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Vol. 35. Núm. 4.
Páginas 30-37 (Julio - Agosto 2018)
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Shirley A. Jackson1
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DURANTE CASI 25 AÑOS, los equipos de respuesta rápida (ERR) han valorado y tratado a pacientes que sufren deterioro clínico agudo1. Las enfermeras desempeñan un papel determinante en la función del equipo. Este artículo repasa los componentes del equipo, las responsabilidades y los desafíos comunes de los ERR.

Deterioro clínico agudo

El Sr. P., de 64 años, ingresó en la unidad médico-quirúrgica del servicio de urgencias con un agravamiento de la disnea y tos productiva durante los 2 días anteriores. Le diagnosticaron cáncer de pulmón no microcítico de células escamosas, pero no era candidato a tratamiento quirúrgico. En cambio, se había previsto realizarle radioterapia paliativa. Entre los antecedentes del Sr. P. se contaban fibrilación auricular (FA), insuficiencia cardíaca, diabetes de tipo 2, hipertensión y dislipidemia. Tenía las siguientes constantes vitales: temperatura de 36,5°C; frecuencia cardíaca (FC) de 98 lpm (FA); frecuencia respiratoria de 16 respiraciones/minuto; tensión arterial (TA) de 136/89mmHg, y saturación de oxígeno (por pulsioximetría; SpO2) del 98% en una cánula nasal de 2 l. La radiografía de tórax que se realizó en el servicio de urgencias mostró un infiltrado pulmonar izquierdo compatible con neumonía. El número de leucocitos era elevado, pero los electrólitos séricos estaban dentro de los límites normales. La gasometría arterial (GA) a temperatura ambiente en el servicio de urgencias reveló lo siguiente: pH de 7,46 (valores normales: de 7,35 a 7,45); PaCO2 de 45mmHg (valores normales: de 35 a 45mmHg); PaO2 de 77mmHg (valores normales: de 80 a 100mmHg); HCO3- de 32 mEq/l (valores normales: de 22 a 26 mEq/l).

Tres horas después de llegar a la unidad médico-quirúrgica, se encontró al Sr. P. sentado en una postura en forma de trípode y con dificultad para respirar. Los valores de la SpO2 habían disminuido hasta el 86% en una cánula nasal de 2 l. La enfermera principal se puso en contacto con el médico y al Sr. P. se le colocó una mascarilla con reservorio al 100% (NRM, non-rebreather mask), pero la SpO2 se mantuvo al 86%. Continuaba disneico, trató de retirársele la NRM, pero la FA era rápida (140 lpm).

El ERR se puso en marcha. La enfermera de la UCI y el fisioterapeuta respiratorio llegaron y se encontraron que la actividad mental del Sr. P. iba en descenso. Sus constantes vitales eran: FC de 110 lpm (FA); frecuencia respiratoria, de 28 respiraciones/minuto; TA de 120/64mmHg, y SpO2 del 92% con una NRM al 100%. El ERR solicitó información sobre la situación del Sr. P., en aquel momento, a la enfermera principal.

El fisioterapeuta respiratorio auscultaba crepitantes gruesos y sibilancias respiratorias en todo el pulmón derecho, aunque los ruidos respiratorios disminuían en el pulmón izquierdo. La enfermera de la UCI llamó al especialista en medicina hospitalaria que se encargaba de este episodio. Los valores de la gasometría arterial con la NRM al 100% eran: pH de 7,21; PaCO2 de 108mmHg; PaO2 de 205mmHg; HCO3- de 35 mEq/l. El especialista en medicina hospitalaria consultó al intensivista y el ERR coordinó un traslado rápido a la UCI para proceder a intubación endotraqueal y cuidados intensivos adicionales. Tres días después, se extubó al Sr. P. y se le trasladó de nuevo a la unidad médico-quirúrgica.

Mejorar los resultados del paciente

El caso del Sr. P. es un ejemplo de las numerosas valoraciones e intervenciones realizadas por los ERR en todo el país cada día. Las enfermeras desempeñan funciones fundamentales en estos equipos en centros de cuidados intensivos de todo el mundo1.

Los ERR están diseñados para realizar una valoración e intervención rápidas a cualquier paciente que no esté en la UCI y que sufra un deterioro clínico agudo. El objetivo de la intervención temprana durante el deterioro clínico es mejorar los resultados del paciente. Se ha demostrado que los sistemas de respuesta rápida reducen los paros cardiopulmonares fuera de la UCI y la mortalidad hospitalaria2,3. La repercusión de los ERR en los resultados de los pacientes está evolucionando. Se necesitan más datos sobre los resultados a largo plazo de los pacientes tratados por un ERR, incluidos los resultados funcionales y la calidad de vida4.

El ERR funciona dentro del sistema de respuesta rápida, que tiene dos funciones principales: reconocer las necesidades urgentes y no satisfechas del paciente y activar el ERR (brazo aferente), e iniciar una respuesta del ERR de valoración, intervención y recepción, acogida y clasificación del paciente (brazo eferente)5.

Los equipos de respuesta rápida reducen tanto los paros cardiopulmonares fuera de la UCI como la mortalidad hospitalaria.

Activación del ERR: brazo aferente

Se ha prestado mucha atención al brazo aferente del sistema de respuesta rápida. La atención óptima del paciente se basa en la identificación oportuna del deterioro clínico y la activación inmediata del equipo. A pesar de las actitudes positivas hacia los ERR, los retrasos en la activación, conocidos como fallo del miembro aferente, continúan siendo un problema. Estas demoras pueden aumentar la mortalidad y la morbilidad6,7. La frecuencia del retraso varía del 21% al 56% de todas las llamadas7,8.

Los motivos de estos retrasos se dividen en tres áreas principales: falta de supervisión, falta de reconocimiento y retraso en la intensificación9. La identificación y activación a menudo se basan en mecanismos desencadenantes clínicos únicos establecidos o ponderados múltiples mediados por sistemas de alerta temprana (SAT). Muchos de los mecanismos desencadenantes utilizados son fisiológicos, como la FC, la TA y la frecuencia respiratoria. Otros pueden ser información diagnóstica, como los valores analíticos. La función de los SAT consiste en identificar las desviaciones clínicas de las normales, que luego se ponderan y se dan como una puntuación de riesgo total. Estas puntuaciones pueden ser utilizadas por el médico para tratar de identificar a los pacientes que corren el riesgo de deterioro clínico agudo. Las puntuaciones de SAT pueden predecir el paro cardíaco y la mortalidad en 48 horas; sin embargo, las repercusiones de los SAT en los resultados de salud y la utilización de los recursos están menos claras10 (v. Seguimiento del deterioro clínico).

Las alteraciones de los parámetros fisiológicos no suelen ser la única indicación de que un paciente se está deteriorando. Algunos centros han incorporado criterios de “preocupación” basados en la intuición de la enfermera, en sus criterios de activación del SAT o ERR. Entre las causas de preocupación pueden citarse indicadores como dolor, agitación, la falta de evolución del paciente y la indicación, por parte del paciente, de que no se encuentra bien11. Las enfermeras pueden incorporar este sentimiento subjetivo en su valoración y decisión para activar un ERR. Debido a la naturaleza intuitiva de esta valoración, es difícil cuantificarla. Se están desarrollando y evaluando nuevas puntuaciones del indicador de preocupación, como la puntuación del indicador holandés de preocupación temprana por parte de enfermería12. Si demuestran ser fiables y válidas, podrían incorporarse a los SAT13.

Con la adopción de los métodos de diagnóstico inmediato y el seguimiento continuo, la documentación de las constantes vitales ha mejorado, pero la obtención de ayuda continúa siendo insuficiente14. Varios factores pueden provocar la falta de intensificación del ERR frente al deterioro clínico de un paciente. La falta de información, la escasez de recursos, la cultura jerárquica informal, el temor a las críticas de que el paciente no estaba lo suficientemente enfermo y el llamar al médico encargado antes de activar el ERR son factores causantes de retrasos en la intensificación y barreras a la activación15–17.

El caso práctico descrito al principio de este artículo muestra un ejemplo de retraso en la intensificación porque la enfermera se puso en contacto con el médico del paciente antes de activar el ERR. Las organizaciones individuales deberían comprobar las barreras y los factores de sus centros que afectan a las demoras en la activación del ERR.

Seguimiento del deterioro clínicoSistemas de alerta temprana

van desde los sistemas de puntuación de copias impresas hasta los que incorporan el seguimiento continuo y el cálculo automático de la puntuación de riesgo. Las primeras versiones de SAT usaban cálculos manuales con bolígrafo y papel. Los cálculos manuales de puntuaciones eran incómodos e inviables. Con las recientes iniciativas de regulación de la tecnología de la información sanitaria, muchas instituciones se están pasando a la historia clínica electrónica (HCE), donde habitualmente se introducen los parámetros de seguimiento utilizados por los SAT. Muchos SAT ahora ofrecen una puntuación automática cuando se introducen parámetros fisiológicos en la HCE.

Introducir y utilizar los datos de la HCE aumenta efectivamente la eficacia del SAT. Sin embargo, varios estudios han identificado datos clave de constantes vitales y de evaluación habitualmente ausentes en la HCE. En un estudio destinado a describir la práctica actual de medir y documentar las constantes vitales, los investigadores estudiaron todos los parámetros de constantes vitales que se recopilaron y documentaron durante las 48 horas anteriores a un episodio adverso grave37. La frecuencia del pulso y la tensión arterial (TA) sistólica se midieron en el 72% y 73% de los casos, respectivamente. La frecuencia respiratoria se registró en solo el 23% de los casos. Esto es especialmente preocupante porque una evidencia considerable muestra que una frecuencia respiratoria anormal es un indicador temprano de deterioro clínico38.

El momento de registro de los datos también es importante para asegurar la identificación temprana del deterioro. Se han publicado retrasos importantes en la documentación de las constantes vitales y las puntuaciones de alerta temprana por parte de enfermeras39. Entre los motivos citados se incluían la falta de disponibilidad de ordenador, funcionamiento deficiente del ordenador, inicios de sesión demasiado largos y preferencias por no documentar con las familias presentes. Una carga de trabajo excesiva puede provocar una entrada de datos por lotes por parte de la enfermera al final del turno, lo que frustra el beneficio en directo del SAT.

Monitores electrónicos a la cabecera del paciente

En un esfuerzo por contrarrestar el retraso en la documentación y la puntuación de alerta de riesgo, los investigadores han evaluado los dispositivos electrónicos a la cabecera del paciente destinados a registrar las constantes vitales, calcular una puntuación de riesgo e intensificar los cuidados según el protocolo del centro.

Estos monitores electrónicos a la cabecera del paciente miden la temperatura del paciente, la TA, la FC y la SpO2. El monitor puede solicitarle a la enfermera que introduzca manualmente la frecuencia respiratoria y otros parámetros opcionales específicos de la unidad, como la diuresis.

Una vez que se introducen los datos, el monitor calcula automáticamente la puntuación de alerta temprana a la cabecera del paciente y recomienda una acción personalizada según el protocolo de deterioro agudo del centro, que a menudo incluye la activación del ERR. Estos monitores a la cabecera del paciente se han estudiado para establecer su efecto sobre la frecuencia, el tipo y el tratamiento de los avisos a ERR; la supervivencia en el momento del alta hospitalaria o hasta 90 días después en el caso de pacientes con aviso a ERR; tipo y número general de episodios adversos graves, y duración de la estancia hospitalaria. Los resultados demuestran una mejora en la proporción de avisos a ERR desencadenados por constantes respiratorias anormales, mejor supervivencia intrahospitalaria de los pacientes que reciben avisos de ERR y una disminución del tiempo necesario para la medición y registro de las constantes vitales40.

Seguimiento electrónico continuo

Incluso cuando los dispositivos a la cabecera del paciente se utilizan para impulsar la valoración de enfermería y calcular automáticamente una puntuación de alerta temprana, los períodos continúan siendo válidos cuando no se hace un seguimiento de los pacientes. Puesto que se estudian las prácticas de documentación de constantes vitales y SAT, que revelan omisiones y retrasos en el registro, la medición electrónica continua puede ser útil. El seguimiento continuo proporciona una representación continua del estado clínico del paciente a diferencia del seguimiento intermitente, que puede pasar por alto las señales de deterioro temprano entre los tiempos de adquisición de datos41. Las enfermeras pueden intensificar los cuidados según los datos de tendencia en el modo continuo.

Los comentarios de los pacientes sobre los sistemas de seguimiento continuo han sido muy positivos41. Los informes de satisfacción de enfermería con el sistema de seguimiento continuo también son positivos y van del 70% al 92% de satisfacción41,42. Sin embargo, esta tecnología tiene el potencial de aumentar la fatiga por alarmas. Los centros deben garantizar que los parámetros de alarma no sean demasiado sensibles y que las enfermeras puedan personalizar las alarmas en función del estado clínico del paciente para evitar la desensibilización.

Activación del ERR: brazo eferente

El funcionamiento del equipo (brazo eferente) también afecta a los resultados generales del sistema de respuesta rápida. La composición de un ERR es multidisciplinaria y varía según el centro, pero generalmente incluye una enfermera de la UCI, un fisioterapeuta respiratorio y la supervisora de enfermería. Una enfermera de cuidados intensivos a menudo es la enfermera a cargo de la UCI que quizá no tenga una asignación o es posible que tenga el papel principal de enfermera de respuesta rápida; esta enfermera asiste a todas las activaciones del ERR18. Los fisioterapeutas respiratorios son fundamentales para el equipo porque muchas activaciones requieren la ventilación del paciente u oxígeno suplementario.

las llamadas o responder como asesores. Incorporar un farmacéutico al ERR puede reducir el tiempo de administración de medicamentos y optimizar la selección y dosificación de medicamentos19.

El médico es un miembro importante del ERR. El médico puede ser especialista en medicina hospitalaria, que puede ser el médico responsable del paciente o no. En algunos modelos de ERR, el médico responde automáticamente a cada activación del ERR. En muchos centros, el médico no responde a cada activación, pero está disponible en caso de necesidad18.

Por lo general, una enfermera de cuidados intensivos es responsable de dirigir la valoración inicial y continua del paciente y, junto con el resto del equipo, inicia los protocolos aprobados y avisa al médico si es necesario. Estos protocolos son un medio para comenzar el tratamiento antes de la llegada del médico y pueden incluir intervenciones como suministro de oxígeno suplementario, realización de ECG de 12 derivaciones, obtención de muestras de laboratorio y administración de medicamentos si se producen arritmias cardíacas y según el tipo de estas.

El fisioterapeuta respiratorio es responsable de la valoración respiratoria inicial y continua, y del tratamiento básico de las vías respiratorias, como administración de oxígeno suplementario, desobstrucción de las vías respiratorias y, en algunos casos, ventilación con presión positiva no invasiva20.

La supervisora de enfermería es la responsable de organizar lo necesario para trasladar al paciente a un nivel superior de atención si es necesario, ayudar a reunir la documentación, facilitar las intervenciones y dar apoyo general.

La enfermera principal del paciente es un miembro valioso del equipo. Esta debe permanecer junto al paciente con el equipo para dar información, como qué motivó la activación del ERR, y los antecedentes pertinentes del paciente, incluidos los medicamentos actuales, los resultados de pruebas de diagnóstico recientes y el código de situación.

La eficacia del ERR depende de la cultura institucional, la estructura del equipo, la experiencia, la comunicación y el trabajo en equipo.

Las cinco claves del éxito

Todos en el equipo deben cooperar para proporcionar los cuidados debidos. Se han identificado cinco categorías clave, importantes para la eficacia del ERR: cultura institucional, estructura del equipo, experiencia, comunicación y trabajo en equipo21.

La organización en la que opera el ERR debe apoyar una cultura de seguridad del paciente y todos los miembros del equipo deben poseer una sólida comprensión del rol del ERR, el diseño del equipo y el papel de cada uno de los miembros del equipo. Los miembros deben tener experiencia clínica y aptitudes en la gestión de crisis.

Las relaciones interdepartamentales a menudo mejoran con el uso de un ERR. Cuando ocurre un episodio, las disciplinas trabajan juntas para mejorar los resultados de los pacientes y pueden experimentar de primera mano la valiosa contribución de cada miembro. Por ejemplo, una enfermera de cuidados intensivos que está presente en episodios fuera de la UCI puede estar más al tanto de lo que las enfermeras sienten en las unidades médico-quirúrgicas18.

El trabajo en equipo efectivo se basa en un objetivo compartido, familiaridad y cooperación.

Después de la activación del ERR, las revisiones o la sesión de análisis y reflexión pueden ayudar a los equipos a reflexionar sobre el rendimiento. En estas sesiones se puede lograr el refuerzo positivo para la enfermera principal después de un trabajo bien hecho y el estímulo para utilizar el equipo nuevamente en el futuro; esto es especialmente importante para las enfermeras principiantes.

Varios estudios han analizado las actitudes hacia los ERR15,22,23. Las enfermeras que utilizan un ERR encuentran que es una experiencia positiva. Las enfermeras creen que el proceso reduce los paros cardiopulmonares y evita que los problemas menores se conviertan en problemas importantes. También creen que los ERR son útiles para tratar a pacientes enfermos y se sienten más seguras sabiendo que hay un ERR disponible en el hospital donde trabajan. A pesar de las preocupaciones iniciales, los miembros del personal no creen que estos equipos aumenten la carga de trabajo y piensan que la ayuda del equipo puede mejorar sus propias habilidades en el tratamiento de pacientes que sufren deterioro clínico. Los miembros del personal a menudo agradecen la experiencia del ERR y la posibilidad de colaborar con colegas para tratar a pacientes que empeoran. El ERR es un elemento de apoyo emocional que tranquiliza a las enfermeras implicadas en situaciones clínicas complicadas15,22,23.

Muchas situaciones proporcionan formación en tiempo real a la enfermera médico-quirúrgica y esto se ha identificado como un beneficio importante del sistema de respuesta rápida18. La enfermera del ERR a menudo es tutora y forma a enfermeras que están desarrollando capacidades de valoración y habilidades de pensamiento crítico. Las habilidades de comunicación también se fomentan cuando la enfermera médico-quirúrgica observa las interacciones entre los miembros del equipo. La formación continua puede mejorar la identificación del deterioro clínico por parte de las enfermeras y brindar oportunidades para que los ERR practiquen el trabajo en equipo, la comunicación y las habilidades de liderazgo.

Recientemente, se ha realizado una revisión sistemática para estudiar las repercusiones de la formación en el reconocimiento del personal y en el tratamiento de pacientes que han empeorado24. Los programas formativos que incorporan simulación de fidelidad de media a alta han mejorado el reconocimiento y el tratamiento del deterioro del paciente. La simulación in situ (simulación que tiene lugar en el entorno clínico de los participantes) ofrece un nivel de realismo que puede incorporar distracciones procedentes del mundo real y normas culturales del centro, lo que mejora el aprendizaje. La simulación online también mejora el reconocimiento del deterioro del paciente25.

Algunos datos sugieren que el aumento de las llamadas del paciente o de la familia tiene como resultado una intervención más temprana en el deterioro del paciente.

Participación del paciente y la familia

Aunque muchos sistemas de respuesta rápida incorporan un proceso de activación del paciente y la familia, la bibliografía es limitada sobre si la participación del paciente y la familia ofrece mejores resultados para el paciente. Algunos datos sugieren que el aumento de las llamadas del paciente o de la familia, también conocidas como llamadas del consumidor, tiene como resultado una intervención más temprana en el deterioro del paciente26. Los médicos han expresado su preocupación respecto al hecho de que permitir que el paciente y la familia activen el ERR podría acarrear un aumento considerable de las llamadas, algunas de las cuales no estarían relacionadas con el deterioro clínico. Este temor a que la activación por parte del consumidor sobrecargue al personal y los recursos no está justificado por la investigación26,27.

Se necesita más investigación para establecer cómo se puede utilizar la participación de los pacientes y sus familias junto con el juicio clínico para obtener resultados óptimos en los pacientes. Los elementos esenciales de un proceso satisfactorio de activación del ERR por parte del paciente/consumidor respecto al deterioro clínico incluyen la educación y formación del personal sobre el programa y la educación al paciente por parte de las enfermeras. Los materiales educativos deben ser claros, fáciles de leer y estar disponibles en una variedad de medios26. La enfermera que actúa como miembro del ERR puede desempeñar un papel activo en la educación del personal y el desarrollo de materiales educativos para pacientes y familias.

Problemas en pacientes terminales

Los ERR están cada vez más implicados en el deterioro clínico relacionado con episodios en pacientes terminales (EPT). Por ello, a veces los miembros del ERR deben tomar decisiones difíciles. De hecho, el 24-33% de todas las activaciones de ERR implica la toma de decisiones en EPT28,29. Muchos síntomas y signos en EPT se correlacionan con desencadenantes de activación de los ERR. A pesar de que las consultas de cuidados paliativos pueden haberse producido antes de la activación de un ERR, es posible que el paciente y la familia no hayan tomado las decisiones finales. Los retos particulares durante estos episodios incluyen falta de tiempo para la toma de decisiones y la gravedad del estado clínico del paciente cuando llega el equipo. Esto es frustrante para el personal de la unidad, así como para los miembros del ERR, que pueden verse obligados a avisar a un nivel superior, a sabiendas de que la posibilidad de un resultado positivo es mínima

Durante una descompensación clínica aguda, el paciente quizá no esté en condiciones de tomar decisiones. Los miembros del ERR quizá no sean expertos en mantener conversaciones en EPT con la familia y, debido a la naturaleza episódica de la activación del ERR, por lo general no han establecido una relación con la familia.

Para abordar estos retos y los conocimientos insuficientes en la atención en EPT, una organización en Reino Unido ha iniciado un programa de formación para miembros de ERR sobre pacientes que no desean ser reanimados30. Cada miembro participa en una simulación de alta fidelidad que implica conversaciones en EPT con actores profesionales que desempeñan el papel del paciente o de los miembros de la familia. Los colegas observan la situación que se graba en vídeo en directo. El informe final sigue a la simulación y los miembros del equipo reflexionan sobre sus experiencias y los desafíos del episodio. Se incluyen en los informes los elementos jurídicos, religiosos y éticos de las decisiones de reanimación. Hasta la fecha, las evaluaciones del programa han sido, en gran medida, positivas30.

Superación de obstáculos

En un esfuerzo por atenuar los obstáculos que puedan encontrarse en el momento de la activación de estos equipos y para evitar episodios de fracaso de rescate, algunos ERR o miembros de ERR realizan un seguimiento proactivo de los pacientes dados de alta de la UCI. Estos programas de transición de cuidados intensivos también se conocen como equipos de asesoramiento de la UCI, servicios de extensión de cuidados intensivos o enfermeras de enlace de la UCI.

La evidencia sobre los resultados en los pacientes de estos programas de transición es contradictoria. Una revisión sistemática presentó evidencia de que, en los pacientes dados de alta de la UCI y trasladados a una unidad hospitalaria general, estos equipos de transición redujeron el riesgo de readmisión en la UCI31. En cambio, un estudio que evaluó los efectos del seguimiento realizado por un equipo multidisciplinario de cuidados intensivos (médico, enfermera y fisioterapeuta respiratorio) tras el alta hospitalaria encontró readmisión en la UCI y la mortalidad después del alta de la UCI no mejoró con el proceso de seguimiento32.

Butcher et al. también evaluaron el efecto del seguimiento proactivo del ERR de pacientes dados de alta de la UCI33.

Los resultados evaluados fueron la tasa de readmisiones en la UCI, la estancia media en la UCI y la mortalidad hospitalaria de los pacientes dados de alta de la UCI. El seguimiento proactivo no mejoró los resultados en los pacientes.

En el modelo de la enfermera de enlace de la UCI, aquella realiza un seguimiento de los pacientes dados de alta de la UCI, así como una vigilancia general de los pacientes que corren el riesgo de empeorar. Al comparar equipos multidisciplinarios, como un equipo de asesoramiento de la UCI, con un programa de enfermería individual, los riesgos de readmisión en la UCI fueron similares y no dependieron de la presencia de un intensivista31.

La mayoría de las actividades de la enfermera de enlace de la UCI tiene como finalidad proporcionar consultas de expertos a la enfermera principal. Estos enlaces también ofrecen formación al personal en tiempo real en áreas como seguridad del paciente, valoración de enfermería, administración de dispositivos, planificación de los cuidados y apoyo al paciente y la familia34. La enfermera de enlace de la UCI identifica a los pacientes que han sido dados de alta de la UCI basándose en derivaciones del personal de la unidad o la administración de enfermería. Las derivaciones a la enfermera de enlace de la UCI a menudo se realizan mediante el seguimiento habitual del paciente dado de alta de la UCI, la búsqueda o la comunicación personal35.

Con el uso generalizado de la historia clínica electrónica y los SAT, es posible y productiva la extracción de datos, junto con la vigilancia proactiva por parte de la enfermera del ERR o la enfermera de enlace de la UCI. En algunos modelos, la enfermera del ERR revisa periódicamente las puntuaciones de alerta temprana de los pacientes de cada unidad y, en función de un algoritmo de tratamiento, llama para hablar sobre el paciente con la enfermera principal, visita la unidad para valorar al paciente o activa el ERR33–36.

Estos avisos se pueden hacer en directo o enviarse a localizadores. Este planteamiento proactivo permite la vigilancia informatizada y el conocimiento experto en enfermería para apoyar a la enfermera principal en la identificación y el tratamiento del deterioro clínico temprano. Cada centro debe evaluar los recursos financieros y de personal necesarios para implementar algunas de las opciones más avanzadas de ERR.

Las enfermeras desempeñan un papel fundamental

Durante casi 3 décadas, los equipos multidisciplinarios han respondido a las circunstancias de deterioro clínico agudo para ayudar a las enfermeras en entornos no pertenecientes a la UCI y brindar mejores cuidados a estos pacientes. Gracias a los esfuerzos de los ERR se han conseguido resultados positivos en los pacientes.

Las enfermeras desempeñan un papel fundamental en este equipo. Puesto que evolucionan los sistemas de respuesta rápida, las enfermeras aportarán su conocimiento en áreas en expansión, como educar al personal y a los pacientes para reconocer el deterioro clínico y participar en valoraciones proactivas en pacientes que corren el riesgo de deterioro.■

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Shirley A. Jackson es enfermera clínica especialista en Elliot Health System en Manchester, New Hampshire.

La autora y los editores declaran no tener ningún conflicto de intereses potencial, económico o de otro tipo.

Este artículo ha sido adaptado de “Equipos de respuesta rápida: perspectivas actuales”, que apareció originalmente en la edición de noviembre de Nursing2017 Critical Care.

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