La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su Clasificación Internacional de Enfermedades, 10.ª revisión (CIE-10), establece como criterios para el diagnóstico de la demencia el deterioro de la memoria, del pensamiento y del razonamiento, así como la interferencia en la actividad cotidiana y la presencia de estos síntomas durante al menos 6 meses. La demencia es cada vez un tema de salud más importante, por su gran carga social. El paciente con demencia presenta un deterioro a todos los niveles (físico, psíquico, social) que además afecta de forma importante a su entorno familiar. La rehabilitación de un paciente con demencia supone un reto para el personal sanitario y un gran beneficio para la sociedad. Presentamos el caso de un paciente de 85 años con demencia de etiología mixta isquémico-degenerativa de grado moderado, y una limitación física que le mantenía inmovilizado en su domicilio. Se le aplicó un programa de rehabilitación integral, interviniendo de forma coordinada el personal médico, el personal de enfermería y el trabajador social, consiguiendo en la actualidad su recuperación física, cognitiva y social.
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