La pancreatitis aguda es un conjunto de síntomas y signos clínicos muy variados que pueden ir desde el simple dolor epigástrico hasta llegar a fallo multiorgánico que puede derivar en la muerte del paciente. Las formas más severas presentar una mayor tasa de morbimortalidad. En un primer momento el tratamiento de la pancreatitis aguda es médico, siendo necesario el manejo quirúrgico cuando se presentan complicaciones tales como necrosis pancreática asociada a fallo multiorgánico del paciente. Existen distintos procedimientos quirúrgicos que tienen como fin el tratamiento de este tipo de complicaciones; tradicionalmente se realizaba una necrosectomía mediante cirugía abierta, apostándose cada vez más por procedimiento mínimamente invasivos como los drenajes percutáneos transgástricos realizados mediante endoscopia o procedimiento de desbridamiento retroperitoneal videoasistidos (VARD). Presentamos aquí el caso de un paciente de 63 años que como antecedentes presenta dislipemia y EPOC. Es ingresado por presentar un cuadro de pancreatitis aguda post-CPRE con colecciones peripancreáticas (pero sin evidencia de necrosis pancreática) que requirió tratamiento en UCI con mejoría clínica importante. Posteriormente presenta nuevo episodio de pancreatitis aguda con empeoramiento analítico y objetivándose en TAC una colección en cola pancreática con signos de sobreinfección. Se decide la intervención quirúrgica mediante la técnica VARD. El paciente evoluciona favorablemente clínica y radiológicamente, siendo dado de alta a los 17 días. A los dos meses es revisado en consulta, encontrándose el paciente asintomático y presentado un TAC de control con práctica resolución del proceso. El tratamiento quirúrgico de las complicaciones de la pancreatitis aguda grave no está estandarizado. Tradicionalmente se apostaba por necrosectomías mediante cirugía abierta, siendo últimamente cada vez más utilizados abordajes menos invasivos, que en pacientes seleccionados tienen resultados similares a los tratamientos clásicos.