A LA SEÑORA D., DE 75 AÑOS, se le practicó una artroplastia de la cadera izquierda por una artritis grave que deterioraba su calidad de vida. La cirugía, recuperación y rehabilitación se desarrollaron sin incidentes. Le dieron el alta y acudió a una visita de seguimiento postoperatoria de rutina con su cirujano, de la que tampoco se puede extraer nada significativo.
Un mes después de la operación, la paciente notó eritema, calor y exudado purulento en la incisión quirúrgica.
Acudió al servicio de urgencias, donde le diagnosticaron una infección de la zona quirúrgica. Informaron de ello al cirujano ortopédico, recogieron muestras para un cultivo de la herida y la paciente empezó a tomar antibióticos orales.
Por temor a que la siembra hematógena de la infección de la zona quirúrgica pudiera causar una infección de la prótesis, el cirujano volvió a llevar a la paciente al quirófano, extrajo la artroplastia de cadera e insertó un espaciador articular temporal (dispositivo que se coloca en la articulación para mantener un espacio y una alineación normales) impregnado de agentes antimicrobianos.
La señora D. se recuperó satisfactoriamente.
En los cultivos de la herida se desarrolló Pasteurella multocida, una bacteria que suele encontrarse en la boca de gatos y perros, lo que indicó que la señora D. había contraído infección por P. multocida. Posteriormente, confirmó que tenía gatos en casa y que tenía contacto físico con ellos.
Infección por Pasteurella en humanosLas infecciones de prótesis articulares por mordeduras de animales son una complicación muy poco frecuente, y no se han documentado muchos casos1. La incidencia de infecciones por P. multocida en humanos es de 0,6 a 1,8 por 100.0002. El 50% de casos de infección por Pasteurella en Estados Unidos se deben a mordeduras o arañazos infectados de animales, normalmente gatos y perros3. Un informe de caso hablaba de la transmisión de P. multocida porque un paciente que se estaba recuperando de una artroplastia de cadera dejaba que su perro durmiera en su misma cama4.
Pasteurella está presente en todo el mundo. Las personas que están en contacto directo con animales, como veterinarios, granjeros, ganaderos y dueños de mascotas, tienen un mayor riesgo de infección y colonización3. El género Pasteurella está compuesto por bacterias gramnegativas que suelen presentarse como flora normal en la cavidad bucal y en el tracto gastrointestinal de diferentes animales domésticos y salvajes. No suele estar presente en humanos5.
Transmisión de PasteurellaProbablemente, la variedad de Pasteurella más infecciosa para humanos es P. multocida, que suele aparecer en un absceso localizado cutáneo o subcutáneo tras una mordedura o un arañazo de perro o gato5. Este patógeno también puede transmitirse por lamidas o besos de animales6. La infección puede producirse cuando un gato o un perro lame piel no intacta1.
Si se inhalan secreciones infectadas de animales, Pasteurella puede causar infecciones del tracto respiratorio en adultos inmunodeprimidos y mayores, lo que da lugar a neumonía, traqueobronquitis, absceso pulmonar, empiema, sinusitis y faringitis. Además, se han notificado casos de bacteriemia en pacientes con disfunción renal, artritis séptica en articulaciones dañadas y meningitis en jóvenes y en mayores2. La bacteriemia tiene una mortalidad de hasta el 37%2. Las heridas infectadas también pueden dar lugar a abscesos, tendosinovitis, artritis séptica y osteomielitis, con posible endocarditis o meningitis3,7.
La transmisión horizontal (de persona a persona) se produce por contacto directo con individuos colonizados7. La transmisión vertical (de madre a hijo) puede producirse a través de infección transplacentaria, endometritis y colonización del tracto genital8. La septicemia durante el embarazo ha dado lugar a aborto séptico o sepsis neonatal. La mayor parte de los casos se asocian con arañazos de animales o contacto fortuito con animales2.
Signos y síntomasNormalmente, la infección después de un mordisco o arañazo de perro o de gato aparece como celulitis, desarrollando rápidamente, a las 24 horas, inflamación, un exudado purulento y linfadenopatía5. También puede aparecer fiebre. Preguntar al paciente si ha tenido contacto con animales recientemente puede ayudar a dirigir un tratamiento empírico antimicrobiano.
El cultivo del exudado y de la sangre ayudará a aislar el organismo y a determinar el diagnóstico. Los análisis adicionales pueden incluir un recuento leucocitario, tasa de sedimentación de eritrocitos y proteína C reactiva.
Opciones de tratamientoLos organismos de Pasteurella son sensibles a numerosos antibióticos, incluidas penicilinas, tetraciclinas, cefalosporinas y fluoroquinolonas7. El tratamiento i.v. se utiliza para infección grave o empeorada o si el paciente no tolera los medicamentos orales. El tratamiento antibiótico empírico de amplio espectro está indicado para alcanzar otros microorganismos implicados en el mordisco o el arañazo de un animal. Otros tratamientos para una infección de artroplastia articular en la zona quirúrgica pueden incluir la extracción del equipo y retrasar la implantación, lo que se traduce en un tiempo de recuperación más largo8.
En la atención de pacientes con infección por Pasteurella se toman las precauciones estándar. Pasteurella es sensible a los desinfectantes aprobados para hospitales; contacte con el fabricante para asegurarse de que el producto es eficaz contra Pasteurella. Actualmente no existen vacunas que protejan de la infección. Entre las estrategias de prevención se encuentran evitar mordiscos y arañazos de animales. Los pacientes en recuperación de una operación quirúrgica deben evitar que sus mascotas tengan contacto con las heridas quirúrgicas. Instrúyanles para que se laven las manos siempre después de tocar animales y antes de tocar la incisión quirúrgica9. Informe a los pacientes mayores e inmunodeprimidos del potencial de infección existente en la exposición a mascotas y otros animales. Comunique a los pacientes los signos y síntomas de infección y aconséjeles que llamen a su médico inmediatamente si presentan alguno de ellos. ■
El autor ha declarado no tener ningún conflicto de intereses económicos relacioados con este artículo.