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Vol. 34. Núm. 5.
Páginas 53-55 (Septiembre - Octubre 2017)
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COMBATIR LA INFECCIÓN
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Vuelven las paperas: lo que las enfermeras necesitan saber
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Paula Barbel, Kathleen Peterson, Elizabeth Heavey
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LA HARVARD UNIVERSITY, la State University of New York, la Boston University, la Indiana University, la Sacred Heart University, la University de San Diego… una extensa lista de campus universitarios en los que, durante 2015 y 2016, los profesionales de la salud han tenido que atender y contener varios brotes de paperas. Las paperas son consideradas por los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) una enfermedad de declaración obligatoria. En 2016, los CDC informaron de la mayor incidencia de casos de paperas de la última década. Así, en noviembre de 2016, 45 Estados habían comunicado casos de paperas y 6 de ellos con más de 100 casos identificados, principalmente en institutos y universidades, con un total de 2879 pacientes infectados1. Esta cifra es más del doble de casos de paperas comunicados en 2015. Muchos de los estudiantes afectados habían recibido la vacuna de forma adecuada. Este artículo presenta una revisión sobre las paperas y acerca de aquellos aspectos que la enfermera necesita saber para proteger a los pacientes de esta infección resurgente.

Las paperas se transmiten a través de las gotas respiratorias, los fómites o la saliva y se replica principalmente en la mucosa del tracto respiratorio superior

Epidemiología

Las paperas son una infección vírica aguda causada por el paramixovirus, un miembro de la familia Paramyxoviridae1,2.

Las personas nacidas antes de 1967 probablemente recuerdan los tiempos en los que las paperas eran una enfermedad vírica común en la infancia; de hecho, anualmente se notificaban 186 000 casos1. Cuando en 1967 se aprobó la vacuna de virus atenuados contra las paperas, se empezó a administrar a niños entre 12 y 15 meses3. Se estableció que su eficacia para prevenir la infección en dosis única era de entre un 78% y un 91%, y el número de casos de paperas en Estados Unidos se redujo de forma significativa. Sin embargo, continuaban produciéndose brotes entre los niños en edad escolar. Por ello, en 1989 la Comisión Asesora de Vacunación (CAV) recomendó añadir una segunda dosis para los niños de sexto de primaria y los adolescentes.

La aprobación de la legislación sobre vacunación obligatoria y la recomendación en 2006 de una segunda dosis de vacuna para ser administrada a niños entre 4 y 6 años aún fortaleció más la administración de la vacuna trivalente sarampión-paperas-rubéola (SPR)4. Se recomienda también una segunda dosis para todos los adolescentes. Todo ello contribuyó a reducir un 99% de casos de paperas en Estados Unidos1.

Contagio

Las paperas se transmiten a través de las gotas respiratorias, los fómites o la saliva y se replica principalmente en la mucosa del tracto respiratorio superior3,5. El periodo de incubación es de aproximadamente 12 a 25 días desde la exposición hasta la aparición de los síntomas, después de lo que suele aparecer la presentación clásica de las paperas, una parotiditis aguda2. El virus es más contagioso unos días antes y después del inicio de la parotiditis1.

Para prevenir la diseminación de las paperas, los CDC recomiendan un periodo de aislamiento de 5 días después del inicio de la parotiditis, en aquellas personas con paperas tanto en el ámbito comunitario como en centros hospitalarios o instituciones, con la aplicación de las precauciones estándar y las medidas de aislamiento por gotas6.

Manifestaciones clínicas

La parotiditis aguda, o la inflamación dolorosa de una o ambas glándulas parótidas, caracteriza las paperas1,5,7.

La Organización Mundial de la Salud define como caso típico de paperas la presencia de “un inicio agudo de la inflamación dolorosa, uni o bilateral, de las glándulas parótidas u otras glándulas salivales, que se autolimita, dura dos o más días y no se identifica otra causa aparente”8.

Los signos y síntomas inespecíficos que pueden preceder a la parotiditis incluyen fiebre de bajo grado, cefalea, anorexia, mialgia y malestar general9. Sin embargo, algunos pacientes con paperas pueden estar asintomáticos, o solo presentar manifestaciones inespecíficas o predominantemente del tracto respiratorio superior5.

Complicaciones de las paperas3

  • Meningitis aséptica

  • Encefalitis

  • Orquitis

  • Ooforitis

  • Sordera

  • Artritis

  • Pancreatitis

  • Miocarditis

  • Tiroiditis

  • Nefritis intersticial

El periodo de incubación es de aproximadamente 12 a 25 días desde la exposición hasta la aparición de los síntomas. El virus es más contagioso unos días antes y después del inicio de la parotiditis.

La infección suele durar entre 1 y 2 semanas, pero si la sintomatología no mejora o empeora, el paciente debe contactar con el equipo de salud10.

Complicaciones

Aunque algunos padres pueden relacionar las paperas con un proceso benigno de la infancia, pueden producirse complicaciones graves (véase el cuadro Complicaciones de las paperas). Aunque son poco frecuentes, las complicaciones son más habituales en adultos que en niños.

Diagnóstico

Durante un brote de paperas, el diagnóstico debería confirmarse con pruebas de laboratorio, como un positivo en inmunoglobulina IgM con la presencia de anticuerpos, un incremento significativo en la titulación de IgG entre la fase aguda y la convalecencia, y un cultivo positivo por virus o detección positiva de virus por reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa1,11.

Los CDC recomiendan obtener una muestra de líquido del conducto de la glándula como la mejor opción para el cultivo de virus, en los 3 a 8 días del inicio de la parotiditis1.

Los profesionales asistenciales deben ser prudentes en la interpretación de los resultados, pues pueden darse casos de falsos positivos o falsos negativos debido a otras causas de parotiditis o bien por las vacunas recibidas por el paciente1.

Tratamiento

Puesto que las paperas son de origen vírico, el tratamiento se limita a medidas de soporte, incluyendo reposo en cama, analgésicos y antipiréticos de libre dispensación, aumento de la ingesta de líquidos, aplicación de fomentos fríos o calientes en la zona e ingesta de una dieta blanda10.

Prevención

La vacunación es la forma más eficaz de prevenir las paperas1. Los efectos secundarios son generalmente menores y suelen autolimitarse. Los efectos adversos más frecuentes son el dolor y la induración local en la zona de vacunación, la fiebre de bajo grado y/o una ligera erupción12. La vacuna triple vírica SPR es una vacuna de virus vivos. Está contraindicada en casos de inmunodepresión grave y en pacientes con antecedentes de reacciones adversas graves a la vacuna o alguno de sus componentes, incluida la neomicina12,13. La vacuna SPR no debería administrarse a embarazadas, y el embarazo debe evitarse durante los 30 días posteriores a la vacunación.

Las recomendaciones vacunales actuales incluyen la administración de dos dosis de SPR a todos los niños que cumplen criterios. Los niños de edades comprendidas entre 1 y 12 años pueden ser vacunados con una combinación denominada SPRV, que contiene tanto la SPR como la vacuna de la varicela1,14. Las paperas pueden producirse a pesar de la vacunación, pero las altas tasas de vacunación contribuyen a reducir el número de casos, la duración y la diseminación de la infección1.

Algunos adultos, generalmente mayores de 18 años, también deberían recibir la vacuna triple vírica. Según la Fundación Nacional de Enfermedades Infecciosas, los adultos nacidos a partir de 1957, incluyendo a mujeres no embarazadas en edad gestacional que no tengan contraindicación médica, deberían recibir al menos una dosis de vacuna triple vírica a menos que se demuestre que ya han desarrollado inmunidad o ya hayan recibido una dosis de vacuna SPR15.

Así mismo, los profesionales de la salud, los estudiantes y los viajeros internacionales deberían recibir dos dosis de vacuna triple vírica a menos que se evidencie mediante pruebas serológicas que ya existe inmunidad15.

¿Por qué se producen los brotes?

Aunque las paperas han dejado de ser una enfermedad común en Estados Unidos, aún se producen brotes de forma periódica, especialmente en invierno y primavera. De modo similar a otras enfermedades infecciosas, los brotes de paperas generalmente se producen en zonas altamente pobladas y pueden asociarse a la exposición a cepas de virus de paperas contraídas en el extranjero16. Además, puesto que ninguna vacuna es efectiva al 100%, incluso con tasas de cobertura elevadas, algunas personas adecuadamente vacunadas pueden infectarse.

La recomendación actual de dos series de vacunas tiene una efectividad en la prevención de la infección de entre un 80% y un 92%, durante los brotes que se producen en Estados Unidos17. En un brote identificado, la detección de las personas no vacunadas y la vacunación de aquellos que no están al día de sus vacunas es esencial.

Según la CAV, la administración de una tercera dosis de vacuna SPR puede estar indicada en situaciones específicas de brote, incluyendo si se produce en ámbitos de intensa exposición que probablemente facilitan el contagio o en circunstancias en las que la tasa de ataque es elevada y el contagio activo (esto es, más de 5 casos de paperas por 1000 habitantes)16.

Comprender la tasa de incidencia de infecciones

Las enfermeras deberían saber cómo comparar las tasas de ataque entre pacientes vacunados y personas que no han recibido la vacuna, para comprender mejor los efectos protectores de las vacunas.

Por ejemplo, en un brote de 45 casos de paperas, 24 pacientes habían sido vacunados y los 21 restantes no. En este ejemplo, el número absoluto de casos de personas vacunadas es más elevado que el de individuos no vacunados, lo cual puede resultar confuso. La investigación determinó que 800 personas vacunadas fueron expuestas a las paperas. Otras 70 personas no vacunadas también fueron expuestas. Por lo que la tasa de ataque en el grupo de personas vacunadas es de 24/800 o un 3%, mientras que la tasa de ataque en el grupo de individuos no vacunados es de 21/70 o un 30%. Las personas no vacunadas tenían 10 veces más probabilidades de sufrir la infección por el virus de las paperas, lo que ilustra la importancia de la vacunación en los esfuerzos por contener la infección1.

Las paperas pueden producirse a pesar de la vacunación, pero las altas tasas de vacunación contribuyen a reducir el número de casos, la duración y la diseminación de la infección

Consideraciones enfermeras

Eduque a los pacientes y las familias acerca de la importancia de la vacunación y las medidas de control de la infección, tales como higiene respiratoria, la actuación ante la tos, y los signos y síntomas de posibles complicaciones, incluyendo los casos en los que deben contactar con el profesional sanitario10.

Las enfermeras deben comprender y seguir las normativas locales y estatales en relación con la declaración de casos de paperas y otras enfermedades de declaración obligatoria1.

Las enfermeras de Estados Unidos deberían contactar con el departamento de salud de su estado para las cuestiones relativas a la declaración. Encontrará una excelente referencia con información sobre la notificación de casos de paperas al CDC en el capítulo 9 del Manual de Vigilancia de enfermedades prevenibles con vacunas (6.ª edición, 2013). ■

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En el Campus de Brockport (N.Y.) de la State University of New York, Paula Barbel es profesora asociada de enfermería, Kathleen Peterson es profesora de enfermería y Elizabeth Heavey es profesora asociada, así como miembro del comité editorial de Nursing2017.

Las autoras declaran no tener ningún conflicto de interés económicos relacionado con este artículo.

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