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Impacto de la pandemia COVID-19 en los sistemas de notificación de incidentes de seguridad del paciente y errores de medicación
Impact of the COVID-19 pandemic on patient safety incident and medication error reporting systems
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M. Macías Marotoa,
Corresponding author
marta.maciasm@salud.madrid.org

Autor para correspondencia.
, G. Garzón Gonzálezb, C. Navarro Royoc, A. Navea Martínc, A. Díaz Redondod, A. Santiago Saeze, A. Pardo Hernándezc
a Unidad de Calidad, Hospital Universitario Príncipe de Asturias, Alcalá de Henares, Madrid, España
b Área de Procesos y Calidad, Gerencia Asistencial de Atención Primaria, SERMAS, Consejería de Sanidad, Madrid, España
c Subdirección General de Calidad Asistencial, Consejería de Sanidad, Madrid, España
d Servicio de Medicina Preventiva y Gestión de Calidad, Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Madrid, España
e Servicio de Medicina Legal, Hospital Clínico San Carlos, Madrid, España
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Received 20 January 2022. Accepted 14 March 2022
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Resumen
Antecedentes y objetivo

Conocer el impacto de la pandemia por COVID-19 en la epidemiología de los incidentes de seguridad (IS) y de los errores de medicación (EM) notificados al sistema de notificación CISEMadrid, del ámbito hospitalario y de atención primaria del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS).

Materiales y métodos

Estudio observacional y descriptivo con análisis retrospectivo de los datos, en el que se incluyeron todas las notificaciones de CISEMadrid desde el 01-enero-2018 al 31-diciembre-2020, de 33 hospitales y 262 centros de salud del SERMAS. Se identificaron los 2 periodos en 2020 de mayor aumento de casos de COVID-19, para comparar los incidentes notificados en periodo prepandemia y pandemia.

Resultados

Se notificaron un total de 36.494 incidentes. Comparando ambos periodos, se observó una disminución general de notificaciones en pandemia del 60,7%, siendo mayor en atención primaria, cayendo hasta un 33% de niveles previos. La reducción de notificaciones fue similar en los picos y valles de las olas. Los 3 IS más frecuentes en ambos periodos y ámbitos asistenciales fueron: pruebas diagnósticas, dispositivos médicos/equipamientos/mobiliario clínico y gestión organizativa/citaciones. En los EM los fallos de dosis y selección inapropiada fueron los más frecuentes en ambos ámbitos y periodos. No hubo diferencias relevantes en las consecuencias para el paciente en ambos periodos.

Conclusiones

Durante la pandemia disminuyeron las notificaciones de seguridad del paciente, aunque se mantuvieron los tipos más frecuentes, así como su impacto en el paciente, tanto en hospitales como en atención primaria. La cultura de seguridad de las organizaciones es un aspecto crítico para el mantenimiento de los sistemas de notificación.

Palabras clave:
Notificación de incidentes
COVID-19
Seguridad del paciente
Gestión del riesgo
Abstract
Background and aim

To determine the impact of the COVID-19 pandemic on the epidemiology of safety incidents (SI) and medication errors (ME) reported to the CISEMadrid notification system in the hospital and primary care settings of the Madrid Health Service (SERMAS).

Materials and methods

Observational and descriptive study with a retrospective analysis of data including all CISEMadrid notifications from 01-Jan-2018 to 31-Dec-2020, from 33 hospitals and 262 health care centres of the SERMAS. The two periods in 2020 with the greatest increase in COVID-19 cases were identified to compare incidents reported in the pre-pandemic and pandemic periods.

Results

36,494 incidents were reported. Comparing both periods, an overall decrease in pandemic notifications of 60.7% was observed, being higher in primary care, falling to 33% of previous levels. The reduction in notifications was similar in the peaks and valleys of the waves. The three most frequent SIs in both periods and care settings were: diagnostic tests, medical devices/equipment/clinical furniture and organisational management/citations. In ME, dose failure and inappropriate selection were the most frequent in both settings and periods. There were no relevant differences in patient consequences in both periods.

Conclusions

During the pandemic, patient safety notifications decreased although the most frequent types remained the same, as did their impact on the patient, both in hospitals and in primary care. The safety culture of organisations is a critical aspect for the maintenance of reporting systems.

Keywords:
Incident reporting
COVID-19
Patient safety
Risk management
Full Text
Introducción

Los sistemas de notificación y registro de incidentes sobre seguridad del paciente son una herramienta de aprendizaje y mejora, basada en la identificación, en el análisis y en las propuestas de actuación sobre los eventos comunicados. Ningún sistema de notificación y análisis de incidentes de seguridad (IS) es perfecto, pero se basan en 2 principios fundamentales: hacen visibles los riesgos y previenen daños1.

En este sentido, CISEMadrid es la aplicación desarrollada por la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid con el objeto de promover y facilitar la comunicación online de los IS producidos por la atención sanitaria, así como su posible corrección. Con carácter voluntario y confidencial, cualquier profesional puede notificar IS y errores de medicación (EM) a través del cuestionario de acceso libre en la intranet corporativa. Este sistema sustenta el proceso de gestión de dichos incidentes por las Unidades Funcionales de Gestión de Riesgos Sanitarios (UFGRS) de cada centro.

CISEMadrid tiene un acceso diferenciado para los centros de atención primaria (AP) y otro para hospitales. Dentro de hospitales también se pueden notificar en función del área donde se producen (hospitalización, unidades de críticos, urgencias, consultas externas, etc.), además del servicio responsable del paciente. En estos incidentes se identifican adicionalmente el tipo, las consecuencias y la gravedad, los factores contribuyentes y la categoría profesional del notificador, como principales campos.

El sistema cuenta con otros campos para la gestión del incidente en las fases de valoración, análisis y definición de medidas correctoras que se realizan de forma general por los miembros de las UFGRS.

CISEMadrid se encuentra implantado desde 2011 en AP y 2016 en hospitales, utilizándose en la actualidad en el 100% de centros de salud y en el 97% de los hospitales del SERMAS2.

Es una realidad, que la irrupción del SARS-CoV-2 ha producido un fuerte impacto en la seguridad del paciente de todos los sistemas sanitarios. Adelman y Gahndi3, identificaron un aumento de riesgos en seguridad del paciente durante 2020, y resaltan la importancia de una cultura de seguridad ya afianzada en las organizaciones, no punitiva para poder comunicar incidentes e implantar cuanto antes medidas de mejora; en un reciente estudio en España, la percepción de seguridad en una UCI hospitalaria tras la tercera ola, fue considerada adecuada, gracias a la consolidación de la cultura en el propio centro4.

En este sentido, no se encuentra evidencia científica del impacto directo de la pandemia sobre los sistemas de notificación y registro de IS de forma global, aunque hay estudios recientes en ámbitos concretos (AP)5, o que de forma parcial estiman este impacto6–8. Macías (2021), describió una reducción de las notificaciones entre el 1 de marzo y el 24 de abril de 2020 del 76%, en un centro asistencial (Hospital Universitario Príncipe de Asturias, Comunidad de Madrid, España), de las cuales casi todos los incidentes estaban relacionados con caídas, siendo el personal de enfermería el principal notificador (95%)9.

El objetivo general de este trabajo es conocer el impacto de la pandemia por COVID-19 en el número y en las características de la notificación de IS y EM en el sistema CISEMadrid, en hospitales y AP del Servicio Madrileño de Salud.

Materiales y métodosTipo de estudio

Estudio descriptivo observacional y retrospectivo, de los incidentes notificados de forma voluntaria por los profesionales al Sistema de Notificación de Incidentes de Seguridad y Errores de Medicación CISEMadrid del Servicio Madrileño de Salud.

Ámbito

Treinta y tres de los 34 hospitales y los 262 centros de salud de AP del SERMAS, con el sistema CISEMadrid implementado (un hospital no lo tiene implementado aún). Años completos 2018, 2019 y 2020. Se incluyeron 2 años prepandemia para poder detectar cambios de tendencia.

Sujetos

El estudio no se realizó sobre una muestra específica, sino que se incluyó la totalidad de los IS y EM notificados en el período de estudio.

Variables estudiadas

De cada notificación se recogieron las siguientes variables: a) edad y sexo del paciente; b) fecha de la notificación; c) ámbito en el que ocurrió el incidente (AP/ hospital); d) categoría profesional del notificador; e) servicio desde el que se realizó la notificación (solo aplicable en hospitales); f) consecuencias para el paciente (se recogió la clasificación del daño potencial realizada por el notificador y la realizada por los miembros de la UFGRS); g) tipo de incidente de seguridad y tipo de error de medicación (descripción en el anexo 1); h) fecha de realización del análisis del IS/EM (como medida de la gestión de las notificaciones por las UFGRS).

Análisis de los datos

Se realizó análisis descriptivo de cada variable. Se comparó el número absoluto de incidentes notificados entre el 9 de marzo y el 31 de diciembre de cada año (para comparar exclusivamente los meses pandémicos) entre los años prepandemia 2018, 2019 y el año pandémico 2020. Para descartar que la reducción de notificaciones fuese debida a una reducción en el volumen asistencial, se relacionó el número de notificaciones por año con el número de contactos del paciente con el sistema sanitario, por separado en AP y hospitales. Se realizó una comparación en esos mismos periodos de los porcentajes de cada categoría de las siguientes variables: a) tipo de IS y de EM; b) categoría profesional del notificador; c) servicio de la notificación; d) daño producido en el paciente según el notificador y según la UFGRS; e) porcentaje de IS y EM analizados. Adicionalmente se realizaron estas mismas comparaciones para cada ámbito asistencial. Para medir el impacto de las distintas olas, se compararon los periodos «pico» de pandemia en 2020 (9-Mar a 7-Abr y 16-Ago a 5-Oct) con los mismos periodos prepandemia de 2018 y 2019. Esta comparación también se hizo para los periodos «valle» (los períodos complementarios a partir del 9-Mar).

Las variables cualitativas se describieron mediante frecuencias absolutas y porcentajes. Las variables cuantitativas se expresaron como media ±desviación estándar (SD). Para la comparación del número de notificaciones en 2018, 2019 y 2020, tanto globalmente como por ámbito se utilizó «regresión de Poisson». Para analizar la relación con el número de contactos con el sistema sanitario, se incluyó en el modelo de regresión de Poisson el volumen de actividad en AP (número de consultas de médico de familia, enfermera y pediatra) y en hospitales (número de ingresos, número de urgencias y número de consultas externas). La asociación entre año y servicio, año y categoría y año y tipo se analizó con el test de «Chi-cuadrado de Pearson». El análisis de los datos se realizó con el programa estadístico SPSS® versión 26.0 (IBM Corp, NY, EE. UU.).

Resultados

Se incluyeron en el estudio un total de 36.494 notificaciones de seguridad del paciente realizadas en los años 2018, 2019 y 2020. Las frecuencias absolutas y los porcentajes de las categorías de las variables del estudio se muestran en la tabla 1.

Tabla 1.

Distribución de las notificaciones en CISEMadrid según las variables del estudio, en aquellas notificaciones en las que estaban recogidas. Años 2018-2020

    GlobalAtención hospitalariaAtención primaria
Variable  Categoría 
Sexo del paciente  Varón  12.688  48,9  10.816  51,1  2.977  43,2 
  Mujer  13.235  51,1  10.340  48,9  3.921  56,8 
    Media (±DE)  Media (±DE)  Media (±DE) 
Edad del paciente    27.039  54,3 (±27,2)  30.874  54,3 (±27,1)  8.691  53,9 (±27,6) 
Ámbito de la notificación  Atención hospitalaria  28.165  77,2         
  Atención primaria  8.329  22,8         
Incidente, seguridad/error medicaciónError medicación  12.633  34,6  8.798  28,5  4.822  55,5 
Incidente seguridad  23.861  65,4  22.076  71,5  3.869  44,5 
Año2018  13.837  37,9  10.168  32,9  3.669  42,2 
2019  14.262  39,1  10.819  35,0  3.443  39,6 
2020  8.395  23,0  7.178  23,2  1.217  14,0 
Tipo de incidente de seguridadGestión organizativa/citaciones  2.642  8,2  2.472  9,5  396  4,8 
Cuidados y seguimiento del paciente  1.740  5,4  1.864  7,1  48  0,6 
Identificación del paciente  1.789  5,6  1.516  5,8  393  4,8 
Continuidad asistencial  1.255  3,9  853  3,3  452  5,5 
Documentación clínica/información/consentimiento informado  1.031  3,2  854  3,3  233  2,9 
Accidentes del paciente  905  2,8  937  3,6  27  0,3 
Infraestructuras  906  2,8  551  2,1  390  4,8 
Procedimientos terapéuticos  842  2,6  826  3,2  72  0,9 
Actividades preventivas  471  1,5  516  2,0  24  0,3 
Procedimientos quirúrgicos  399  1,2  425  1,6  —  0,0 
Valoración clínica/diagnóstico  378  1,2  381  1,5  39  0,5 
Infección relacionada con la atención sanitaria  290  0,9  309  1,2  —  0,0 
Pruebas diagnósticas  3.428  10,7  2.969  11,4  667  8,2 
Dispositivos médicos/equipamiento/mobiliario clínico  2.960  9,2  2.465  9,4  648  7,9 
Tipo de error de medicaciónSelección inapropiada del medicamento  2.272  7,1  1.604  6,1  804  9,8 
Frecuencia de administración incorrecta  941  2,9  588  2,3  435  5,3 
Error en la preparación/manipulación/acondicionamiento  695  2,2  494  1,9  248  3,0 
Paciente equivocado  630  2,0  560  2,1  140  1,7 
Duplicidad de medicamentos o utilización de fármacos innecesarios  623  1,9  190  0,7  477  5,8 
Medicamento deteriorado: caducado, mal conservado o con defectos en la calidad  396  1,2  254  1,0  165  2,0 
Forma farmacéutica errónea  367  1,1  180  0,7  204  2,5 
Error de almacenamiento  356  1,1  391  1,5  —  0,0 
Vía de administración incorrecta  289  0,9  282  1,1  48  0,6 
Error en la dosis: omisión o incorrecta  3.688  11,5  2.709  10,4  1.238  15,1 
Otros  2.777  8,7  1.932  7,4  1.024  12,5 
Servicio(solo en atención hospitalaria)Pediatría y áreas específicas  3.022  8,7  3.365  11,6     
Farmacia hospitalaria  3.057  8,8  3.316  11,5     
Medicina intensiva  2.610  7,5  2.909  10,1     
Urgencias generales  2.325  6,7  2.569  8,9     
Medicina interna  1.704  4,9  1.862  6,4     
Anestesiología y reanimación  1.564  4,5  1.738  6,0     
Psiquiatría  1.198  3,4  1.292  4,5     
Obstetricia y ginecología  1.026  3,0  1.112  3,8     
Cirugía general y del aparato digestivo  790  2,3  858  3,0     
Aparato digestivo  846  2,4  904  3,1     
Cirugía ortopédica y traumatología  748  2,2  831  2,9     
Otros  7.528  21,7  8.157  28,     
Categoría profesionalMédico  10.792  33,1  7.317  27,3  4.287  50,5 
Enfermera  13.559  41,6  12.592  46,9  2.271  26,8 
Auxiliar de enfermería  751  2,3  807  3,0  —  0,0 
Farmacéutico  3.272  10,0  2.974  11,1  529  6,2 
MIR, EIR, otros especialistas en formación  538  1,6  615  2,3  0,0 
Auxiliar administrativo  950  2,  697  2,6  302  3,6 
Otros  2.760  8,5  1.841  6,9  1.092  12,9 
Consecuencias parar el paciente(según el notificador)Sin daño  16.856  48,3  13.020  44,1  5.231  62,9 
Con daño  4.149  11,9  3.330  11,3  1.082  13,0 
Daño dudoso  13.905  39,8  13.143  44,6  2.006  24,1 
Gravedad potencial  Sin impacto grave  17.318  56,4  13.755  55,5  4.775  60,7 
(según el analizador)  Impacto potencialmente grave en el paciente  13.383  43,6  11.032  44,5  3.093  39,3 

EIR: enfermero interno residente; MIR: médico interno residente.

El número total de notificaciones realizadas entre el 9 de marzo y el 31 de diciembre en los años prepandemia 2018, 2019 y pandemia 2020, fue respectivamente de 13.837, 14.262 y 8.395, con una razón de tasas en 2020 frente a 2018 de 0,607 (p<0,001), es decir la notificación cayó a un 60,7% de su volumen previo.

En AP el número de notificaciones en relación con los contactos en 2018, 2019 y 2020 fue de 4,0/100.000 consultas, 3,8/100.000 consultas y 1,3/100.000 consultas, respectivamente (p<0,0001). En hospitales fue de 5,9/10.000 contactos, 6,1/10.000 contactos y 4,6/10.000 contactos (p<0,0001). Es decir, se confirmó la caída de notificaciones independientemente de las fluctuaciones del número de contactos.

En función del ámbito de atención, el descenso fue mayor en AP, siendo las notificaciones en cada año prepandémico del periodo de estudio 3.669 (2018) y 3.443 (2019) y en pandemia 1.217 (2020). La razón de tasas 2020 vs. 2018 fue de 0,33 (p<0,001), es decir cayó a un 33% de niveles previos. En hospitales el descenso fue menor: en prepandemia 10.168 (2018) y 10.819 (2019) y en pandemia 7.178 (2020); la razón de tasas 2020 vs. 2018 fue de 0,706 (p<0,001), es decir cayó a un 71% de niveles previos.

Los descensos del número de notificaciones en los periodos de pico («ola») y «valle» de la pandemia en 2020 respecto a los mismos períodos en los dos años previos no mostraron diferencias importantes, con cifras de descenso 2019-2020 del 48% (de 2.810 a 1.356) y del 51% (de 8.569 a 4.433), respectivamente.

Servicios (en hospitales) y categoría profesional

Se encontraron diferencias en el descenso de notificaciones en diferentes servicios (p<0,001), aunque, en general, este descenso fue generalizado. Los resultados se muestran en la figura 1. Destacan por orden en el mayor número de notificaciones mantenidas en los 3 años analizados la farmacia hospitalaria, el servicio de pediatría, medicina intensiva y urgencias.

Figura 1.

Número de notificaciones en CISEMadrid por servicio y año (solo para atención hospitalaria).

(0.1MB).

No se encontraron diferencias relevantes en el descenso de notificaciones entre categorías profesionales a excepción de la de médicos y enfermeras en AP: de 2019 a 2020 las notificaciones realizadas por médicos pasaron del 51% del total de notificaciones de AP al 46%, mientras que las realizadas por enfermeras pasaron del 25 al 35% (p<0,001). De forma global, es la categoría profesional de enfermería la que más notificaciones realizó al sistema CISEMadrid.

Tipo de incidente de seguridad y error de medicación

Los distintos tipos de IS y EM notificados en AP y hospitales en los años prepandemia y pandemia se muestran en la tabla 2. En cuanto a los IS destaca que en periodo prepandemia y pandemia los 3 más frecuentes fueron: pruebas diagnósticas, dispositivos médicos/equipamientos/mobiliario clínico y gestión organizativa/citaciones. El descenso fue similar en todos los tipos a excepción de los IS de infección relacionada con la atención y actividades preventivas en hospitales (que descendió menos), y los IS relacionados con continuidad asistencial en AP (que descendió más). En los EM los fallos en dosis y selección inapropiada del medicamento fueron los más frecuentes en ambos ámbitos y en ambos periodos; en hospitales en 2020 aumentaron los relacionados con duplicidad de medicamentos y errores en la vía de administración, y en AP los relacionados con preparación/manipulación/acondicionamiento.

Tabla 2.

Número de notificaciones en CISEMadrid por tipo de IS/EM por año y ámbito

    Atención hospitalariaChi-cuadrado (valor de p)  Atención PrimariaChi-cuadrado (valor de p) 
Variable  Categoría  2018  2019  2020    2018  2019  2020   
Tipo de IS  Gestión organizativa/citaciones  825  859  579  <0,001  135  151  93  <0,001 
  Cuidados y seguimiento del paciente  591  661  442    23  13  10   
  Identificación del paciente  579  438  393    158  159  62   
  Continuidad asistencial  337  311  161    185  220  41   
  Documentación clínica/información/consentimiento informado  316  336  153    113  92  21   
  Accidentes del paciente  340  371  167    18   
  Infraestructuras  181  231  115    153  158  68   
  Procedimientos terapéuticos  235  357  180    46  17   
  Actividades preventivas  129  161  158    15   
  Procedimientos quirúrgicos  198  126  75     
  Valoración clínica/diagnóstico  133  134  83    18   
  Infección relacionada con la atención sanitaria  80  100  110     
  Pruebas diagnósticas  1.052  1.098  632    302  223  121   
  Dispositivos médicos/equipamiento/mobiliario clínico  854  916  556    270  229  135   
Tipo de EM  Selección inapropiada del medicamento  581  568  342  <0,001  370  302  109  <0,001 
  Frecuencia de administración incorrecta  199  203  128    192  165  54   
  Error en la preparación/manipulación/acondicionamiento  159  182  119    101  78  56   
  Paciente equivocado  173  184  143    57  57  16   
  Duplicidad de medicamentos o utilización de fármacos innecesarios  63  106    177  227  50   
  Medicamento deteriorado: caducado, mal conservado o con defectos en la calidad  92  90  58    46  92  18   
  Forma farmacéutica errónea  57  67  42    107  83  11   
  Error de almacenamiento  113  138  105     
  Vía de administración incorrecta  77  71  96    16  20   
  Error en la dosis: omisión o incorrecta  928  960  605    524  519  152   
  Otros  697  626  461    484  414  95   

EM: error de medicación: IS: incidente de seguridad.

Consecuencias en el paciente.

En cuanto a las consecuencias (daño) del IS y EM para el paciente no hubo diferencias relevantes entre los años de prepandemia (2018 y 2019) y pandemia (2020), tanto con la clasificación realizada por el notificador como con la realizada por las UFGRS. De forma global los IS y EM sin daño fueron los más frecuentes.

Gestión de notificaciones por las UFGRS

No hay diferencias relevantes entre los años prepandemia y pandemia en el porcentaje de notificaciones analizadas (71, 69 y 64% en 2018, 2019 y 2020, respectivamente). No obstante, si se analizan los periodos de la primera y segunda ola pandémica se observan menos análisis realizados, que aumentan su porcentaje a finales del año 2020 (fig. 2).

Figura 2.

Número de notificaciones en CISEMadrid según fecha de análisis. Año 2020.

(0.13MB).
Discusión

La pandemia por COVID-19 ha supuesto y continúa creando una demanda sin precedentes en los sistemas de salud mundiales. Hasta la fecha, no se ha encontrado un estudio que de forma tan amplia haya evaluado el impacto de esta enfermedad, en los sistemas de notificación de incidentes, y en general en la seguridad del paciente6. Los sistemas de notificación son más que una herramienta para medir el daño; identifican las vulnerabilidades del sistema, promueven el aprendizaje e indican la voluntad de los profesionales para plantear mejoras.

La notificación en general en los centros del SERMAS cayó a un 60,7% de su volumen previo prepandemia incluso teniendo en cuenta el número de contactos. Pero, ¿refleja este dato una clara reducción en los riesgos sanitarios durante la pandemia? Evidentemente una suma de factores ha podido contribuir a lo contrario: interrupciones, falta de procedimientos, sobrecarga, enfermedad desconocida, alta rotación de profesionales, falta de supervisión, falta de formación, situación psicológica del profesional, etc. La reducción en la notificación podría explicarse por la sobrecarga, cambio en la percepción de la importancia de notificar y modificaciones en los servicios rutinarios debido a la pandemia que hiciesen disminuir el número de notificaciones, a pesar de que probablemente los problemas de seguridad del paciente aumentasen. De esta forma, el estudio realizado en una UCI tras la tercera ola de la pandemia encontró que el 91,20% de los profesionales no habían notificado ningún evento adverso en el último año4.

Sorprende el hallazgo de la reducción de notificaciones similar en los picos de las olas, en los que la sobrecarga asistencial fue mayor, y en los valles. Esto podría demostrar, que además de la sobrecarga, el cambio de rutinas y del foco de atención de los profesionales prolongara en el tiempo la «pérdida de iniciativa» a notificar, incluso cuando la carga asistencial disminuyó.

El descenso fue mayor en AP registrándose solo un tercio de las notificaciones previas, que, en hospitales, donde se registró un 71% de niveles previos. En el estudio de Gens-Barberá et al. centrado en AP observaron un descenso incluso ligeramente superior5 (más de un 75%). Podría deberse a un incremento de la actividad asistencial global sobre años previos (claramente superior en AP) o que, pasada la primera ola y esa excepcional sobrecarga, en la desescalada y en las siguientes olas, el rastreo y realización de pruebas diagnósticas de infección activa en AP supusiese una carga adicional que produjera la no recuperación de la normalidad previa.

En hospitales, los servicios que más disminuyeron sus notificaciones fueron pediatría, farmacia, unidad de cuidados intensivos y urgencias, probablemente porque tuvieron un mayor cambio en su actividad.

En cuanto a la gestión de las notificaciones, si bien hubo una reducción del análisis en los periodos «pico» de pandemia, posiblemente un mayor esfuerzo de las UFGRS fuera de estos periodos haya compensado la gestión realizada, manteniendo niveles de análisis similares a años previos. En cuanto a los distintos tipos, aunque hubo una reducción de sus porcentajes, mantuvieron una distribución similar a la de años previos. Esto sugiere una inercia en profesionales ya sensibilizados en los centros, que detectan riesgos parecidos y, por otro lado, son los más complejos de abordar por las organizaciones. En hospitales los errores debidos a la identificación del paciente y a la infección aumentaron al compararlos con años previos, quizá por una posible menor adhesión a prácticas seguras. Sorprende que no aumentaran tipos como valoración clínica, cuidados y procedimientos terapéuticos, aunque la disminución de este último podría deberse a que dejaron de realizarse los no urgentes durante los picos de las olas. En AP los IS relacionados con gestión organizativa y citaciones crecieron proporcionalmente, lo que coincide con el estudio de Gens-Barberá et al.5. Esto podría revelar los riesgos detectados en los cambios en la organización del equipo y la gestión del acceso que supuso la pandemia.

No se encontraron diferencias significativas en la categoría de daño más grave para el paciente. Esto podría relacionarse con la infranotificación, y con un marco de seguridad jurídica aún insuficiente para los profesionales que notifican eventos adversos con daño.

Se han encontrado algunas publicaciones que estudian o estiman el impacto de la pandemia en los sistemas de notificación. Singh et al.7, consideraron su efecto como un elemento catalizador y de impulso hacia la transparencia informativa de los eventos adversos ocurridos, con una implementación más ágil de las mejoras necesarias debido a la urgencia de la situación pandémica. En el estudio de Denning et al.6, encontraron una disminución importante de la notificación, al igual que en el presente estudio.

Dentro del Proyecto SEGCOVID8, se realizó una encuesta a los profesionales de primera línea, identificando en primer lugar como IS los problemas de utillaje y el segundo, las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria, lo que coincide con los resultados de este estudio.

Los sistemas de notificación parece que no han sido una herramienta ágil de control de los riesgos en situaciones de crisis8, constatado en nuestro estudio por la gestión generalizada de las notificaciones por las UFGRS al finalizar los periodos de las olas pandémicas.

Destaca en este estudio la amplísima muestra estudiada, más de 36.000 notificaciones y su carácter multicéntrico, 33 hospitales y 262 centros de salud, así como la cantidad de variables recogidas y analizadas, comparando períodos de distinta sobrecarga. Entre las limitaciones cabe destacar las propias de un estudio sobre datos secundarios, el posible infrarregistro o registro sesgado.

Las implicaciones para la práctica, radican en la necesidad de buscar alternativas en situaciones de crisis para mantener la identificación y aprendizaje de los IS notificados. Podrían desarrollarse iniciativas innovadoras que adaptaran la notificación de incidentes a las características de una pandemia. Deberían ser sistemas ágiles que no sobrecargaran más a los profesionales y que pudieran estar conectados con la historia clínica del paciente, para que a través de alarmas se pudiera compartir en tiempo real la información sobre los riesgos del paciente y su gestión. Además, en situaciones de crisis podría ser útil complementarlos con otras herramientas como los trigger-tools o el briefing y debriefing.

Más investigación sería necesaria para conocer el impacto de la pandemia en la cultura de seguridad y, quizá con métodos cualitativos, los factores que influyeron en la reducción mantenida de notificaciones en los valles entre olas (desescaladas) en los que asistencialmente había menos sobrecarga.

Existen algunos estudios que han investigado el impacto de la pandemia COVID-19 en los sistemas de notificación de incidentes, pero no de forma tan amplia como el presente. Comparando el periodo prepandémico y el pandémico se han identificado descensos significativos en la frecuencia de notificación, cayendo a un 60% de niveles previos de forma global, siendo este descenso más importante en AP, con algunos cambios en el tipo de incidente notificado. No se encontró diferencia en las consecuencias para el paciente ni en la gestión de las notificaciones por parte de las UFGRS. Estos hallazgos podrían indicar la pertinencia de una mayor integración de los sistemas de notificación en la historia clínica del paciente para mejorar la agilidad en su uso. Se necesitan más estudios para conocer si el grado de implantación de la cultura de seguridad de la organización ha podido influir en la infranotificación en un periodo de crisis como la pandemia por COVID-19.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

Appendix A
A. Definiciones según el glosario de términos de CISEMadrid:

Incidente de seguridad: Es aquel que bien por casualidad o bien por una intervención determinada a tiempo, no ha producido daños ni pérdidas al paciente, pero que en otras circunstancias podría haberlo producido (Norma UNE. Servicios Sanitarios. Gestión de Riesgos para la Seguridad del Paciente. 179003)10

Error de Medicación (1): Cualquier incidente prevenible que puede causar daño al paciente o dar lugar a una utilización inapropiada de los medicamentos, cuando estos están bajo el control de los profesionales sanitarios o del paciente o consumidor. Estos incidentes pueden estar relacionados con las prácticas de los profesionales, con los productos, con los procedimientos o con los sistemas, e incluyen los fallos en la prescripción, comunicación, etiquetado, envasado, denominación, preparación, dispensación, distribución, administración, educación, seguimiento y utilización de los medicamentos (según el National Coordinating Council for Medication Error Reporting Prevention)11.

Error de Medicación (2): Fallo por acción u omisión en el proceso de tratamiento con medicamentos que ocasionan o pueden ocasionar un daño en el paciente Los errores de medicación que ocasionan un daño en el paciente serán considerados, a efectos de su notificación como reacciones adversas, excepto aquellos derivados del fallo terapéutico por omisión de un tratamiento (definición según RD 1344/2007).12

Further reading
[10]
Asociación Española de Normalización. Norma UNE 179003. Servicios Sanitarios. Gestión de Riesgos para la Seguridad del Paciente. [consultado 3 Jul 2021] Disponible en: https://www.une.org/encuentra-tu-norma/busca-tu-norma/norma?c=N0051018; 2013
[11]
National Coordinating Council for Medication Error Reporting Prevention. NCCMERP Taxonomy of medication errors. [consultado 3 Jul 2021] Disponible en: https://www.nccmerp.org/about-medication-errors;1998
[12]
Real Decreto 577/2013, de 26 de julio, por el que se regula la farmacovigilancia de medicamentos de uso humano. BOE núm. 179, de 27 de julio de 2013. [consultado 3 Jul 2021] Disponible en: https://www.boe.es/eli/es/rd/2007/10/11/1344
Bibliografía
[1]
World Health Organization (WHO). (?2020)?. Patient safety incident reporting and learning systems: Technical report and guidance. World Health Organization. [consultado 3 Jul 2021] Disponible en: https://apps.who.int/iris/handle/10665/334323; 2020
[2]
Observatorio Regional de Seguridad del Paciente de la Comunidad de Madrid. Memoria de actuaciones. [consultado 3 Dic 2021] Disponible en: https://www.comunidad.madrid/publicacion/ref/50405;2020
[3]
J.S. Adelman, T.K. Gandhi.
COVID-19 and Patient Safety: Time to Tap Into Our Investment in High Reliability.
J Patient Saf, 17 (2021), pp. 331-333
[4]
A. Gil-Aucejo, S. Martínez-Martín, P. Flores-Sánchez, C. Moyano-Hernández, P. Sánchez-Morales, M. Andrés-Martínez.
y cols Valoración de la cultura de seguridad del paciente en la UCI de un hospital de segundo nivel al finalizar la tercera oleada de COVID-19.
Enferm Intensiva, (2021),
[5]
M. Gens-Barberà, N. Hernández-Vidal, C. Castro-Muniain, I. Hospital-Guardiola, E.M. Oya-Girona, F. Bejarano-Romero, en nombre del grupo de estudio de Calidad y Seguridad del Paciente de Tarragona (QiSP-TAR), et al.
Incidentes de seguridad del paciente notificados antes y después del inicio de la pandemia de COVID-19 en atención primaria en Tarragona.
Aten Primaria, 53 (2021), pp. 102217
[6]
M. Denning, E.T. Goh, A. Scott, G. Martin, S. Markar, K. Flott, et al.
What Has Been the Impact of Covid-19 on Safety Culture? A Case Study from a Large Metropolitan Healthcare Trust.
Int J Environ Res Public Health, 17 (2020), pp. 7034
[7]
H. Singh, D.F. Sittig, T.K. Gandhi.
Fighting a common enemy: A catalyst to close intractable safety gaps.
BMJ Qual Saf, 30 (2021), pp. 141-145
[8]
Seguridad del Paciente y del profesional durante la epidemia Sars-Cov-2 (COVID-19) en España. Proyecto Segcovid. Fundación FIDISP y SHAM. [consultado 5 Abr 2021] Disponible en: https://fidisp.org/segcovid-seguridad-paciente-covid-19/.2020
[9]
M. Macías.
Las unidades de calidad asistencial hospitalarias y la pandemia de la COVID-19 ¿Hay que reinventarse?.
J Healthc Qual Res, 36 (2021), pp. 52-53
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