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Vol. 33. Núm. 6.
Páginas 30-34 (Noviembre - Diciembre 2016)
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Anime a los pacientes a que se arremanguen para vacunarse contra la gripe
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Sarah K. Wiley
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LAS INTERVENCIONES ACTIVADAS POR ENFERMERAS, como la formación dirigida y los comunicados a modo de recordatorio, pueden mejorar el cumplimiento de la vacunación durante toda la vida1,2. Según los Centers for Disease Control and Prevention (CDC), menos de la mitad de los niños y adultos que cumplen las condiciones se vacunaron contra la gripe durante la temporada de gripe 2014-20153.

Este artículo reúne la información educativa importante que las enfermeras deben proporcionar a los pacientes cuando se ofrezca y se administre la vacuna contra la gripe, y analiza las estrategias de incidencia política.

Observaciones clínicas

Cuando trabajaba en un consultorio de atención primaria, era responsable de la formación de pacientes y de la administración de las vacunas a personas de todas las edades, desde la infancia hasta la edad adulta. En muchas ocasiones, fui testigo de cómo algunas colegas enfermeras vacunaban a los pacientes sin formarlos adecuadamente sobre los beneficios y las posibles reacciones adversas. Algunas enfermeras no se oponen al hecho de que algunos pacientes se nieguen a vacunarse sin intentar averiguar las razones por las cuales han decidido no hacerlo.

Durante mis interacciones con los pacientes, he observado que muchos estaban confundidos o mal informados sobre los riesgos y beneficios de las vacunas, y sobre otros puntos importantes, como la forma de tratar una reacción adversa. Este desencuentro me llevó a pensar que el personal sanitario no formaba de manera adecuada a los pacientes durante sus visitas o no los dotaba de los recursos necesarios para ayudarles a tomar una decisión, salvo por los impresos de información sobre vacunas elaborados por los CDC.

Identificación del problema

Los CDC, junto con el comité asesor sobre prácticas de inmunización, recomienda la vacuna antigripal anual en todos los niños mayores de 6 meses y en los adultos, incluyendo mujeres embarazadas, salvo que esté expresamente contraindicado4. Entre las contraindicaciones y medidas preventivas relacionadas con la vacuna contra la gripe más frecuentes se pueden citar una enfermedad actual, como fiebre o infección respiratoria, inmunodepresión, antecedentes del síndrome de Guillain-Barré, una reacción a una dosis previa de la vacuna contra la gripe o alergia al huevo. Las mujeres embarazadas deben recibir solo la forma inactivada de la vacuna5,6.

La mayoría de estas vacunas se administran en el ámbito de la atención primaria de acuerdo con un calendario establecido, tras valorar que cada uno de los pacientes sea idóneo para recibir la vacuna. El beneficio global de estas vacunas no solo es proteger al paciente de una enfermedad potencialmente mortal, sino también proteger a la población mediante la inmunidad colectiva: inmunizar a la mayoría de los componentes de una población contra una enfermedad ayuda a proteger a los que no pueden recibir la vacuna7. Las tasas de vacunación más altas también disminuyen drásticamente los costes sanitarios asociados con el tratamiento de la gripe y sus complicaciones, y reduce el absentismo escolar o laboral7,8.

La investigación indica inequívocamente que las enfermeras influyen en gran medida en los comportamientos del paciente en la toma de decisiones informadas y basadas en la salud acerca de la vacunación1,2. Los fallos en la comunicación del personal de enfermería supuestamente son un obstáculo para el cumplimiento2.

Las intervenciones de enfermería basadas en la evidencia, incluyendo la formación del paciente, pueden aumentar las tasas de vacunación y el cumplimiento en el plazo fijado. Estos métodos incluyen formar a los pacientes sobre los riesgos y beneficios de la vacuna; analizar los motivos por los cuales los pacientes rechazan la vacunación; proporcionar a los pacientes publicaciones para que se las lleven a casa y otros recursos que no sean los impresos normales de información sobre vacunas, e implementar sistemas de recordatorio mediante mensajes de texto o correos electrónicos para la programación de la inmunización sistemática y el seguimiento cuando sea lo indicado1,2. Más importante todavía es que las enfermeras sean expertas en prácticas de inmunización y recomendaciones con el fin de hacer frente a las preguntas de los pacientes y reduzcan sus preocupaciones.

Papel de la enfermera

En Estados Unidos, las poblaciones sanas y vulnerables corren el riesgo de contraer enfermedades que pueden provocar complicaciones a largo plazo o la muerte. La reciente aprobación de la Affordable Care Act (Ley de Cuidado de Salud Asequible) es una oportunidad ideal para promover la adhesión a la vacuna: cualquier paciente que reúna las condiciones puede recibir la vacuna contra la gripe anual sin coste alguno9. Los pacientes deben tomar las decisiones con la mayor formación posible sobre su salud y las enfermeras deben ofrecer esta formación ya que son las proveedoras de primera línea en los consultorios de atención primaria y los hospitales. Las intervenciones específicas, como la formación personal y la comunicación mediante mensajes de texto o correos electrónicos, deben convertirse en parte de la práctica normal en beneficio de los cuidados al paciente y por la optimización de los resultados del paciente.

Inmunizar a la mayoría de los componentes de una población contra una enfermedad ayuda a proteger a los que no pueden recibir la vacuna.

La formación del paciente en persona es la intervención de enfermería más importante cuando se administra la vacuna. Después que el médico haya determinado que el paciente reúne las condiciones para la vacunación, una formación eficaz comienza preguntándole si desea recibir la vacuna anual contra la gripe cuando se disponga de ella, por lo general desde agosto hasta octubre.

Cuando el propio paciente o algún miembro de su familia rechazan la vacuna, la enfermera debe plantear algunas preguntas abiertas sobre el motivo por el cual la rechazan. Preguntar simplemente: “¿anteriormente cuál ha sido su experiencia con la vacuna contra la gripe?” o “¿qué le preocupa de la vacuna?” puede generar una charla. La comunicación a menudo revela la confusión o la desinformación acerca de los beneficios o riesgos de la vacunación. Por ejemplo, los pacientes pueden creer erróneamente que la vacuna contra la gripe puede causar la gripe o autismo (v. el cuadro Mitos y realidades acerca de la vacunación antigripal.)

Si, después que la enfermera haya respondido a las preguntas o haya corregido las ideas erróneas, los pacientes todavía no están seguros de recibir la vacuna, la enfermera puede entregarles algún folleto para llevar a casa, como un ejemplar del impreso normal de información sobre vacunas, el calendario clínico de la gripe e información sobre los recursos locales (como el departamento de salud pública o farmacias), donde más adelante se ofrecerá la vacuna10. De esta manera, los pacientes comprenden que recibir una vacuna es conveniente y no requiere una cita formal ni su prescripción.

El paciente también puede rechazar la vacunación por motivos de fe o religiosos. Las leyes estatales están evolucionando para definir lo que constituye una exención religiosa y lo que es obligatorio en caso de un brote11. Los profesionales sanitarios generalmente son necesarios para administrar la vacuna contra la gripe, pero en la actualidad ninguna ley en ninguno de los 50 estados exige que se vacune a los escolares12,13.

Las enfermeras también deben formar a los pacientes cómo detener la propagación de la gripe. Anime a los pacientes a quedarse en casa y a evitar el contacto con otras personas que comienzan a mostrar síntomas y signos de la gripe, como fiebre, dolor de garganta, secreción o congestión nasal, dolor de cabeza, artromialgias generalizadas, escalofríos y astenia. Enseñe también a los pacientes a utilizar correctamente la higiene de manos y a evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca9.

Si el paciente está de acuerdo con la vacunación, los siguientes pasos incluyen enseñar al paciente el tipo de vacuna contra la gripe que se administra en el centro, como la vacuna antigripal inactivada y las vacunas vivas atenuadas contra la gripe (para obtener más información acerca de vacunas específicas, consulte el cuadro Recursos online sobre la vacunación antigripal). Cuando ofrezcan esta información, las enfermeras pueden mencionar las cepas de la gripe que los CDC prevén que serán más frecuentes durante la temporada y que la vacuna ofrece protección contra tres o cuatro de estas cepas. También pueden explicar que la inmunidad surte efecto aproximadamente 2 semanas después de la vacunación.

La enfermera debe indicar a los pacientes que circulan miles de cepas de la gripe. Si llegan a contraer la gripe esta temporada a pesar de la vacunación, lo más probable es que hayan estado expuestos a una cepa no cubierta por la vacuna. Otro punto clave que debe tenerse en cuenta es que la vacunación ayuda a prevenir complicaciones, acorta la duración de la enfermedad y disminuye la gravedad de la enfermedad en los pacientes que contraen la gripe a pesar de la vacunación.

Una vez que se informa a los pacientes sobre el tipo de vacuna que se les administra, la enfermera debe revisar las posibles reacciones adversas. Haga hincapié en que no es infrecuente la aparición de dolor leve, irritación y enrojecimiento alrededor del sitio de la inyección, febrícula provocada por cualquier tipo de vacuna o irritación nasal y secreción de la vacuna intranasal durante unos días. Sin embargo, si los pacientes experimentan algún síntoma o signo grave, como urticaria, hinchazón de la cara y la garganta, dificultad para respirar, pulso acelerado, mareos o debilidad, deben llamar al 112 y dirigirse al hospital más cercano.

El contacto personal no es la única comunicación eficaz para promover la vacunación contra la gripe y asegurar una dosis correcta. Tanto los mensajes de texto como los correos electrónicos son sistemas de recordatorio que pueden utilizar los centros de atención primaria para ponerse en contacto con los pacientes a principios de la temporada de la gripe, cuando la vacuna esté disponible14. Muchos sistemas clínicos electrónicos ofrecen la función de mensajes de texto o correos electrónicos masivos, planteamientos relativamente fáciles y rentables para la promoción de la adhesión a la vacuna.

Mitos y realidades acerca de la vacunación antigripal16,17MITO

La vacuna contra la gripe puede causar autismo.

REALIDAD

El conservante utilizado en algunas vacunas contra la gripe, denominado timerosal o etilmercurio, se utiliza para proteger la vacuna de la contaminación de microbios perjudiciales. Después de una extensa investigación, los CDC no han encontrado ningún vínculo entre el autismo y las vacunas que contienen timerosal.

MITO

La vacuna contra la gripe puede causar la gripe.

REALIDAD

Los compuestos virales utilizados en la vacuna contra la gripe están debilitados o completamente inactivados. Las formas inactivadas del virus no pueden replicarse en ninguna parte del cuerpo humano. Las partículas virales vivas atenuadas utilizadas en la pulverización intranasal no pueden causar la infección y se mantienen solo en las fosas nasales, donde producen una respuesta inmunológica.

MITO

No necesita ponerse una vacuna contra la gripe cada año.

REALIDAD

Puesto que el virus de la gripe muta constantemente, es necesario ponerse una nueva vacuna cada temporada. Es probable que los virus que circulaban en la población el año pasado no sean los mismos que los que circularán el próximo año.

MITO

No importa el día en que se vacune.

REALIDAD

Se tarda 2 semanas después de la vacunación en estar inmunizado. La vacunación temprana es clave para prevenir la enfermedad y la transmisión a otras personas a lo largo de toda la temporada de la gripe.

Las enfermeras también deben estar familiarizadas con los últimos avances en los métodos de administración de vacunas, como la inyección a chorro, inyección intradérmica y aerosol nasal. Se debe formar a las enfermeras sobre el uso correcto de estos dispositivos antes de que se los ofrezcan a los pacientes. Recientemente, se ha aprobado una nueva clase de vacuna contra la gripe de inyección intramuscular para su uso en mayores de 18 años. Esta vacuna no contiene antibióticos, conservantes o proteínas de huevo, y se recomienda para los adultos que tienen presunta o conocida alergia al huevo, independientemente de la gravedad15.

Incidencia política

Las enfermeras no pueden ser proveedores de servicios de vacunación creíbles sin saber, entender y creer en los beneficios de las propias vacunas. La iniciativa para aumentar las tasas de vacunación debe comenzar con la formación de las enfermeras. Los comités estatales de enfermería tienen que fomentar la enseñanza y la formación continua de las enfermeras en el tema de la vacunación y lograr que la capacitación sobre prácticas de inmunización sea un requisito para las enfermeras que trabajan en entornos de atención primaria.

Recursos online sobre la vacunación antigripal

CDC. Influenza (flu). http://espanol.cdc.gov/enes/flu/

Revise la tabla de actualización de las vacunas contra la gripe, incluidas las indicaciones, la vía y el contenido de látex.

Hasta entonces, las enfermeras deben buscar recursos para formarse en la administración de la vacuna de la gripe y la formación del paciente. Por ejemplo, los CDC ofrecen formación continua gratuita para las enfermeras que trabajan en el tema de la gripe y las vacunas relacionadas, actualizada con fecha de agosto 2016 (v. el cuadro Recursos online sobre la vacunación antigripal). Además, el gobierno federal, como parte de la iniciativa de los servicios de prevención de la Ley de Cuidado de Salud Asequible, debe proporcionar a los consumidores información creíble y actualizada sobre la vacuna mediante anuncios de servicio público y campañas de marketing en lugar de depender de las empresas farmacéuticas que hacen publicidad de sus productos.

Las enfermeras pueden involucrarse políticamente con el acercamiento a los funcionarios locales para presionar en este aspecto sanitario.

Más de una dosis en el brazo

La práctica enfermera debe evolucionar de acuerdo con la investigación basada en la evidencia que muestra los métodos para mejorar los problemas que surgen en la atención sanitaria. Las enfermeras deben buscar las fuentes de información más creíbles, recientes y relevantes que guíen su trabajo. Con la práctica basada en la evidencia, las enfermeras pueden mejorar los resultados del paciente, ser mejores defensoras de la salud pública y ayudar a reducir los costes sanitarios asociados con la gripe. ■

RECURSO

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Sarah K. Wiley, quien recientemente obtuvo su BSN, es una exenfermera clínica de TriValley Primary Care en Souderton, Pa.

La autora declara no tener ningún conflicto de intereses económicos relacionado con este artículo.

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