridad a la quimioembolización
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Resumen
Introducción

El carcinoma hepatocelular es el más común y agresivo del grupo de tumores hepatobiliares. La quimioembolización hepática con partículas DC Bead® cargadas de doxorrubicina es un tipo de terapia local para pacientes con nódulos localizados, no susceptibles de cirugía. El objetivo de este estudio es describir las situaciones clínicas en las que se ha utilizado este procedimiento y su toxicidad temprana.

Métodos

Estudio descriptivo retrospectivo de los pacientes tratados con partículas DC Bead® cargadas de doxorrubicina en quimioembolización hepática desde octubre de 2006 hasta julio de 2009. Los datos se obtuvieron del programa Farhos Oncología® y las historias clínicas.

Resultados

Durante el periodo de estudio fueron tratados 21 pacientes, 15 hombres y 6 mujeres con una mediana de edad de 66 años. El diagnóstico que motivó la utilización de la técnica fue hepatocarcinoma no resecable. Del total de pacientes, 6 se encontraban en lista de espera para trasplante hepático. Los pacientes fueron clasificados según el sistema Child-Pugh: 15 pacientes en el grupo A, 5 en el grupo B y uno en el C, y según el Sistema Okuda: 14 pertenecían al grupo I, 6 al grupo II y uno al grupo III. La toxicidad más frecuente fue la aparición de síndrome posquimioembolización en 16 pacientes, que se resolvió con medicación sintomática.

Discusión

La utilización de doxorrubicina cargada en microesferas DC Bead® en quimioembolización transarterial se ha ajustado a usos con evidencias científicas y ha sido bien tolerado en todos los pacientes. Las incidencias durante la administración fueron leves y se resolvieron con medicación sintomática.

Palabras clave:
Carcinoma hepatocelular
Quimioembolización
Doxorrubicina
Microesferas
Efectos adversos
Abstract
Introduction

Hepatocellular carcinoma is the most common and aggressive liver and biliary tumour. Hepatic chemoembolisation with doxorubicin-loaded DC Beads® is a local therapy for patients with localised nodes, which are not suitable for surgery. The objective of this study is to describe the clinical situations in which this procedure has been used and its early toxicity.

Methods

Retrospective descriptive study of patients treated with doxorubicin-loaded DC Beads® undergoing hepatic chemoembolisation from October 2006 until July 2009. Data were taken from the Farhos Oncología® programme and clinical histories.

Results

Twenty-two patients were treated during the study period, 15 men and 6 women, with an average age of 66years. This technique was used for patients diagnosed with unresectable liver cancer. Out of the patient total, 6 were on the liver transplant waiting list. Patients were assessed using the Child-Pugh score: 15 patients in group A, 5 in group B and 1 in group C; and according to Okuda staging system: 14 were in group I, 6 in group II and 1 in group III. The most common toxicity was post-chemoembolisation in 16 patients, which were treated with symptomatic medication.

Discussion

Using doxorubicin-loaded microspherical DC Beads® during transarterial chemoembolisation has been adapted to uses with scientific evidence and tolerated by all patients. Incidences during administration were mild and were resolved with symptomatic medication.

Keywords:
Hepatocellular carcinoma
Chemoembolisation
Doxorubicin
Microspheres
Adverse effects
Texto completo
Introducción

El carcinoma hepatocelular (CHC) es el más común del grupo de tumores hepatobiliares. Se trata de un tipo de tumor muy agresivo, llegando a ser la cuarta causa de muerte por cáncer en el mundo y la tercera más común en hombres, con unas 500.000-1.000.000 defunciones/año1.

La incidencia depende del sexo, la raza y la localización geográfica. El África subsahariana y el sudeste asiático constituyen áreas de alta incidencia. España pertenece a un área de incidencia y mortalidad intermedia para esta neoplasia, con una tasa bruta de 10-11/100.000 habitantes/año2. La probabilidad de supervivencia a los 5 años del diagnóstico no supera el 10%2.

La mortalidad por CHC es mayor en los hombres. En España, durante el año 2007, se registraron 1.921 defunciones en hombres y 659 en mujeres, debidas a cáncer de hígado primario3.

El factor de riesgo clínico más importante para el desarrollo de CHC es la cirrosis hepática, siendo las infecciones crónicas por el virus de la hepatitis B (VHB) y/o C (VHC) y el alcoholismo crónico las etiologías desencadenantes más frecuentes4–7. La hepatitis B es la principal causa de CHC en Asia y África, mientras que Europa, Japón y Norteamérica lo es la hepatitis C. Existen otros factores de riesgo menos frecuentes asociados al desarrollo de CHC, como la hemocromatosis hereditaria o agentes carcinógenos como las aflatoxinas.

Tener una edad avanzada y pertenecer al sexo masculino son 2 factores predictores del desarrollo de CHC en pacientes cirróticos, aunque existe la posibilidad de desarrollar CHC en pacientes con hígado sano5.

La prevalencia de CHC aumenta paralelamente con el deterioro de la función hepática. De este modo, se detecta un CHC en el 5% de los pacientes con cirrosis hepática compensada; este porcentaje alcanza el 15% en los pacientes que ingresan por hemorragia por varices esofágicas y/o descompensación de su hepatopatía5.

Existen múltiples escalas o clasificaciones que permiten evaluar la función hepática, valorar el pronóstico y/o predecir la supervivencia de los pacientes con enfermedad hepática crónica en general y con CHC en particular1,8. Estas clasificaciones ayudan a decidir el tipo de tratamiento que se debe realizar en un paciente concreto.

El sistema Child-Pugh valora la función hepática en los pacientes con enfermedad hepática crónica, especialmente cirrosis, y los divide en 3 clases, según la probabilidad de supervivencia: Child-Pugh A comprende a pacientes con cirrosis leve compensada; Child-Pugh B a los que presentan cirrosis moderada, y Child-Pugh C cuando tienen cirrosis grave9,10.

Cuando existe hepatocarcinoma, los sistemas de estadificación incorporan otros aspectos, para valorar el pronóstico o predecir la supervivencia. Dentro de estos se encuentra el Sistema Okuda que clasifica a los pacientes en 3 estadios con distinta probabilidad de supervivencia1.

Otro aspecto importante que debe evaluarse es el estado funcional del paciente. Suele utilizarse la escala de calidad de vida ECOG11.

Cuando la enfermedad se encuentra en estadios avanzados no existe tratamiento satisfactorio, siendo un tumor resistente a los agentes quimioterápicos. Actualmente existe una opción de tratamiento oral, el sorafenib, que en monoterapia prolonga la mediana de supervivencia global y la mediana del tiempo hasta la progresión12,13.

En el CHC localizado la base del tratamiento con intención curativa es la cirugía. Dentro de las terapias quirúrgicas aplicables se encuentran la hepatectomía parcial y el trasplante hepático. La hepatectomía parcial es el tratamiento de elección, en estadios iniciales que conservan buena función hepática (Child-Pugh A) y sin evidencia de hipertensión portal9,10. Está indicado en caso de CHC con un nódulo solitario de pequeño tamaño (≤ 5cm) o ≤ 3 nódulos (≤ 3cm) limitados a un segmento, sin afectación vascular. En estos pacientes se han obtenido resultados de supervivencia global a 5 años de un 50-70%.

El trasplante hepático puede ser una terapia curativa en pacientes con cirrosis moderada-severa (Child-Pugh B-C), aunque también es una opción en pacientes con Child-Pugh A. Estaría indicado en pacientes con enfermedad irresecable y que cumplen los criterios UNOS10: tumor ≤ 5cm de diámetro, o 2-3 tumores con ≤ 3cm de diámetro, sin evidencia de afectación macrovascular, ausencia de metástasis a distancia y sin contraindicaciones para cirugía5,10,14.

Los pacientes candidatos a las terapias locales serán aquellos que no cumplan los requisitos para la resección quirúrgica ni el trasplante hepático (debido a la extensión del tumor, a la disminución de la función hepática o al estado funcional del paciente) y no presenten enfermedad diseminada o metastásica9,15. También se ha descrito su uso como terapia puente hasta la realización del trasplante hepático10,14.

En las terapias locales, el objetivo es inducir la necrosis tumoral. Suelen realizarse mediante técnicas laparoscópicas o de acceso percutáneo y existen 2 categorías: la ablación y la embolización.

La ablación se consigue con la exposición directa del tumor a sustancias químicas (etanol o ácido acético) o a cambios de temperatura (ablación por radiofrecuencia, microondas o crioablación). La ablación ha demostrado ser más efectiva en nódulos pequeños (≤ 3cm) y junto con embolización en lesiones entre 3-5cm5,10,14.

En general, la embolización arterial hepática (TAE) es una técnica basada en la oclusión selectiva de la/s arteria/s hepática/s que nutren el tumor. Cuando se asocia a la perfusión de fármacos citostáticos se denomina quimioembolización (TACE). La radioembolización consiste en la embolización transarterial con microesferas cargadas de itrio-90. El objetivo es administrar dosis altas de radiación selectivamente sobre el tumor o los tumores hepáticos5,16.

El resultado es isquemia y necrosis, con la consiguiente muerte celular y posible reducción del tamaño tumoral5,10.

Las partículas de embolización son de gelatina esponjosa, alcohol polivinílico o poliacrilamida17,18. En la TACE se utilizan agentes quimioterápicos, como doxorrubicina, emulsionados con lipiodol para promover su retención intratumoral9,17,18. Llovet et al19 fueron los primeros autores en demostrar un beneficio significativo en la supervivencia, utilizando una técnica de TACE, frente al mejor tratamiento de soporte.

Aunque la TACE es una técnica bien tolerada, existe la posibilidad de sufrir algunas complicaciones como trombosis portal aguda, colecistitis, mielosupresión o síndrome posquimioembolización5,9,14,17,20. La mortalidad asociada a esta técnica es < 5%; los casos más graves se han dado por presencia de fístulas arteriovenosas en el tumor10.

Una variante nueva de TACE consiste en la utilización de partículas DC Bead®, que son microesferas de hidrogel biocompatibles, hidrófilas y no reabsorbibles, calibradas con precisión, y capaces de cargar doxorrubicina y otros agentes citostáticos17,21 para liberarlos después, lentamente, una vez depositadas en el lecho capilar tumoral. Con esta nueva técnica se persigue minimizar la cantidad de fármaco libre y los posibles efectos sistémicos17,18.

Las partículas DC Bead® se producen a partir de alcohol de polivinilo y están disponibles en diferentes intervalos de tamaño, para adaptarse al vaso sanguíneo que se quiere obliterar18,21.

La técnica de quimioembolización transarterial hepática con microesferas DC Bead® cargadas de doxorrubicina es novedosa y está aportando buenos resultados en los estudios publicados al respecto18,22,23. Por todo ello, los objetivos de este trabajo son:

  • 1.

    Describir las situaciones clínicas en las cuales se ha utilizado la quimioembolización hepática con microesferas DC Bead® cargadas de doxorrubicina, en un hospital de referencia.

  • 2.

    Describir la toxicidad temprana del procedimiento.

Material y método

Se realizó un estudio descriptivo retrospectivo de los pacientes tratados mediante quimioembolización transarterial hepática con microesferas DC Bead® cargadas de doxorrubicina.

Se incluyeron todos los pacientes sometidos al procedimiento desde el inicio de la técnica en el hospital, en octubre de 2006, hasta julio de 2009. La selección de los pacientes que recibieron la quimioembolización se había realizado según criterio de los médicos especialistas en cirugía, medicina interna del aparato digestivo y radiología vascular intervencionista y previa firma del consentimiento informado del paciente.

Los datos se obtuvieron del programa Farhos Oncología® y de la historia clínica.

Se registraron las siguientes variables: edad, sexo, diagnóstico, antecedentes personales, enfermedad hepática de base (cirrosis vírica o etanólica, hepatitis, etc.), parámetros de laboratorio, número y tamaño de lesiones, ECOG, dosis de doxorrubicina administrada, medicación utilizada durante la quimioembolización y aparición de fenómenos adversos.

Se determinó para cada paciente la función hepática, de acuerdo con la clasificación Child-Pugh (tabla 1), así como el estadio y pronóstico según el Sistema Okuda (tabla 2).

Tabla 1.

Sistema de clasificación Child-Pugh, puntuación y supervivencia estimada

Puntuación 
Ascitis  Ausente  Leve  Moderada 
Encefalopatía  No  Grado 1-2  Grado 3-4 
Albúmina (g/l)  > 3,5  2,8-3,5  < 2,8 
Bilirrubina (mg/dl)  < 2  2-3  > 3 
AP (%)  > 50  30-50  < 30 
o INR  < 1,7  1,8-2,3  > 2,3 
Estadios  Puntos  Supervivencia de un año  Supervivencia de 2 años 
Child-Pugh A  5-6  100%  85% 
Child-Pugh B  7-9  80%  60% 
Child-Pugh C  10-15  45%  35% 

AP (actividad de protrombina); INR (ratio internacional normalizada).

Tabla 2.

Sistema de clasificación Okuda y supervivencia estimada

Puntuación 
Tamaño del tumor  < 50% del hígado  > 50% del hígado 
Ascitis  No  Sí 
Albúmina (g/dl)  ≥ 3  < 3 
Bilirrubina (mg/dl)  < 3  ≥ 3 
Estadios  Puntos  Supervivencia (meses) 
Okuda estadio I  8,3 
Okuda estadio II  1-2 
Okuda estadio III  3-4  0,7 

Para cada procedimiento el servicio de farmacia preparó 4ml de partículas de 300-500μm cargadas con 150mg de doxorrubicina (dosis máxima recomendada)18,21,24 y mezcladas con iodixanol para facilitar la visualización. En cada procedimiento fue empleada la cantidad necesaria para obliterar el lecho arterial de los tumores tratados, hasta provocar el cese de circulación en sus arterias aferentes.

Resultados

Durante el periodo de estudio se programaron 22 pacientes para realizar el procedimiento. La técnica se desestimó en un paciente por hallazgo de fístula de alto grado a porta en el momento previo a la quimioembolización. Los 21 pacientes que recibieron tratamiento fueron 15 hombres y 6 mujeres, con una mediana de edad de 66 años (rango 38-82).

El diagnóstico que motivó el procedimiento fue carcinoma hepatocelular en todos los casos. Ninguno de los pacientes presentaba metástasis a distancia ni afectación ganglionar.

En 6 pacientes (28,6%), que precisaban un trasplante hepático, se utilizó como terapia puente en espera de donante. La indicación de la técnica en los 15 pacientes restantes fue paliativa, debido a que no eran candidatos a cirugía. Tres de estos 15 pacientes volvieron a ser estadificados después de la quimioembolización y se les practicó resección quirúrgica.

Se registraron antecedentes de cirrosis en 15 pacientes (10 hombres y 5 mujeres); de ellos, en 5 varones la cirrosis estuvo motivada por el consumo crónico de alcohol. En 3 pacientes no se disponía de datos previos.

Se registraron antecedentes de hepatitis en 11 pacientes, 5 por VHC (2 hombres y 3 mujeres), 5 hombres infectados por VHB y uno de etiología no indicada.

Los valores de laboratorio y otros datos clínicos relevantes, obtenidos antes del procedimiento de quimioembolización, se utilizaron para determinar las escalas del estado general y estadificación de los pacientes que se reflejan en la tabla 3. Los valores de albúmina oscilaron desde 1,9 hasta 4mg/dl, los de bilirrubina desde 0,3-7,6mg/dl y la actividad de protrombina desde 45-100%. Cuatro pacientes presentaban ascitis (2 leve y 2 moderada) y tan sólo uno presentó encefalopatía leve.

Tabla 3.

Escalas de estado general, estadificación, número y tamaño de los nódulos de los pacientes del estudio, dosis de doxorrubicina administrada y tratamiento quirúrgico realizado con posterioridad a la quimioembolización

Paciente  Sexo  Child-Pugh  Okuda  ECOG  Número de nódulos  Tamaño de nódulos (cm)  Dosis de doxorru-bicina (mg)  Tratamiento quirúrgico 
A (5)  I (0)  75   
A (6)  I (0)  40  Resección 
A (5)  I (0)  75  TOH 
A (5)  I (0)  75  TOH 
B (7)  II (1)  15  150 y 150   
A (5)  I (0)  50   
A (5)  I (0)  150   
A (6)  I (0)  150  Resección 
A (5)  I (0)  1,2 y 1,5  75  Resección 
10  C (12)  III (3)  150   
11  A (5)  I (0)  75  TOH 
12  B (9)  II (2)  150  TOH 
13  A (5)  I (0)  1 y 15  150 y 150   
14  A (5)  I (0)  60   
15  A (5)  I (0)  110 y 110   
16  A (5)  II (1)  No se dispone  150   
17  B (8)  II (2)  100   
18  B (7)  II (1)  150 y 75   
19  A (5)  I (0)  2 y 7  150  TOH 
20  B (8)  II (1)  150  TOH 
21  A (5)  I (0)  130   

TOH: trasplante ortotópico hepático.

Los pacientes presentaron de 1 a 9 nódulos totales, cuyo tamaño varió desde 1 hasta 15cm. En la tabla 3 se describen los nódulos embolizados (1-2 por paciente) y su tamaño.

Cuatro pacientes (19%) precisaron 2 sesiones para embolizar totalmente la lesión, por su mayor tamaño o difícil acceso. Por lo tanto, el número total de quimioembolizaciones hepáticas realizadas durante el estudio fue de 25. La dosis de doxorrubicina administrada en cada procedimiento figura en la tabla 3.

En la tabla 3 se han reflejado también los pacientes que recibieron un trasplante hepático o resección quirúrgica posterior a la quimioembolización, durante el periodo de estudio.

La quimioembolización se realizó con anestesia local en todos los casos, controlando periódicamente las constantes vitales.

Todos los pacientes recibieron profilaxis antibiótica con 1g de ceftriaxona.

A continuación se exponen las incidencias durante las 25 quimioembolizaciones, que requirieron la administración de medicación adyuvante:

  • En 9 procedimientos se produjeron espasmos arteriales, en vasos de pequeño calibre, mientras se introducía el catéter, lo cual imposibilitaba la continuación de la técnica. Se utilizaron 200μg de nitroglicerina intravenosa como vasodilatador periférico.

  • En 7 ocasiones el paciente presentó agitación durante la intervención, requiriendo la administración de 1mg de midazolam intravenoso.

  • Se manifestó dolor en 6 pacientes. La analgesia utilizada consistió en 3,3mg de morfina subcutánea en 3 casos, 2g de metamizol intravenoso en 2 casos y 30mg de ketorolaco intravenoso en el restante.

  • En 2 casos se administró nifedipino sublingual por aumento de la presión arterial.

  • Sólo un paciente presentó náuseas que cedieron con la administración de 4mg de ondansetrón intravenoso.

En total, 14 de los 21 pacientes del estudio (66,7%) precisaron la administración de alguna medicación complementaria durante el procedimiento.

Durante las 24-48 horas posteriores, 16 pacientes (76,2%) presentaron algún síntoma compatible con el llamado síndrome posquimioembolización:

  • Dolor abdominal en la zona del procedimiento en 13 casos (62%), que cedió con metamizol.

  • Fiebre mayor de 38,5°C en 10 casos (48%), que mejoró con la administración de paracetamol.

  • Náuseas y vómitos en 2 casos (10%), que se aliviaron con metoclopramida.

Hubo un caso en el que se desarrolló un exantema cutáneo, observándose abdomen eritematoso, que precisó la administración de corticoides y antihistamínicos sistémicos.

Discusión

El hepatocarcinoma es uno de los cánceres hepatobiliares más comunes y agresivos en la actualidad y la mortalidad asociada está aumentando en los países desarrollados1,4. El predominio de varones (71%) con edad avanzada (mediana de 66 años) que han recibido TACE en este estudio, coincide con los datos publicados de incidencia y prevalencia de hepatocarcinoma2–4 y con las características de los pacientes incluidos en otros estudios con técnicas similares22,23.

En cuanto a los factores de riesgo de la población del estudio, un 79% eran pacientes con cirrosis establecida, en varios casos por consumo crónico de alcohol. En estudios previos se ha estimado que entre un 60-80% de los pacientes con CHC tienen cirrosis de base y este porcentaje llega al 80-90% cuando los datos histológicos provienen de necropsias4. Un 58% tenían infección por VHC o VHB. Fattovich et al4 describen esta asociación en un 25-75% para VHC y en un 10-55% para VHB.

En el ámbito del estudio la indicación de la técnica de quimioembolización con doxorrubicina cargada en microesferas DC Bead® ha sido siempre el CHC localizado, no candidato a hepatectomía parcial24. Esta es una indicación de TACE ampliamente establecida en las guías clínicas10. En 6 pacientes se ha utilizado como terapia «puente» a la espera de donante para trasplante hepático. Este uso se basa en datos publicados por diversos autores10,14,16,25,26. Cabe destacar que Milloning et al25 demostraron una mayor supervivencia tras el trasplante hepático en aquellos pacientes que alcanzaron una respuesta tumoral completa o parcial al tratamiento previo con quimioembolización.

Según distintas recomendaciones10,18 los pacientes con hepatocarcinoma candidatos a técnicas de embolización serían aquellos que, además de tener enfermedad irresecable o inoperable, no presenten afectación extrahepática, tengan buena función hepática (Child-Pugh: A o B), buen pronóstico (Okuda: 1-2) y estado general (ECOG: 0-1). Las recomendaciones del NCCN10 añaden que los pacientes con nódulos hepáticos > 5cm deberían ser candidatos a esta terapia. En este estudio la mayoría de los pacientes cumplen estos criterios y presentan nódulos únicos mayores de 5cm. Los pacientes incluidos son similares a los del estudio de Llovet et al19, con la excepción de que en nuestro estudio se incluyó un paciente que presentaba valores de bilirrubina > 5mg/ml, criterio de exclusión en el estudio de estos autores y contraindicación relativa para la quimioembolización según NCCN. Estas diferencias pueden deberse a la indicación de mantenimiento pretrasplante, por la que se han incluido pacientes con otras características, por ejemplo, un paciente con Child-Pugh C y pacientes con varios nódulos de menor tamaño.

El uso de la técnica de TACE con partículas DC Bead® se fundamenta en los resultados obtenidos por diversos autores y revisados por Kettenbach et al18 y Marelli et al17. Estudios más recientes21,22,27 han comparado esta técnica con el TACE convencional ofreciendo resultados favorables a la quimioembolización con partículas cargadas, tanto en tasa de respuestas21,27, como en supervivencia22. Malagari et al28, en un estudio prospectivo, aleatorizado, publicado recientemente, compararon la técnica de quimioembolización con DC Bead® frente a la embolización sin quimioterapia, observando un aumento de respuestas completas, menos recurrencias y mayor mediana de tiempo libre de progresión en el primer grupo.

El uso de medicación durante el procedimiento ha sido otro de los datos registrados en el trabajo. El uso sistemático de profilaxis antibiótica y anestesia local coincide con los datos de otros estudios25,28. La bibliografía consultada no suele describir las incidencias ni la medicación utilizada durante el procedimiento, pero el estudio de Malagari et al28 de 2010 sí que comenta el uso de profilaxis antibiótica y con corticoides, protectores gástricos y antieméticos, así como la utilización de analgésicos para controlar el dolor y la fiebre debida al síndrome posquimioembolización. En nuestro caso parece un dato relevante que un 67% de los pacientes necesitasen el aporte de medicación externa a la técnica: nitroglicerina como vasodilatador arterial, midazolam como sedante, analgésicos y antieméticos. Sería interesante conocer la incidencia en más estudios y comparar la medicación utilizada.

En cuanto a la seguridad del procedimiento con DC Bead®, se ha descrito que es más seguro que el TACE convencional, probablemente por la toxicidad sobre el parénquima hepático asociada a la administración de lipiodol y, principalmente, por el hecho de que la doxorrubicina se libera mucho más lentamente de las microesferas, alcanzando niveles sistémicos menores18,21,27.

En el presente estudio, el perfil de toxicidad de la técnica durante la fase temprana fue bueno. Se registraron reacciones adversas leves en un 76% de los pacientes, como dolor abdominal, fiebre y náuseas. Todos los efectos se encuentran dentro de lo que corresponde al síndrome posquimioembolización, el cual está ampliamente documentado5,9,14,17,19,21,28 y cedieron con la administración de medicación sintomática. La incidencia de este síndrome varía desde el 25% descrito por Lammer et al27, pasando por el 40-85% descrito por Wigmore et al20 hasta el 80-100% de los estudios de Malagari et al28,29. Se considera el resultado de la necrosis hepática, provocada por la oclusión arterial y la acción citotóxica de la doxorrubicina.

Entre las reacciones adversas de menor incidencia destacan la aparición de un exantema cutáneo, que derivó en un abdomen eritematoso y mejoró con la administración de corticoides y antihistamínicos de forma sistémica. En 2 estudios publicados por Malagari et al28,29 se describen casos similares. Probablemente se trate de una reacción cutánea tardía, anafilactoide, muy descrita con los contrastes yodados, especialmente con yodixanol, y también con doxorrubicina.

Una de las limitaciones del presente estudio es que la fuente de información no es la entrevista directa con el paciente sino el registro en la historia clínica, lo cual puede resultar en infraestimación y menor detección de síntomas.

En conclusión, la utilización del esquema de doxorrubicina cargada en microesferas DC Bead® se ha ajustado a indicaciones basadas en evidencias científicas y ha seguido mayoritariamente las recomendaciones recogidas en las guías clínicas. Además, ha sido bien tolerado en todos los pacientes y las incidencias durante la administración fueron leves y se resolvieron con medicación sintomática.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

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