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Infección de oído

Me duele el oído, ¿tengo una infección?

Tener dolor en el oído no implica que tengamos una infección. El dolor puede ser debido a diversas causas, recordad lo que comentamos en una consulta anterior, sobre el tapón de cera.

La infección en el oído se produce cuando tenemos líquido retenido detrás del tímpano, y por la presencia de un germen. Esta afección la llamamos otitis y ocurre en la zona del oído medio. Suele ser dolorosa y aparece de manera brusca como consecuencia de un resfriado bacteriano o vírico, que se ha desarrollado previamente en la garganta o nariz.

Las otitis suelen ser más habituales en niños que en adultos porque suelen resfriarse más, porque tienen una trompa de Eustaquio más corta y porque al tomar el biberón tumbados en la cama, así como el hecho de no hablar, ayudan a que las secreciones mucosas puedan acumularse más fácilmente detrás del tímpano en el oído medio.

Hay factores que favorecen su aparición como son: estar en contacto con niños enfermos, mala higiene de manos y contacto con la boca o el estar en ambientes con humo de tabaco que irritan toda la mucosa oro faríngea.

¿Cómo sabemos si hay infección?

Los signos más destacados que hemos de valorar son cinco: 1) la necesidad de tocarse las orejas con las manos, 2) la irritabilidad, 3) la supuración de líquido, 4) la fiebre y 5) la existencia previa de un resfriado.

Ante estos síntomas, se necesita un diagnóstico médico adecuado antes de iniciar un tratamiento. Por lo general, el origen suele ser bacteriano y, por ello, los pediatras suelen recetar antibióticos, los cuales deben tomarse correctamente y bajo su supervisión. Si la causa es vírica, se utilizarán tratamientos paliativos.

Las medidas preventivas y paliativas para las otitis podrían ser las siguientes:

  • Evitar el contacto con niños resfriados.
  • Buena higiene en manos y boca.
  • No dar el biberón con el niño tumbado en la cama.
  • No exponer a los niños a ambientes atmosféricos extremos ni al humo del tabaco.

Hay que seguir el tratamiento indicado por el médico y evitar y controlar las recidivas (repetición de la infección). El uso de gotas óticas que contienen anestésicos, analgésicos y antiinflamatorios puede ser una buena ayuda al paciente, mientras dure el tratamiento, o desaparezca la causa de la infección (resfriado vírico). Se pueden adquirir estas gotas por indicación farmacéutica, después de que el farmacéutico comunitario haya valorado de manera protocolizada la idoneidad de ello.

Dra. Montse Moral. Farmacéutica.


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