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Vol. 16. Núm. 10.
Páginas 80-83 (Noviembre 2002)
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Toxoplasmosis. Revisión clínica
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Mª Teresa Llòria i Llàcera
a Veterinaria.
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En este trabajo se describe el ciclo de vida del agente causal de la toxoplasmosis, Toxoplasma gondii, los riesgos que entraña la presencia de este parásito en el medio doméstico y las maneras de prevenir la infestación, tanto de felinos como de humanos.
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Toxoplasma gondii es un coccidio intracelular obligado de distribución mundial. Los félidos son los huéspedes definitivos conocidos. La mayoría de los estudios de seroprevalencia realizados en los Estados Unidos sugiere que al menos el 30% de los gatos y las personas han estado expuestas previamente. Con frecuencia, en la consulta veterinaria, pero también ante el médico y el farmacéutico, mujeres embarazadas o personas con alguna enfermedad inmunodepresora y que tienen un gato como animal de compañía preguntan cuál es el riesgo de padecer toxoplasmosis como resultado del contacto con este animal.

CICLO DE VIDA DE TOXOPLASMA GONDII

T. gondii fue identificado por primera vez en 1908, y su ciclo de vida fue detallado en 1970. Los gatos son los únicos huéspedes definitivos conocidos de este organismo. Por lo tanto, son los gatos los únicos animales que eliminan ooquistes resistentes al entorno en sus deposiciones. La infección de estos gatos puede producirse por dos vías: de forma trasplacentaria o por la ingestión del organismo en cualquiera de los tres estadios vitales. Cualquier animal de sangre caliente puede ser parasitado por T. gondii ­y por tanto servir como huésped intermediario­ tras la ingestión de ooquistes esporulados procedentes de los excrementos de gatos u otro animal infectado.

En un gato infectado el ciclo de vida de T. gondii puede seguir una de las dos variantes: 1) la enteroepitelial o 2) la extraintestinal. La tabla I sintetiza las fases del desarrollo de T. Gondii.

 

Ciclo enteroepitelial

Como los gatos no son coprofágicos, la exposición a T. gondii suele ocurrir como resultado de sus hábitos carnívoros. Cuando ingiere un huésped intermediario infectado, se eliminan los bradizoitos procedentes de los quistes tisulares, que invaden las células epilteliales del intestino del gato. De forma secuencial, tiene lugar una replicación asexual de 5 estadios, culminando en la formación de gametos y el inicio de la fase sexual. Una vez finalizada la fase sexual, los quistes no esporulados se dirigen hacia la luz intestinal y son eliminados con las heces. Durante la esporulación cada ooquiste tiene dos esporoquistes y cada uno de ellos contiene cuatro esporozoitos.

En general, es posible encontrar ooquistes en las heces de los gatos a los tres días de la ingestión de quistes tisulares, completándose dicha eliminación entre una y dos semanas. Por el contrario, tras la ingestión de ooquistes esporulados, el inicio de la eliminación de ooquistes puede retrasarse hasta tres semanas y no completarse hasta al cabo de varias semanas. Se eliminan muchos máss ooquistes tras la ingestión de quistes tisulares que cuando se han ingerido ooquistes esporulados. Una vez un gato adulto ha sido infectado con el organismo, no suele eliminar ooquistes hasta una posterior exposición.

 

Signos clínicos

Los gatos raramente desarrollan signos clínicos de enfermedad gastrointestinal durante el ciclo enteroepitelial. Se ha descrito algún caso de eliminación de ooquistes en gatos clínicamente enfermos, aunque es bastante inusual.

 

Ciclo extraintestinal

El ciclo extraintestinal se inicia cuando los esporozoitos o los bradizoitos son eliminados hacia la luz intestinal tras la ingestión de ooquistes esporulados o quistes tisulares, respectivamente. El organismo penetra la lámina propia del intestino y después se disemina por la sangre y la linfa en forma de taquizoitos. Los taquizoitos pueden invadir la mayoría de las células del cuerpo y replicarse intracelularmente hasta que las células infectadas son destruidas. En huéspedes inmundeprimidos la replicación de taquizoitos puede provocar la destrucción y muerte de tejidos. En huéspedes inmunocompetentes, sin embargo, una combinación de respuestas celular y humoral enlentecerá el proceso de replicación de los taquizoitos. Éstos se transformarán en bradizoitos, que serán englobados en los quistes tisulares. Dichos quistes se forman en el sistema nervioso central, músculos y vísceras. Los bradizoitos no suelen estar asociados con inflamación y pueden persistir en los tejidos durante toda la vida de los huéspedes. Sin embargo, pueden activarse si aparece una situación extrema de inmunodepresión, como las observadas en pacientes humanos con sida o en quienes reciben elevadas dosis de glucocorticoides. En esos casos, tendrá lugar una parasitemia, infección, ruptura de células tisulares y manifestación clínica. La tabla I resume el desarrollo de T. gondii.

Signos clínicos

Pueden aparecer casos de enfermedad clínica aguda o crónica en gatos de cualquier edad. La mayoría de casos publicados fueron diagnosticados durante la necropsia y se observaba la replicación del organismo en los tejidos que causaron la muerte o la decisión de la eutanasia. Los signos más graves de esta forma de toxoplasmosis se han observado en gatitos infectados trasplacentariamente, que luego murieron.

Recientemente, se han descrito numerosos síndromes que ya se creían relacionados con la infección por Toxoplasma gondii. Estos síndromes incluyen uveítis anterior, uveítis posterior, fiebre, hiperestesia muscular, pérdida de peso, anorexia, convulsiones, ataxia, ictericia y pancreatitis. También se han identificado casos de toxoplasmosis pulmonar en gatitos recién nacidos.

DIAGNÓSTICO LABORATORIAL

El diagnóstico de laboratorio de este coccidio se efectúa por examen fecal. Puede demostrarse la presencia de ooquistes en las heces mediante la técnica de flotación, usando un número de soluciones con una gravedad específica de 1,18. Los ooquistes de Toxoplasma gondii tienen un diámetro de 10 a 12 µm, aproximadamente una octava parte del tamaño de los huevos de Toxocara cati. Los ooquistes un pueden ser diferenciados macroscópicamente de coccidios no patógenos como Hammondia hammondi o Besnoitia darlingi. Como raramente se han descrito casos de eliminación de ooquistes en gatos con toxoplasmosis clínica y dado que éstos eliminan ooquistes sólo durante 14 días a lo largo de su vida, el diagnóstico por examen fecal debe ser cuidadoso.

DIAGNÓSTICO DE LA TOXOPLASMOSIS FELINA

Algunos gatos manifiestan una enfermedad clínica secundaria a toxoplasmosis. Se sugiere la exposición a T. gondii por la presencia de anticuerpos en el suero. El diagnóstico de toxoplasmosis felina clínica puede realizarse basándose en la combinación de:

 

­ Evidencia serológica de infección.

­ Signos clínicos de enfermedad compatible con toxoplasmosis.

­ Exclusión de otras etiologías.

­ Respuesta positiva al tratamiento.

 

El tratamiento de gatos afectados por toxoplasmosis que padecen la infección por el virus de la inmunodeficiencia felina es más complicado.

RIESGOS SANITARIOS DE LA TOXOPLASMOSIS FELINA

El riesgo de las personas frente a la toxoplasmosis felina radica principalmente en la contaminación del medio ambiente con ooquistes esporulados. Generalmente, los gatos eliminan ooquistes sólo en los primeros momentos de la infección por Toxoplasma gondii, y una exposición repetida no suele cursar con una eliminación de ooquistes.

Es poco probable que se dé una infección por el contacto directo con un gato que está eliminando activamente ooquistes. El contacto con heces frescas, que contienen sólo ooquistes no esporulados, no supone una amenaza. Aunque sea muy molesto, los gatos suelen limpiarse cualquier resto fecal antes de que los ooquistes hayan tenido tiempo de esporular. Dado este corto período de eliminación de ooquistes y como esta eliminación recurre tras la exposición repetida a T. gondii, no es necesario desprenderse de los gatos que se hallan en el entorno familiar de mujeres gestantes o de personas con enfermedades inmunosupresoras.

Los ooquistes pueden sobrevivir en el ambiente durante meses o años. A menudo las personas suelen entrar en contacto con mayor frecuencia con los ooquistes esporulados cuando trabajan suelos de jardines, beben agua contaminada o ingieren quistes tisulares en carnes poco cocinadas. Huéspedes portadores o vehículos portadores de Toxoplasma gondii, como las moscas, cucarachas, los gusanos y escarabajos pueden ser la fuente de infección de gatos que siempre viven en el interior de los hogares.

Los gatos también pueden eliminar protozoos no patógenos como Hammondia y Besnoitia en sus excrementos; estos ooquistes no se distinguen microscópicamente de los de T.gondii. Debido al riesgo sanitario, aquellos ooquistes que midan en 10 y 12 µm encontrados en una muestra fecal deberían ser considerados como de Toxoplasma gondii. Las heces deberán ser recogidas e incineradas diariamente hasta que cese la eliminación de ooquistes. La administración de medicamentos adecuados puede reducir los niveles de eliminación de ooquistes.

La vía de infección por Toxoplasma gondii más frecuente de los seres humanos suele ser la ingestión de quistes tisulares que se hallan en carnes poco cocinadas. Cuando se manipule carne cruda es aconsejable el uso de guantes o lavarse cuidadosamente las manos después. La congelación de la carne a ­20 ºC durante varios días reduce de una forma muy importante la viabilidad de los quistes tisulares.

Los clientes preocupados por la posibilidad de contraer toxoplasmosis (por ejemplo, mujeres embarazadas e individuos con sida u otra problación con enfermedades inmunodepresoras) a menudo consultan a su veterinario, médico o farmacéutico acerca de si sus animales de compañía son factores de riesgo para contraer la enfermedad. El examen fecal puede identificar un gato que está eliminando de forma activa ooquistes; sin embargo, no existe una prueba que determine si un gato ha eliminado ooquistes en el pasado. Por todo esto, pueden tenerse en cuenta las siguientes recomendaciones tras los resultados del examen fecal y las pruebas serológicas:

 

­ Un gato que es T. gondii seropositivo pero negativo a ooquistes en el examen fecal es poco probable que elimine ooquistes en un futuro.

­ Un gato que es T. gondii seronegativo es muy probable que elimine ooquistes si resulta ser infectado por T. gondii, por lo que deberían tomarse las medidas preventivas necesarias.

­ Un propietario que crea que puede haber sido infectado con toxoplasmosis debería consultar a su médico para que realice las pruebas pertinentes.

PREVENCIÓN DE LA TOXOPLASMOSIS FELINA

La clave de la prevención de la toxoplasmosis felina (tabla II) y su manifestación en humanos radica en evitar la exposición al organismo: el contacto con quistes u ooquistes esporulados. El control de la infección por T. gondii en gatos y huéspedes intermediarios, incluyendo a las personas, se consigue evitando la eliminación de ooquistes y la ingestión de quistes tisulares.

   

 

BIBLIOGRAFÍA GENERAL

Dubey JP. Toxoplasmosis. JAVMA 1994; 205(11).

Dubey JP. Toxoplasmosis in cats. Feline Practice 1986;16:12-45.

McCabe RE, Remington JS. Toxoplasma gondii. En: Mandell, Douglas & Bennett. Principles and Practice of Infectious Diseases. London: Churchill Livingstone, 1990.

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