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Vol. 32. Núm. 3.
Páginas 178-186 (Mayo - Junio 2017)
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Vol. 32. Núm. 3.
Páginas 178-186 (Mayo - Junio 2017)
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Seguridad del paciente en la administración de antibióticos: evaluación del riesgo
Patient safety in antibiotics administration: Risk assessment
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M. Maqueda Palau
Autor para correspondencia
momapalau@gmail.com

Autor para correspondencia.
, E. Pérez Juan
Unidad de Cuidados Intensivos, Hospital Universitario Son Espases, Palma de Mallorca, España
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Tabla 1. Fuentes de información consultadas
Tabla 2. Representación de las 8 categorías y su correspondiente pictograma
Tabla 3. Factores de riesgo relacionados con la administración y la preparación de antibióticos, osmolaridad y pH
Tabla 4. Compatibilidad e incompatibilidad de antibióticos administrados en «Y»
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Resumen
Objetivo

Analizar el nivel de riesgo en la preparación y administración de los antibióticos de uso frecuente en la Unidad de Cuidados Intensivos utilizando una matriz de riesgo.

Material y método

Se realizó un análisis de situación y una revisión bibliográfica en bases de datos, protocolos y guías de buenas prácticas sobre terapia intravenosa, medicamentos y vías de administración. Se llevó a cabo una selección de los antibióticos más utilizados en nuestra unidad registrados en el programa ENVIN-HELICS desde el 1 de abril al 30 de junio del 2015. Los pacientes que recibieron tratamiento antimicrobiano en este periodo fueron 257. Se evaluaron 26 antibióticos. Variables a estudio: evaluación del riesgo de cada antibiótico mediante la escala Risk Assessment Tools, de la National Patient Safety Agency, incluyendo pH, osmolaridad, tipo de catéter recomendado para su administración y compatibilidad e incompatibilidad con el resto de los antibióticos estudiados.

Resultados

El 65,3% de los antibióticos tuvieron más de 3 factores de riesgo representados con una franja amarilla, y el 34,7% entre 0 y 2 factores de riesgo (franja verde.) No hubo ningún antibiótico con 6 o más factores de riesgo (franja roja). La mayoría de los fármacos necesitaron reconstitución, dilución adicional y la utilización de parte del vial para administrar la dosis prescrita.

Conclusión

Más de la mitad de los antibióticos estudiados son de riesgo moderado, por lo que se deberían adoptar medidas para disminuirlo. La matriz de riesgo es una herramienta útil para la evaluación y detección de los puntos débiles asociados a la preparación y administración de antibióticos intravenosos.

Palabras clave:
Evaluación de riesgos
Seguridad del paciente
Antibiótico
Incompatibilidad de medicamentos
Abstract
Objective

To determine the level of risk in the preparation and administration of antibiotics frequently used in the Intensive Care Unit using a risk matrix.

Material and method

A study was conducted using situation analysis and literature review of databases, protocols and good practice guidelines on intravenous therapy, drugs, and their administration routes. The most used antibiotics in the ICU registered in the ENVIN-HELICS program from 1 April to 30 June 2015 were selected. In this period, 257 patients received antimicrobial treatment and 26 antibiotics were evaluated. Variables studied: A risk assessment of each antibiotic using the scale Risk Assessment Tool, of the National Patient Safety Agency, as well as pH, osmolarity, type of catheter recommended for administration, and compatibility and incompatibility with other antibiotics studied.

Results

Almost two-thirds (65.3%) of antibiotics had more than 3 risk factors (represented by a yellow stripe), with the remaining 34.7% of antibiotics having between 0 and 2 risk factors (represented by a green stripe). There were no antibiotics with 6 or more risk factors (represented by a red stripe). Most drugs needed reconstitution, additional dilution, and the use of part of the vial to administer the prescribed dose.

Conclusion

More than half of the antibiotics studied had a moderate risk level; thus measures should be adopted in order to reduce it. The risk matrix is a useful tool for the assessment and detection of weaknesses associated with the preparation and administration of intravenous antibiotics.

Keywords:
Risk assessment
Patient safety
Antibiotic
Drug incompatibility
Texto completo
Introducción

La Organización Mundial de la Salud revela que uno de cada 10 pacientes experimenta un evento adverso durante su estancia hospitalaria1. En la actualidad, la asistencia sanitaria se enfrenta al desafío de coordinar, difundir y mejorar la seguridad del paciente. En las estrategias de seguridad del paciente del Sistema Nacional de Salud para el periodo 2015-2020, adquiere una dimensión esencial la calidad asistencial, lo que implica desarrollar estrategias y habilidades para reducir el daño al paciente asociado a la asistencia sanitaria2.

Toda actividad realizada por un profesional sanitario está expuesta a riesgos, que pueden influir en los resultados esperados. Riesgo es la probabilidad de que una amenaza se convierta en un daño. Un error de medicación es un fallo no intencionado en el proceso de prescripción, dispensación o administración de un medicamento bajo el control del profesional sanitario o del ciudadano que consume el medicamento2. Un evento adverso es un incidente que produce daño al paciente2,3. Los eventos adversos más frecuentes están relacionados con la medicación –representan el 37,4%–, y el 25,3% corresponden a las infecciones nosocomiales2.

Los antibióticos son los fármacos mayormente prescritos en el ámbito hospitalario. Según el Estudio Nacional de Infección Nosocomial –ENVIN-UCI– del 20154, en nuestra Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) su prescripción ha ido en aumento. Este registro fue desarrollado en el seno del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas en el año 1994. Su objetivo es registrar las infecciones relacionadas con el uso de dispositivos utilizados durante la estancia de los pacientes en la UCI. La recogida de datos se realiza utilizando la aplicación informática ENVIN-HELICS4.

La Comisión de Farmacia de los centros hospitalarios tiene la función de evaluar, seleccionar, informar y promover el uso adecuado de los antibióticos5. Muchos de estos medicamentos necesitan ser reconstituidos para su correcta administración fuera del Servicio de Farmacia. El personal de enfermería es el responsable de su preparación y administración, según prescripción médica. Estos procesos están expuestos a riesgos asociados; por ello, se deben aplicar los principios de gestión de riesgos para la calidad asistencial.

Desde hace años, algunos de los objetivos de la práctica enfermera son la prevención de caídas y úlceras por presión; la evaluación del riesgo se realiza utilizando escalas. ¿Por qué no utilizar una escala o matriz para evaluar el riesgo que conlleva la administración de antibióticos? Se podría incluir como una buena práctica asociada a cuidados de enfermería.

El riesgo inherente es intrínseco a toda actividad6. Las iniciativas de gestión de riesgos conducen a la creación de una cultura de seguridad de los pacientes. Una matriz de riesgo es una herramienta para realizar el análisis de un proceso con el fin de identificar, medir y controlar los riesgos, para prevenir posibles errores6,7. Los errores en la preparación de los antibióticos pueden desencadenar fracaso del tratamiento y una mayor resistencia bacteriana8. Es importante hacer una evaluación de riesgos a nivel local para detectar y prevenir posibles errores asociados a la actividad diaria. El objetivo de este estudio fue analizar el nivel de riesgo en la preparación y administración de los antibióticos de uso frecuente en la UCI utilizando una matriz de riesgo.

Material y método

Estudio realizado en el Hospital Universitari Son Espases de Palma de Mallorca. La UCI dispone de 32 camas y está dividida en 4 unidades: cirugía cardiaca, coronarias, médico-quirúrgica y neurotrauma.

El periodo de recogida de datos para la selección de los antibióticos se realizó del 1 de abril al 30 de junio del 2015, mediante el registro ENVIN-HELICS. Se utilizó la aplicación informática de dicho programa, que consiste en una base de datos Structured Query Language ubicada en un servidor web, donde queda registrada y almacenada la información del consumo de antibióticos en UCI.

El número de pacientes ingresados en el periodo de estudio fue de 370, de los que 257 recibieron tratamiento antimicrobiano. Tras la revisión se seleccionaron y evaluaron 26 antibióticos: aciclovir, amikacina, amoxicilina, ampicilina, caspofungina, cefazolina, cefotaxima, ceftazidima, ceftriaxona, ciprofloxacino, cloxacilina, colistina, cotrimoxazol, daptomicina, ertapenem, fluconazol, gentamicina, levofloxacino, linezolid, meropenem, metronidazol, micafungina, piperacilina+tazobactam, teicoplanina, tobramicina y vancomicina.

Posteriormente se realizó una revisión bibliográfica de los fármacos seleccionados durante los meses de julio-septiembre del 2015 en bases de datos, protocolos y guías de buenas prácticas en terapia intravenosa, vías de administración, compatibilidad y eventos adversos de los antibióticos. En la tabla 1 se describen las fuentes de información consultadas.

Tabla 1.

Fuentes de información consultadas

Bases de datos consultadas  Acceso enlaces Web 
Agencia Europea de Medicamentos (EMEA)  http://www.ema.europa.eu/ema/ 
Stabilis 4.0  http://www.stabilis.org/ 
Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS)  https://www.aemps.gob.es/ 
Trissel's on line  http://www.wolterskluwercdi.com/drug-reference/apps/iv-compatibility/(requiere password) 
Micromedex  http://www.thomsonhc.com(requiere password) 
Martindale  http://www.imedicinas.com/ 
Guías de práctica clínica, protocolos consultados
Gray et al.6.
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad9
Grupo de trabajo de la Guía de Práctica Clínica sobre Terapia Intravenosa con Dispositivos no Permanentes en Adultos10
Puigvetós F. Guía de administración de fármacos vía parenteral para personal sanitario. Palma de Mallorca: Servicio de Farmacia del Hospital Son Dureta; 1995
Guía para el manejo antibiótico parenteral. 1.a ed. Palma de Mallorca: Hospital Son Llátzer; 2012
Carrero MC, García-Velasco S, Triguero N, Cita J, Castellano B. Actualización enfermera en accesos vasculares y terapia intravenosa. Madrid: Difusión Avances de Enfermería; 2008
Guillamón I, López MJ, Murillo MT. Guía de protocolos de terapia intravenosa. 1.a ed. Valencia: CECOVA; 2004.
Blázquez R, Fernández RE, Lázaro C, López T, López J, Roldán V, et al. Protocolo de canalización, mantenimiento y uso de la vía venosa central de acceso periférico. Albacete: Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, SESCAM; 2015.

Se realizó un análisis de situación de los antibióticos estudiados para detectar los puntos débiles del proceso. La evaluación del riesgo de cada fármaco se midió con la escala Risk Assessment Tools, de la National Patient Safety Agency7, cuyo principal objetivo era identificar y reducir riesgos en la preparación y administración de medicamentos intravenosos para mejorar la seguridad del paciente. En la figura 1 se adjunta un fragmento de la matriz de riesgo.

Figura 1.

Matriz de riesgo utilizada para la evaluación de la administración de antibióticos.

(0,22MB).

La escala de la National Patient Safety Agency evalúa 8 categorías del antibiótico y cada una se representa con un pictograma:

  • -

    Riesgo terapéutico: hay un riesgo significativo de daño al paciente si el medicamento inyectable no se utiliza según lo previsto. Está representado por un cráneo y tibias cruzadas.

  • -

    Uso de un concentrado: se requiere dilución adicional después de la reconstitución, antes de su uso; la inyección intravenosa lenta no es apropiada. Está representado por una botella de una solución concentrada.

  • -

    Cálculo complejo: cualquier cálculo con más de un paso requerido para la preparación y/o administración. Por ejemplo, microgramos/kilo/hora, conversión de unidades de dosis como concentraciones (%) de un fármaco en miligramos. Está representado por una calculadora.

  • -

    Método complejo: están implicadas más de 5 manipulaciones no táctiles u otras etapas que incluyen la transferencia de jeringa a jeringa, el uso de un filtro. Se representa con una cadena que muestra varios eslabones.

  • -

    Reconstitución: el fármaco está distribuido en forma de polvo dentro de un vial. Este polvo seco debe ser reconstituido con un diluyente. Se representa con un líquido que se inyecta en un vial.

  • -

    Utilización de una parte del vial o más de un vial: para conseguir la dosis prescrita se necesita una parte del vial o ampolla, o es necesario utilizar más de un vial. Por ejemplo, se requieren 5ml de un vial de 10ml, o se requieren 4 ampollas de 5ml para una dosis única. Se representa con 2 viales, el primero lleno y el segundo hasta la mitad.

  • -

    Uso de bombas de infusión: las bombas volumétricas o de jeringas requieren algún elemento de cálculo, por lo tanto, tienen un potencial riesgo de error. Está representado por una bomba de jeringa.

  • -

    Utilización de dispositivos no estándar: aquellos que necesitan medidas extraordinarias para su administración, como proteger de la luz, equipos de baja adsorción, utilización de filtros, etc. Se representa con una clavija cuadrada en un agujero redondo; indica producto de naturaleza no estándar.

En la tabla 2 se representan las 8 categorías con sus correspondientes pictogramas.

Tabla 2.

Representación de las 8 categorías y su correspondiente pictograma

 
Riesgo terapéutico 
 
Uso concentrado 
 
Cálculo complejo 
 
Método complejo 
 
Reconstitución 
 
Utilización de parte del vial 
 
Uso de bombas de infusión 
 
Utilización de dispositivos no estándar 

La suma de las categorías evaluadas indica el nivel de riesgo asociado a cada antibiótico. Para facilitar su lectura e interpretación se utilizó un sistema de semáforo, donde cada color equivalía a un nivel de riesgo:

  • -

    Rojo: el antibiótico tiene 6 o más factores de riesgo, equivale a un fármaco de alto riesgo. Se requieren estrategias de reducción de riesgos.

  • -

    Amarillo: de 3 a 5 factores, riesgo moderado. Se recomiendan estrategias de reducción de riesgos.

Verde: de 0 a 2 factores, menor riesgo. Se deben considerar estrategias de reducción de riesgos.

Otras variables a estudio fueron: pH, osmolaridad, tipo de catéter recomendado para su administración y compatibilidad e incompatibilidad de los fármacos estudiados. Se contactó con los laboratorios fabricantes de los fármacos estudiados de los que no se había podido conocer su osmolaridad y/o pH.

Resultados

El 69,4% de los pacientes ingresados en la UCI durante el periodo de recogida de datos recibieron tratamiento antimicrobiano. Se elaboró una tabla con la evaluación del riesgo de cada antibiótico, el pH y la osmolaridad. El 65,3% de los antibióticos tuvieron más de 3 factores de riesgo, representados con una franja amarilla, y el 34,7% entre 0 y 2 factores de riesgo, representados con una franja verde. No hubo ningún antibiótico con 6 o más factores de riesgo, es decir, con franja roja (tabla 3).

Tabla 3.

Factores de riesgo relacionados con la administración y la preparación de antibióticos, osmolaridad y pH

 
 
 
 
 
 
 
 
 
Nivel de riesgo  pH  Osmolaridad, mOsm/L 
Aciclovir 250mg            10,7-11,7  319 
Amikacina 100mg, 500mg            4,5  349 
Amoxicilina 1g/200mg, 500mg/50mg            8,0-10,0  323-343 
Ampicilina 500mg              8,0-10,0  620 
Caspofungina 50mg,70mg            5,0-7,0  No consta 
Cefazolina 1            4,0-6,0  270-330 
Cefotaxima 500mg,1g, 2          4,5-5,5  654 
Ceftazidima 250mg, 500mg, 1g, 2          4,0-6,0  270-330 
Ceftriaxona 500mg            6,0-8,0  345 
Ciprofloxacino 2mg/ml                3,5-4,6  260-290 
Cloxacilina 1            5,0-7,0  186 
Colistina 1MUI            6,5-8,5  No consta 
Cotrimoxazol 800mg+160mg          10,0  541 
Daptomicina 5mg, 10mg, 20mg          4,0-5,0  289-310 
Ertapenem 1            7,0-8,0  No consta 
Fluconazol 2mg/ml                4,0-7,0  275-315 
Gentamicina 40mg, 80mg, 240mg            3,5-5,5  280-290 
Levofloxacino 500mg              4,8  300 
Linezolid 600mg                  4,4-5,2  290 
Meropenem 1          7,3-8,3  320-360 
Metronidazol 5mg/ml                5,5-7,5  320 
Micafungina 50mg, 100mg        5,0-7,0  286 
Piperacilina-tazobactam 4          5,0-7,0  439 
Teicoplanina 200mg, 400mg            7,2-7,8  No consta 
Tobramicina 1mg/ml          3,0-6,5  287 
Vancomicina 500mg, 1        2,5-4,5  291 

Para la preparación de los 26 antibióticos evaluados, el 73% necesitaron ser reconstituidos, el 80%, dilución adicional, y el 77%, utilización de parte del vial para la administración de la dosis prescita. El 34,6% de los antibióticos administrados tuvieron riesgo de producir daño al paciente en caso de no ser utilizados según las recomendaciones de la ficha técnica.

En la tabla 4 se especifica la compatibilidad e incompatibilidad de antibióticos administrados en «Y», así como el tipo de catéter recomendado para su correcta administración. El 58% de los antibióticos estudiados deberían administrarse mediante un catéter venoso central.

Tabla 4.

Compatibilidad e incompatibilidad de antibióticos administrados en «Y»

  Compatibilidad en «Y»  Catéter recomendado  Incompatibilidad 
Aciclovir  Amikacina, ampicilina, cefotaxima, ceftazidima, ceftriaxona, cotrimoxazol, fluconazol, metronidazol, vancomicina  CVC  Caspofungina, gentamicina, levofloxacino, meropenem, piperacilina-tazobactam 
Amikacina  Aciclovir, clindamicina, ciprofloxacino, fluconazol, metronidazol, vancomicina  CVC-CVP  Ampicilina, amoxicilina-clavulánico, cefazolina, cefotaxima, ceftazidima, ceftriaxona, cefuroxima, cloxacilina, gentamicina, piperacilina-tazobactam, teicoplanina, tobramicina 
Amoxicilina  Metronidazol  CVC  Amikacina, ciprofloxacino, gentamicina, tobramicina, suero glucosado 
Ampicilina  Aciclovir, metronidazol, vancomicina  CVC  Amikacina, caspofungina, ciprofloxacino, fluconazol, gentamicina, tobramicina, vancomicina 
Caspofungina  No consta  CVP  Aciclovir, ampicilina, cefozolina, ceftriaxona, cotrimoxazol, ertapenem, piperacilina-tazobactam, suero glucosado 
Cefazolina  Aciclovir, ceftazidima, clindamicina, fluconazol, metronidazol, linezolid  CVC-CVP  Amikacina, caspofungina, gentamicina, vancomicina 
Cefotaxima  Aciclovir, clindamicina, metronidazol  CVC  Amikacina, fluconazol, gentamicina, tobramicina, vancomicina 
Ceftazidima  Aciclovir  CVC  Amikacina, fluconazol, gentamicina, tobramicina, vancomicina 
Ceftriaxona  Aciclovir, amikacina, clindamicina, daptomicina, metronidazol  CVP  Amikacina, caspofungina, fluconazol, gentamicina, linezolid, metronidazol, tobramicina, vancomicina 
Ciprofloxacino  Amikacina, fluconazol, gentamicina, linezolid, metronidazol, tobramicina  CVC  Amoxicilina, ampicilina, ceftazidima, clindamicina, cloxacilina, meropenem, metronidazol, piperacilina-tazobactam, teicoplanina 
Cloxacilina  Caspofungina, cefazolina, cefotaxima, ceftazidima, fluconazol, levofloxacino, meropenem  CVP  Amikacina, ciprofloxacino, cotrimoxazol, gentamicina, piperacilina-tazobactam, tobramicina, vancomicina 
Colistina  Amikacina  CVP  No consta 
Cotrimoxazol  Aciclovir, piperacilina-tazobactam  CVC  Caspofungina, cloxaciclina, fluconazol, linezolid 
Daptomicina  Ceftazidima, ceftriaxona, fluconazol, gentamicina, levofloxacino  CVC  Suero glucosado 
Ertapenem  No consta  CVP  Caspofungina, suero glucosado 
Fluconazol  Aciclovir, amikacina, ciprofloxacino, daptomicina, gentamicina, linezolid, meropenem, metronidazol, piperacilina-tazobactam, tobramicina, vancomicina  CVC  Ampicilina, cefotaxima, ceftazidima, ceftriaxona, cotrimoxazol 
Gentamicina  Clindamicina, ciprofloxacino, daptomicina, fluconazol, levofloxacino, linezolid  CVC  Aciclovir, amoxicilina, ampicilina, cefotaxima, ceftazidima, ceftriaxona, cefazolina, cloxacilina, piperacilina-tazobactam, teicoplanina 
Levofloxacino  Amikacin, daptomicina, linezolid, metronidazol, vancomicina  CVC  Aciclovir, micafungina 
Linezolid  Aciclovir, ceftazidima, ciprofloxacino, fluconazol, gentamicina, levofloxacino, meropenem, metronidazol, piperacilina, tobramicina, vancomicina  CVC  Ceftriaxona, cotrimoxazol 
Meropenem  Fluconazol, gentamicina, vancomicina  CVP  Aciclovir, ciprofloxacino 
Metronidazol  Aciclovir, ampicilina, cefazolina, cefepima, cefotaxima, ceftazidima, ceftriaxona, cefuroxima, ciprofloxacino, fluconazol, levofloxacino, linezolid, piperacilina  CVP  Ceftriaxona, ciprofloxacino, suero glucosado al 10% 
Micafungina  No consta  CVP  Levofloxacino 
Piperacilina-tazobactam  No consta  CVP  Aciclovir, amikacina, caspofungina, ciprofloxacino, gentamicina, tobramicina, vancomicina 
Teicoplanina  No consta  CVP  Amikacina, ceftazidima, ciprofloxacino, gentamicina, tobramicina 
Tobramicina  Aciclovir, ceftazidima, clindamicina, ciprofloxacino, fluconazol, linezolid, metronidazol  CVC  Amoxicilina-clavulánico, ceftriaxona, cloxaciclina, piperacilina-tazobactam, teicoplanina 
Vancomicina  Aciclovir, amikacina, ceftazidima, fluconazol, levofloxacino, linezolid, meropenem  CVC  Ampicilina, cefazolina, cefotaxima, ceftazidima, ceftriaxona, cefuroxima, cloxaciclina, piperacilina 

CVC: catéter venoso central; CVP: catéter venoso periférico.

Discusión

En el último año ha aumentado el consumo de antimicrobianos en nuestra UCI. Los antibióticos no están incluidos entre los fármacos de alto riesgo, la cotidianidad del proceso hace que se perciba como una actividad con escasa peligrosidad para el paciente. Por ello, decidimos utilizar la escala de la National Patient Safety Agency para analizar la situación en nuestro entorno7,9–12.

La utilización de medicamentos incluye la participación de diferentes profesionales sanitarios; los médicos prescriben, los farmacéuticos validan y dispensan la medicación, y los profesionales de enfermería preparan, administran y controlan los efectos de los fármacos. Los profesionales de enfermería debemos garantizar la seguridad en este último eslabón de la cadena terapéutica.

La preparación de medicamentos incluye todos aquellos procedimientos necesarios para adaptar los fármacos a las necesidades del paciente, como individualización de la dosis, reconstitución, dilución o identificación13. La matriz de riesgo utilizada en este estudio evaluó la mayoría de estos procedimientos.

Observamos que 9 de los antibióticos estudiados pueden presentar un riesgo significativo de daño al paciente si no se utilizan según lo previsto. Al ser fármacos de uso generalizado y no estar catalogados como medicamentos de alto riesgo, debemos ser conscientes de los posibles eventos que pueden generar. Es necesario capacitar en habilidades, tanto técnicas como no técnicas, a todos los integrantes que forman parte del proceso de manejo de la medicación2,9,14.

En la tabla 3 observamos que la mayoría de los antibióticos preparados necesitan reconstitución y dilución adicional. Nuestros resultados fueron similares a los de la matriz de riesgo realizada por Gray et al.6. La guía de buenas prácticas de preparación de medicamentos para una práctica segura en la reconstitución de fármacos recomienda realizar la medida exacta de los volúmenes de la solución de reconstitución y de la solución inyectable a dosificar, utilizando la jeringa con el volumen más próximo al necesario, para asegurar una mayor precisión en la medida9. En nuestra UCI, generalmente la administración de los antibióticos se realiza previa dilución. Alguna bibliografía recomienda su administración en bolo, por considerarse menos flebítica, puesto que al aumentar la velocidad de infusión de las soluciones irritantes se reduce el tiempo de contacto con el endotelio vascular y, por consiguiente, se disminuye el riesgo de flebitis15.

Algunos de los antibióticos evaluados, como cefotaxima, ceftriaxona, colistina, meropenem y piperacilina-tazobactam, precisan cálculo y ajuste de dosis en función del peso y de la función renal o hepática, lo que obliga a utilizar parte del vial para conseguir la dosis prescrita. No coincidimos con la bibliografía12, pues se describen como fármacos de bajo riesgo, obteniendo puntuaciones de 2; en nuestro estudio obtuvieron una puntuación de 3, considerándose de riesgo moderado. Una revisión sistemática notificó que los errores de cálculo en el proceso de preparación fueron del 28,5%16.

En un análisis de causa-raíz de un evento adverso en el que se administró una dosis muy superior de fármaco a la recomendada, se detectó falta de estandarización en la prescripción, ausencia de chequeo de la orden médica para comprobar la posología y desconocimiento de la posología por parte del personal de enfermería encargado de administrarlo8. Como estrategia para disminuir posibles eventos adversos, la bibliografía recomienda reforzar las normas de prescripción, tener un documento con las posologías de los fármacos utilizados en la unidad, establecer un procedimiento que exija la comprobación de la dosis antes de la administración y usar técnicas de doble chequeo8,9.

La probabilidad de que suceda un evento adverso es proporcional al número de manipulaciones del fármaco7,9–12. La mayoría de los antibióticos intravenosos de que disponemos no están listos para su administración; no hemos encontrado ningún antibiótico que precisara más de 5 manipulaciones. Según Martín de Rosales et al.13, la manipulación durante la preparación es una de las fuentes de contaminación del producto, deberían utilizarse matrices de riesgo para preparados estériles en los centros sanitarios.

Dada la gran variabilidad en la estabilidad de los fármacos una vez reconstituidos, Giron Camerini et al.17 recomiendan que las preparaciones se realicen inmediatamente antes de la administración para minimizar la posibilidad de errores y la posible reducción del efecto terapéutico. Otero18 recomienda racionalizar la oferta de productos y estandarizar la dosificación. En la actualidad, los laboratorios realizan diferentes presentaciones para facilitar el proceso, sin embargo, no siempre están disponibles en las salas de preparación de medicamentos de enfermería. La mayoría de los antibióticos son preparaciones extemporáneas, deben prepararse de forma individualizada, adaptándose a la enfermedad del paciente9.

En nuestra práctica diaria no utilizamos habitualmente bombas de jeringa para administrar los antibióticos evaluados. En cambio, en la matriz de riesgo de Gray, fluconazol y micafungina son fármacos que se administran con dichos dispositivos, confiriéndoles un riesgo más elevado. La micafungina es considerada de alto riesgo, mientras que en nuestro estudio obtuvo un riesgo moderado6.

La bibliografía demuestra que las perfusiones con una osmolaridad o pH muy divergentes a los sanguíneos causan daño en el endotelio vascular. Se recomienda que para reducir complicaciones vasculares, las infusiones con pH fuera del rango entre 5-9 o con una osmolaridad>600mmOsm/L y medicación irritante o vesicante se administren por venas de gran caudal10,15,19. Los fármacos estudiados, mayoritariamente tuvieron osmolaridades inferiores a 450mOsm/L.

El pH del fármaco puede variar según la presentación farmacéutica y el laboratorio fabricante. Los pH de amoxicilina, cefotaxima y ceftazidima disponibles en nuestra unidad tuvieron unos valores diferentes a los encontrados en la bibliografía, lo que puede condicionar su administración por catéter venoso periférico o central. Los antibióticos con pH bajo aumentan la incidencia de flebitis química20. Existen fármacos que a pesar de ser isotónicos y con pH neutro son capaces de producir un efecto tóxico en las células endoteliales, como el meropenem. Gorski et al.21 exponen que el pH por sí solo no es una indicación para la colocación de un catéter venoso central, deben existir más factores, como la osmolaridad, el ritmo de administración y el flujo de sangre.

La administración de fármacos supone un reto para la enfermera de cuidados intensivos. Los medicamentos inyectables son los fármacos implicados con más frecuencia en los errores de medicación13. La pluripatología del paciente crítico hace que el tratamiento farmacológico sea muy amplio y se deban administrar simultáneamente antibióticos bajo prescripción horaria similar. Por ello, hay que tener en cuenta posibles riesgos asociados a la administración, como la incompatibilidad entre fármacos. Al revisar la compatibilidad de los antibióticos administrados en «Y» utilizados en nuestra UCI, se encontraron discrepancias en la bibliografía consultada con respecto a la compatibilidad de gentamicina y aciclovir, amikacina y cefazolina, y amikacina y cloxacilina, apareciendo como compatibles e incompatibles en diferentes bases de datos22.

En las estrategias de seguridad del paciente para el uso seguro del medicamento, recomiendan hacer el análisis y la gestión de los errores de medicación detectados por los profesionales sanitarios en el curso de su actividad para facilitar el intercambio de experiencias y la trasferencia de lo aprendido con el fin de que tales errores no vuelvan a ocurrir1. Es importante instaurar estrategias de buenas prácticas y crear una cultura de seguridad. La formación del personal es uno de los pilares fundamentales de la calidad en la preparación y administración de fármacos23. El personal de enfermería tiene un papel proactivo en la correcta gestión antibiótica.

Limitaciones del estudio: uno de los errores de preparación más recurrentes en la bibliografía es la ausencia de desinfección de los viales9,13,14; en próximos estudios sería interesante aplicar una matriz de riesgo para preparaciones estériles en las salas de preparación de medicación de las UCI.

Como conclusiones, creemos que la matriz de riesgo es una herramienta útil para analizar y detectar los puntos débiles asociados a la preparación y administración de antibióticos intravenosos. Más de la mitad de los antibióticos utilizados en la práctica son de riesgo moderado, por lo que se deberían adoptarse medidas para disminuirlo. La puntuación de riesgo de los antibióticos puede variar dependiendo de la prescripción, la presentación, la preparación y la administración. Actuar de forma segura debe convertirse en un hábito para todo el equipo multidisciplinar implicado en la cadena terapéutica.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

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