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Vol. 27. Núm. 1.
Páginas 1-3 (Enero - Febrero 2012)
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Editorial
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Conflicto de intereses y publicaciones científicas
Conflict of interests and scientific publications
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J. Matías-Guiu
Autor para correspondencia
inc.hcsc@salud.madrid.org

Autor para correspondencia.
, R. García-Ramos
Servicio de Neurología, Instituto de Neurociencias, Hospital Clínico San Carlos, Universidad Complutense de Madrid, Madrid, España
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Resumen
Introducción

Las potenciales relaciones de interés entre autores, revisores, editores y direcciones financieras de las revistas pueden llevar a conflictos de intereses en sus actuaciones.

Desarrollo

Se analiza los potenciales conflictos de intereses en las publicaciones, con ejemplos extremos, valorando la necesidad de declaración escrupulosa de las relaciones existentes, especialmente económicas.

Conclusiones

Los potenciales conflictos de intereses deberían ser trasparentes y debe ser un objetivo de las revistas el conocerlos y valorarlos. La declaración de relaciones debe ser obligada en la comunicación de la investigación, pero su existencia no debe prejuzgar conductas inapropiadas.

Palabras clave:
Autores
Conductas inapropiadas
Conflicto de intereses
Editores
Publicación
Abstract
Introduction

The potential relationships of interest between authors, reviewers, editors and financial management of the journals can lead to a conflict of interest in their performances.

Development

It analyzes the potential conflicts of interest in the papers, with extreme examples, assessing the need for careful statement of the relations, especially economic.

Conclusions

Potential conflicts of interest should be transparent and the knowledge and values should be an objective of the magazines. The declaration of relationships should be required in the communication of research, but their existence should not prejudge misconduct.

Keywords:
Authors
Conflict of interest
Editors
Journal
Misconduct
Texto completo

La publicación de un artículo en una revista científica tiene implicaciones tanto personales como institucionales, como para países o empresas1, lo que implica que puede haber conflictos de intereses en todos los niveles de las publicaciones2. En un reciente editorial publicado en Neurología, el equipo de dirección de la revista abordó la cuestión de la independencia editorial3 y en el presente artículo se pretende realizar un análisis del conflicto de interés. Aunque parece obvio que la declaración sobre el conflicto de interés debería ser obligada a la hora de la transmisión de los resultados de una investigación, la cifra de publicaciones que lo exigían hasta muy recientemente era muy bajo4,5. En la actualidad, el porcentaje de publicaciones que obligan a una hoja de declaración de conflicto de intereses ha crecido al haberse sumado los grandes grupos editoriales como Elsevier. Sin embargo, las propias publicaciones están expuestas a la discusión sobre los potenciales conflictos de intereses, especialmente en el tema de la publicidad6–9, pues las empresas están interesadas en que se publique en las revistas10.

Es una realidad que los revisores y especialmente los editores influyen decididamente en lo que se publica y, por tanto, cualquier influencia comercial sobre ellos podría suponer un conflicto de interés y no sólo ello, las propias direcciones financieras de las revistas pueden estar sometidas a influencias y entrar en el debate del conflicto de interés. Un ejemplo de conflicto de intereses de la revista se puede observar en relación con un estudio entre dos productos de la misma empresa que comparaban, uno de ellos en el que se terminaba la patente, frente a otro, con las mismas indicaciones, que era reciente. El artículo sobre el estudio que aparecía en una publicación que tenia anuncios concluía que el segundo fármaco era mejor que el primero, mientras que la misma investigación en una revista que no recibía apoyos económicos concluyó que no había diferencias entre los dos11. El caso opuesto también ha existido y otro artículo, que había superado el proceso editorial fue rechazado porque afectaba a uno de los anunciadores de la revista bajo presión del departamento de marketing12. Son denuncias de malas conductas editoriales, pero que son extremas e infrecuentes. A pesar de ello, solo 9 de 30 publicaciones de revistas de medicina aplican la política de solicitar si hay conflicto de intereses a sus revisores, tanto comerciales como profesionales y solo 8 de las 21 publicaciones restantes tienen previsto aplicarlo porque consideraran que el editor está al margen y que no es necesario una declaración de conflicto para él13, a pesar de que el International Committee of Medical Journal Editors recomienda que los editores, que deben tomar la última decisión sobre un artículo, no deben tener ninguna relación de interés con aquél14. Sin embargo, la realidad es que los estudios promovidos por la industria se publican en mejores revistas y con mayor impacto15–18 que los no financiados por ellas19,20. El conflicto de intereses no es por tanto económico, sino competitivo, dado que la publicación de artículos financiados por la industria aumenta el factor de impacto21,22. Este hecho que se ha comprobado en las grandes publicaciones de impacto no presupone que sus editores no hayan tomado las decisiones adecuadas al margen del interés, ya que artículos con apoyo de la industria también son rechazados. Por ello, la existencia de la relación de interés no debe presuponer que haya decisiones inadecuadas.

Obviamente, los autores pueden estar sujetos también a influencias comerciales23, ya que puede influir en las conclusiones de sus estudios24 y para que los revisores y el editor puedan analizar un potencial conflicto deberían informarse adecuadamente, lo que parece que no es así25. Solo en los aspectos económicos, un reciente estudio muestra que sólo el 70% de los autores lo declaran cuando son pagos relacionados directamente con el artículo y solo un 50% cuando hay conflicto de interés indirecto de carácter económico26. La relación no directa no suele ser declarada y ya en esta revista se ha analizado la cuestión de la autoría fantasma27,28.

Los potenciales conflictos de intereses deberían ser trasparentes y ello debe ser un objetivo de las revistas el conocerlos y valorarlos. Su declaración debe ser honesta y constructiva y los editores debemos tener la capacidad de analizarla sin prejuicios. La existencia de una relación de intereses no implica que se reflejen en el artículo, de igual forma que la publicidad a una revista no significa que la revista varíe el criterio de aceptabilidad. De igual forma, la competencia profesional no implica que los editores y revisores no valoren los artículos con escrupulosidad. La declaración de relaciones debe ser obligada en la comunicación de la investigación, pero su existencia no debe prejuzgar conductas inapropiadas.

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