Todos hemosescuchado en multitud de ocasiones que, en general, la sociedadestá necesitada de líderes que sean capaces deilusionar a un amplio número de personas y arrastrar a todoun colectivo en una dirección determinada. Las personas quetienen a otras bajo su responsabilidad deberían preguntarsesi realmente está ejerciendo una posición deliderazgo con sus subordinados o si solamente aquellas les obedecenpor respecto, tolerancia, temor o cualquier otro recónditosentimiento humano que ahora no entraremos a valorar por nodisponer del tiempo ni del espacio necesario para realizar elcorrespondiente análisis.
Lacuestión que se plantean numerosos expertos engestión empresarial de recursos humanos es si ellíder, ¿nace o se hace? Para empezar podríamosdefinir líder como aquella persona que fuera capaz dedesarrollar todas las aptitudes recogidas en el siguientedecálogo:
1. Hacerserespetar a través de su propia responsabilidad yautodisciplina acatando las normas establecidas ante sussubordinados.
2. Hacersecreíble demostrando su integridad personal. Como es capaz devalorar la integridad de las personas, es capaz de generar unambiente de confianza entre sus compañeros.
3. Es capazde delegar adecuadamente en su personal para obtener los mejoresresultados de cada uno y de promover su participaciónobteniendo compromisos reales.
4. Capaz deconocer, entender y preocuparse por los demás,valorándolos adecuadamente.
5. Seesfuerza en incentivar el desarrollo personal y profesional de suscolaboradores.
6. Capaz dededicar parte de su tiempo y esfuerzo en aportarinformación, pedir sugerencias y hacer comentarios dedesarrollo a sus subordinados.
7. Estarsiempre predispuesto a realizar un proceso interno de mejora yaprendizaje.
8. No debeser autocomplaciente, por lo que aceptará lascríticas sobre lo que está fallando en suentorno.
9.Tendrá que pensar en términos globales y tener unvisión de futuro que sea conocida y compartida por todo elpersonal.
10. Que puedagenerar transformaciones beneficiosas para el conjunto de sudepartamento, empresa o incluso la totalidad de lasociedad.
Frente aaquellos que defienden unas poderosas razones genéticas quejustifiquen el carácter innato de estas aptitudes deliderazgo, hay que recordarles que, según los últimosestudios, el ADN del ser humano comparado con el delchimpancé tan sólo difieren en un escaso1%.
Si elliderazgo fuera el resultado del cociente intelectual (como lo esel caso de la inteligencia) podría llegar a tener unfundamento de carácter genético. Sin embargo, este«liderazgo» está constituidoprácticamente por un 90% de inteligencia emocional, o sea,que dichas aptitudes de «líder» son el resultadode conocimientos progresivamente aprendidos.
Entonces, sitodo es cuestión de un aprendizaje sistemático ycontinuado, nos podemos preguntar: ¿por qué hay tanpocos líderes en el conjunto de la sociedad? La respuestaque podríamos encontrar es la siguiente: losauténticos «líderes» son aquellos que soncapaces de influir, entusiasmar y transformar a todo un colectivode un modo natural y espontáneo que dan la impresiónque es su modo de actuar cotidianamente y que dichas aptitudes soninherentes a su modus vivendi. Es una filosofía devida.
Cuando a lolargo de la vida nos encontraremos con alguien que posea estascualidades podremos decir que nos encontraremos ante una personadotada con elevadas dosis de carisma. Esta capacidad de liderarinconscientemente (casi como sin pretenderlo) es lo que nos parecemágico, increíble, inexplicable e inalcanzable parael resto de los mortales.
Asípues, finalmente, podemos concluir que el liderazgo no estáescrito en el camino de las estrellas, ni muchos menos en lainformación contenida en nuestros genes. Todosdeberíamos mantener la «ilusión permanentementerenovada» de hacer mejor nuestro trabajo, aunque para ellosea primero imprescindible conocer si somos capaces de asumir elreto de conocernos mejor a nosotros mismos al tiempo quepotenciamos nuestros puntos fuertes y mejoramos nuestros puntosdébiles. De este modo podremos acercarnos al modo de ser yde actuar de los auténticos líderes.
J. E. Poquet Jornet
Servicio de Farmacia. Hospital Asepeyo. San Cugat delVallés