En primer lugar queremos agradecer a su atenta revisión y elevada apreciación del artículo de los que somos autores y que hemos publicado recientemente1. A continuación comentamos las consideraciones recogidas en su carta.
El AMFE es una herramienta recomendada por diferentes organizaciones sanitarias, que permite estudiar en profundidad los fallos de los sistemas. Dada la complejidad actual en el abordaje y cuidados de los pacientes, y la incorporación de las nuevas tecnologías en el ámbito sanitario, creemos que es muy interesante su aplicación a aquellos procesos que consideramos críticos. Sin embargo, esta metodología de análisis es relativamente reciente en el ámbito sanitario, especialmente a nivel nacional. Su puesta en marcha es compleja, pues requiere por un lado la colaboración y participación activa de diferentes profesionales que integran el proceso objeto de análisis. La colaboración entre profesionales es fundamental, y creemos que a medida que vayamos afianzando esta forma de trabajo, será más fácil su integración. Sin embargo, la elevada presión asistencial dificulta llevar a cabo este tipo de proyectos, y esta fue una de las razones de no poder contar con más profesionales en el momento del desarrollo del AMFE, además de nuestra inexperiencia en este tipo de metodología. Con la intención de subsanar esta limitación, y tal y como se comenta en el artículo, posteriormente a la realización del AMFE, para poder estudiar y analizar el impacto de las medidas adoptadas en la incidencia de errores, incorporamos a nuestro grupo a una supervisora de enfermería y un médico, los cuales revisaron de nuevo todos los resultados que habíamos obtenido, sin realizar apenas aportaciones, lo que nos hizo pensar que el análisis había sido bastante exhaustivo. Sin embargo, en el análisis posterior su contribución fue determinante para el análisis de los errores detectados. Es interesante señalar que, aunque inicialmente participamos solo farmacéuticos, algunos de ellos tienen mucha experiencia en la detección y análisis de errores de medicación. De hecho, han participado, juntos con otros miembros del personal del servicio de farmacia, en diferentes estudios para la detección de errores en la prescripción y dispensación de medicamentos2,3.
Con relación a no haber considerado en el AMFE la fase de administración, indicar que no era el objetivo de nuestro estudio, aunque sabemos que en dicha etapa se originan un elevado número de errores de medicación4. Además cabe señalar que el análisis de AMFE se puede aplicar a un proceso completo o a partes del mismo. En el momento actual estamos diseñando un proyecto de investigación para la detección de errores en la fase de administración de medicamentos.