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Vol. 17. Núm. 4.
Páginas 68-77 (Abril 2003)
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Prurito
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ESTÍBALIZ BÓVEDAa, BLANCA M DÍEZa, PATRICIA FERNÁNDEZa, M. EDURNE HIDALGOa, ESTÍBALIZ SALINASa
a Farmacéuticas. Grupo de trabajo del COF de Bizkaia.
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Se presenta a continuación un protocolo de Atención Farmacéutica dedicado al abordaje terapéutico del prurito. En estas dos páginas de apertura se recoge el algoritmo para la toma de decisiones con las derivaciones correspondientes, que permitirán al farmacéutico determinar la atención que puede prestar a un paciente que refiera este problema. Se incluye, además, un índice de contenidos para guiar al lector sobre el desarrollo del trabajo.
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DEFINICIÓN

El prurito es una sensación subjetiva de la piel, de intensidad variable, que induce en el individuo el deseo de rascarse. La percepción individual puede ir desde un suave cosquilleo hasta una molestia importante. Del mismo modo, la intensidad de la respuesta también puede variar, comenzando desde un rascado o frotamiento a una escoriación profunda.

ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN

La sensación de picor puede explicarse por una estimulación de los nervios cutáneos mediada por los receptores táctiles y térmicos.

Atendiendo al origen del picor, se puede clasificar en tres grupos:

 

­ Origen dermatológico: es el que está relacionado con procesos dermatológicos que normalmente tienen una localización bien delimitada (tabla I).

­ Origen sistémico: es el que se asocia a una afección sistémica; el prurito es a veces el primer síntoma de la enfermedad en cuestión (tabla II).

­ Origen desconocido: es el que tras dos semanas de evolución de una manera continua o diaria no permite establecer un diagnóstico.

SÍNTOMAS Y SIGNOS

El prurito es un síntoma de muchas afecciones, que puede manifestarse o no con una lesión cutánea visible, dependiendo de la causa que lo origine. Puede ir acompañado de una serie de signos como son enrojecimiento, sarpullido, coloración rosada, presencia de ronchas de tamaño variable, lesiones papulosas o eccematosas, áreas de liquenificación, fisuras, escoriación, etc., y también de una serie de signos perceptibles como son el nerviosismo, la molestia y la inquietud.

PROTOCOLO DE TRATAMIENTO EN LA OFICINA DE FARMACIA

A continuación se presentan los distintos apartados del protocolo de tratamiento del prurito en la oficina de farmacia.

 

Datos que es preciso conocer

Se formularán al paciente las siguientes preguntas:

 

­ ¿Qué edad tiene el paciente? Los niños menores de dos años no pueden explicar los síntomas que tienen, por lo que deberán ser derivados al médico.

­ ¿Dónde se localiza la lesión? En el caso de que la lesión sea generalizada se debe remitir al médico, puesto que la causa puede ser una enfermedad sistémica. Si se encuentra en la zona perianal, la etiología puede ser diversa, por lo que se actuará de la misma manera que en el caso anterior.

­ ¿Cuándo aparecieron los síntomas? Deberán remitirse al médico los pacientes cuyos síntomas se hayan iniciado en las dos semanas anteriores a la primera consulta.

­ ¿Qué tipo de lesiones presenta? La presencia de lesiones que hayan podido agravarse por el rascado, pudiendo causar inflamación e infección, es motivo de remisión al médico. Éstas deben tratarse, así como aconsejar al paciente medidas higiénicas que no las empeoren.

­ ¿Existe algún factor que puede causar o empeorar el prurito? Exposiciones a plantas, animales, determinados ambientes, diferentes productos, así como la sequedad cutánea, pueden causar o empeorar el prurito. Una vez identificado el agente causal, se debe aconsejar al paciente evitar la reexposición al mismo.

­ ¿Toma algún medicamento que tenga como efecto adverso el prurito? En caso necesario se debe valorar si debe suprimirse ese tratamiento. Si se trata de un medicamento prescrito por el médico, debe ser éste quien decida sobre su suspensión.

 

Causas de remisión al médico

Son las siguientes:

 

­ Prurito generalizado, ya que orientará hacia una enfermedad sistémica.

­ Prurito cuya posible causa sean medicamentos (tabla III) o del que se desconozca la etiología.

­ Existencia de lesiones secundarias como escoriaciones, hiperpigmentación, etc.

­ Prurito localizado en la zona perianal, debido a que puede tener numerosas causas, entre otras: reacciones alérgicas, infección superficial por hongos, parasitosis y bacterias, enfermedades sistémicas, etc.

­ Persistencia del prurito después de realizar un tratamiento convencional.

­ Lactantes y niños pequeños.

­ Signos de infección en la zona de rascado.

­ Lesiones de más de dos semanas de duración sin tratamiento.

 

Algoritmo de decisión

Para facilitar la evaluación del caso, puede aplicarse el algoritmo de decisión que aparece en las páginas de apertura de este artículo.

 

Medidas preventivas

Existen ciertos factores que pueden provocar o empeorar el prurito, pero teniendo en cuenta ciertas medidas, esto se puede evitar. Dichos factores son:

 

­ Sequedad cutánea: puede evitarse utilizando diferentes métodos para proporcionar hidratación a la piel. Se puede utilizar algunas de las sustancias hidratantes que componen el Factor de Hidratación Natural (FHN o NMF en sus siglas inglesas) como, por ejemplo, la urea y el ácido láctico. La presencia en el excipiente de sustancias emolientes como, por ejemplo, los derivados de la lanolina, también contribuyen a mejorar la hidratación.

­ Calor: activa las fibras C, que son las responsables de la transmisión de los impulsos sensitivos del picor. La aplicación de frío evita este proceso.

­ Irritación: existen diferentes sustancias y factores que pueden modificar la barrera que constituye el estrato córneo (tejidos sintéticos, ropa ajustada, detergentes alcalinos, etc.) y desencadenar el prurito. Para evitarlo, se recomienda utilizar detergentes sintéticos no alcalinos (syndets) y tejidos naturales como el lino y el algodón.

­ Otros: los ambientes sin ventilación o cargados de humo y la presencia de alérgenos (polvo, pelo de animales, etc.) pueden desencadenar picor e irritación de la piel. Esto puede evitarse mediante la realización de tareas tan simples como aspirar en lugar de barrer y/o ventilar las habitaciones con frecuencia. El estrés, que en algunos casos actúa como desencadenante del prurito, puede tratarse mediante técnicas de relajación.

En la tabla IV se cita una serie de factores que pueden desencadenar o empeorar el prurito y junto a ellos medidas que ayudan a controlarlo.

 

Tratamiento farmacológico

El pilar fundamental del tratamiento del prurito se basa en eliminar la causa que lo produce. Puesto que el picor induce el rascado y éste a su vez más prurito, el tratamiento debe ir dirigido a evitar que se produzca el círculo picor-rascado-picor más intenso, y de esta manera se evitará, a su vez, el desarrollo de nuevas lesiones.

Teniendo en cuenta el mecanismo por el que se produce el alivio del picor, pueden emplearse las siguientes sustancias:

 

Refrescantes y contrairritantes

Basan su efecto en enfriar la zona en la que se aplican. También producen una ligera irritación que amortigua otras de mayor intensidad al disminuir la sensibilidad de las terminaciones nerviosas. En este grupo figuran:

 

­ Calamina: une a su efecto refrescante la acción astringente y antiséptica que le proporciona el carbonato de cinc. Se presenta en suspensión o emulsión y puede utilizarse sola o combinada con otros principios activos con efecto antipruriginoso y coadyuvantes como extracto glicólico de avena (5-10%) y aloe vera gel (5-10%), que tienen un efecto antiinflamatorio y calmante. Cuando se utiliza sola puede emplearse a demanda del paciente.

­ Mentol 0,25-2% en diferentes vehículos (gel, emulsión, loción de calamina). Se aplica sobre la zona afectada cada dos horas, evitando su uso en menores de dos años. Aunque se ha utilizado durante el embarazo y la lactancia, no se dispone de datos que garanticen su seguridad. También puede emplearse el lactato de metilo (1-2%), derivado del mentol, que posee las mismas acciones pero produce menos irritación.

­ Otros: alcanfor (1-3%), fenol (0,2-1%), alcohol.

 

Anestésicos locales

En este grupo cabe citar la pramoxina o pramocaína. Por diferentes modificaciones en su estructura presenta menos efectos adversos que otros fármacos del mismo grupo (tetracaína, lidocaína, benzocaína). Se utiliza al 1% en gel, emulsión o loción en adultos y niños mayores de dos años. Se debe tener precaución al utilizarla en zonas extensas o durante períodos prolongados de tiempo. En embarazo y lactancia se ha utilizado, aunque no se dispone de datos sobre su uso durante estos períodos.

Corticoides

Alivian el prurito cuando existe inflamación, aunque su uso debe limitarse a períodos cortos y en zonas no muy extensas por riesgo de efectos secundarios locales y de tipo sistémico. Dentro de este grupo de medicamentos se encuentra la hidrocortisona, en concentraciones del 0,25-0,5% en emulsión, gel o loción de calamina. Se utiliza 3 o 4 veces al día en adultos y 1-2 veces en niños. En menores de un año no deben utilizarse concentraciones superiores al 0,1%.

 

Elección del tratamiento

El tratamiento de elección de cualquier tipo de prurito siempre es etiológico pero, como a menudo no es posible conocer la causa del mismo, se recurre al tratamiento sintomático, que se utiliza junto con el primero para permitir un alivio rápido del picor y evitar las lesiones de rascado. La tabla V recoge las especialidades farmacéuticas que contienen calamina, alcanfor, mentol, hidrocortisona o pramoxina, y que figuran en el Catálogo de Especialidades Farmacéuticas del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos en los grupos terapéuticos D04AB (anestésicos locales), D04AX (otros antipruriginosos) y D07AA (corticoides de baja potencia).

Existe una serie de medidas generales que se pueden recomendar a los pacientes que acuden a la oficina de farmacia aquejados de prurito, como son:

 

­ Mantener la piel hidratada.

­ Utilizar sustancias refrescantes.

­ Evitar aquellos factores que lo pueden desencadenar como el calor, la irritación, las infecciones de las lesiones, etc.

Si estas medidas no fuesen suficientes se recurrirá, según el caso, a:

 

­ Pramoxina.

­ Hidrocortisona 0,5% (en caso de inflamación).

 

Casos especiales

En los casos que se detallan a continuación es preciso tomar precauciones especiales:

 

Embarazo y lactancia

Puesto que los corticoides están clasificados en la categoría C de la FDA y no se dispone de suficiente información sobre el uso en el embarazo del mentol o la pramoxina, en la farmacia se puede recomendar la aplicación de loción de calamina y/o baños refrescantes con avena.

 

Niños menores de 2 años

Ante la dificultad de comunicación sobre la posible causa, se hace aconsejable su remisión al médico. Pero para paliar el prurito puede recomendarse la aplicación de loción de calamina y/o baños refrescantes con avena, debido al riesgo de absorción sistémica de los fármacos.

Ancianos

Dado que la principal causa del prurito en este grupo de edad es la sequedad cutánea, el tratamiento más efectivo consiste en la aplicación de emolientes después del baño para intentar restituir la hidratación cutánea. No se recomiendan los baños de avena para evitar el enfriamiento.

 

 

CONSULTAS MÁS FRECUENTES SOBRE PRURITO EN LA OFICINA DE FARMACIA

Se plantean y resuelven a continuación las consultas más frecuentes en la farmacia en relación con el prurito.  

 

¿Tienen utilidad los antihistamínicos tópicos?

Los antihistamínicos tópicos están en desuso y no se recomiendan, ya que producen gran número de hipersensibilizaciones. Este riesgo es especialmente importante en caso de exposición a la luz solar.

Suelen ser eficaces para tratar pruritos que se deban a picaduras de insectos o a la urticaria.

 

¿Por qué no se utiliza la capsaicina en el tratamiento del prurito?

La capsaicina se utiliza para el tratamiento del prurito por su acción contrairritante. Posee la capacidad de bloquear selectivamente las fibras nerviosas del tipo C, responsables de la trasmisión del dolor, el calor y el prurito. Actúa liberando la sustancia P de las terminaciones nerviosas periféricas, responsable de la trasmisión del dolor y el prurito. El uso continuado provoca el bloqueo de dichas fibras, aliviando aquéllos.

Sin embargo, este efecto puede tardar en aparecer entre dos y 4 semanas, siendo frecuente al comienzo del tratamiento que aumente la sensación de quemazón, que provoca el abandono de un elevado número de pacientes. Por ello, estaría indicado en el tratamiento de pruritos resistentes a otros tratamientos, pero en cualquier caso, siempre bajo prescripción médica.

 

¿Por qué el prurito es más intenso por la noche?

El prurito generalizado suele acentuarse por la noche, debido a los ritmos circadianos de la secreción de los diferentes mediadores que intervienen. El paciente puede llegar incluso a despertarse debido a la intensidad del prurito.

 

¿Son importantes los excipientes empleados en la formulación de tratamientos antipruriginosos?

Es muy importante que el paciente mantenga la piel bien lubricada e hidratada, por lo que se elegirán, en principio, cremas o lociones con una base grasa que aumentan el grado de hidratación y tienen efectos suavizantes que protegen la piel de las lesiones.

Todos los fármacos mencionados en el tratamiento se pueden formular en cualquiera de los excipientes citados o incluso introducirlos en una loción de calamina, adaptando está a las características de la piel del paciente. Sin embargo, en los pacientes con piel grasa puede estar más indicada la utilización de geles o lociones no grasas, que son más refrescantes.

En el recuadro anexo figuran las indicaciones para la elaboración de 4 fórmulas magistrales de loción de calamina, según el tipo de piel del paciente a quien vayan dirigidas.

 

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